EL ACTO DE TZIMTZUM

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EL ACTO DE TZIMTZUM   Por Kabbalah y Torah en Expansión   Al producir la Creación como una obra fuera de Sí mismo, el ‘En Sof’ (Infinito), Bendito Sea, voluntariamente dejó de lado Su ilimitación y adoptó un camino de acción limitada. Esto se llama el ‘Tzimztum’ (“contracción”) del ‘En Sof’, Bendito Sea.   La Voluntad Suprema, que es el ‘En Sof’, Bendito Sea, incluye diferentes tipos de poderes que no tienen Fin ni Límite. Pero no estamos hablando de Su aspecto de lo ilimitado, con el cual no tenemos conexión. Más bien, estamos hablando de ese poder particular entre Sus innumerables poderes que es la causa de nosotros.   El poder que nos causa es Su poder para producir una obra “fuera” de Él mismo, en el sentido de crear y gobernar reinos y seres aparentemente separados e independientes.   Esto lo hizo de acuerdo con Su ‘Middá Jésed’ (“atributo de bondad”), porque la naturaleza de la bondad es otorgar bondad a los demás. Si es así, estamos hablando solo de Sus actos

SHEM 28 - ALMA GEMELA - SHIN ALEF HE

SHEM 28 - ALMA GEMELA  -  שא"ה

 

Vocalización: ShAH (Moshé Kordovero); Shi/A/He (A. Abbuláäfia).

 

Valor numérico: 306

 

Ángel portador del Nombre: Sheheiá´h. Valor numérico: 321

 

“Júzgame conforme a tu justicia, Señor, Di-s mío, y no se alegren de mí”. (Tehil´lim/Salmos 35:24)

 

Significado: La Tradición señala este Nombre rigiendo todo lo relativo a las almas gemelas. Podemos considerar esta realidad exotéricamente, como referente a personas físicas, o esotéricamente, englobando la otra mitad del alma, en todos los planos. שא"ה ‘Shin-Álef-He’ es el canalizador de la luz de Guevurá de Jésed y, por tanto, transmite la energía de fuego del Amor Divino. En palabras del Amado a la Amada, tal como aparece en Shir HaShirim/Cantar de los Cantares (8:6-7): “Ponme como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus ascuas, ascuas de fuego, la misma llama de Ia-h. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían”.

 

Y vemos como el Nombre שא"ה ‘Shin-Álef-He’ está incorporado en el versículo clave, en el que se define el Amor: “Sus ascuas, ascuas de fuego, la misma llama de Ia-h”. En todo el texto del Cantar ésta es la única mención explícita de un Nombre de Di-s (Ia-h). En los demás casos se halla implícito bajo la denominación del Rey o Salomón (Tiféret) o la Sulamita, etc. (Maljut). 

 

¿De qué trata, pues, el Shir HaShirim o Cantar de los Cantares, el libro más santo de todo el Tanaj, en palabras de Rabbí Äkivá? De las relaciones de amor del Santo Bendito Sea (el Rostro Divino de Tiféret, el aspecto masculino de Di-s-implicado-en la-Creación) y la Shejiná (el Rostro Divino de Maljut, el aspecto femenino). Este amor arquetípico en el propio seno de lo Divino se manifiesta en todos los niveles y mundos: en las relaciones entre Di-s y la Creación, en la historia humana (por ejemplo en la manifestación histórica de épocas de luz y de ocultación), en el ser humano entre el alma y el espíritu. Y, por supuesto, en el amor entre el hombre y la mujer, ish e ishshá, ambas palabras consistiendo en el anagrama del fuego, Esh, más י ‘Iud’, para el varón y ה ‘He’, para la hembra. Ambos conjuntamente componen el Nombre de Di-s י"ה ‘Iá-h’. Éste representa la conjunción superior de Jojmá y Biná, y además es la primera mitad (trascendente) del Tetragrámaton (siendo la segunda mitad ו"ה ‘Vav-He’, inmanente en las conciencias subjetiva/Tiferética y objetiva de las representaciones externas de Maljut). Y el Padre (Abbá) está eternamente unido a la Madre (Immá), como la ‘Iud’ a la ‘He’ del Nombre.

 

‘Iud’ es el principio masculino. ‘He’ es el principio femenino. ‘Vav’ y ‘He’, de alguna manera, son los mismos principios implicados en la Creación. Como muestra la extensión del propio Nombre ‘Ia-h’, en las tres formas en que es posible hacerlo: Iud-Vav-Dálet  He-Iud = 35 + Iud-Vav-Dálet  He-Álef = 26 + Iud-Vav-Dalet  He-He = 30. Total 91 = HaVaIáH (26) y Ado-nai (65), la unión divina de HaKadósh Baruj Hu, y la Shejiná, el Santo Bendito Sea y la Presencia, Tiféret y Maljut, los Cielos y la Tierra. Además 91 es el número del אמן ‘Amén’, un título de Biná, indicando que se realiza una unificación también con los Supremos, es decir, una unificación completa del gran Nombre de Di-s.

 

En toda llama de amor arde ‘Iud-He’. Hay que entender el amor como el propio Nombre de “Di-s buscándose a Sí mismo”, la fuerza inexorable que nos recuerda nuestro divino origen. El amor es la fuerza cósmica de liberación.

 

El fuego es el símbolo y la manifestación sustancial del propio pléroma Divino. Tal como está escrito: HaVaIáH Elo-héja, el Señor tu Di-s, es un fuego abrasador; lo cual se dice de la Shejiná, la Presencia Divina – femenina – que es un fuego que devora o transmuta según cual sea la intención del corazón. Y el fuego que encendía la leña en el altar de los sacrificios animales era un fuego santo que descendía del cielo. Y también está escrito: Holocausto ígneo [ishshé] fragancia grata al Señor. Algunos leen ishshé, con fuego como ishshá, una mujer, es decir, la mujer de fuego [la energía interna de la Shejiná] debe ascender, ya que holocausto es Ölá, lo que asciende por completo.

 

El fuego espiritual es puro, desnudo de toda forma o emoción, glorioso y extático, iluminador, liberándonos de todo temor y apego, vaciándonos de nuestra naturaleza mortal – el ‘Rúaj Elo-him’, el Espíritu de Di-s aleteando sobre la superficie de las aguas –. Es también el fuego del altar, el fuego de la Shejiná, la Presencia Divina, tal como está escrito: “HaVaIáH es un fuego devorador”. Y este fuego nos deja vacíos hasta lo indecible, inmersos como estamos en el poder intelectual puro… hasta que alcanzamos la esencia del fuego, que no es ni la llama, ni la brasa, sino la potencialidad de la negritud del carbón. De la esencia inteligible pasamos a la esencia superinteligible y ésta la experimentamos como vaciedad de existencia inherente, que es plenitud absoluta.

 

Comprendemos entonces el porqué de la inmortalidad del fuego, asimilando todas las cosas a sí mismo, a esa esencia superinteligible, vacía, inmutable, eterna”. Un último desarrollo numérico: 306 = 17 × 18. 17 es טוב ‘Tov’ (Bien). 18 es חי ‘Jai’ (Vida). Ambas esencias quedan multiplicadas en este Nombre.




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