EL ACTO DE TZIMTZUM

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EL ACTO DE TZIMTZUM   Por Kabbalah y Torah en Expansión   Al producir la Creación como una obra fuera de Sí mismo, el ‘En Sof’ (Infinito), Bendito Sea, voluntariamente dejó de lado Su ilimitación y adoptó un camino de acción limitada. Esto se llama el ‘Tzimztum’ (“contracción”) del ‘En Sof’, Bendito Sea.   La Voluntad Suprema, que es el ‘En Sof’, Bendito Sea, incluye diferentes tipos de poderes que no tienen Fin ni Límite. Pero no estamos hablando de Su aspecto de lo ilimitado, con el cual no tenemos conexión. Más bien, estamos hablando de ese poder particular entre Sus innumerables poderes que es la causa de nosotros.   El poder que nos causa es Su poder para producir una obra “fuera” de Él mismo, en el sentido de crear y gobernar reinos y seres aparentemente separados e independientes.   Esto lo hizo de acuerdo con Su ‘Middá Jésed’ (“atributo de bondad”), porque la naturaleza de la bondad es otorgar bondad a los demás. Si es así, estamos hablando solo de Sus actos

SHEM 25 - DECIR LO QUE SE PIENSA - NUN TAV HEI

SHEM 25 - DECIR LO QUE SE PIENSA  -  נתה

Vocalización: NeTaH (Moshé Kordovero); Nu/Ta/He (A. Abbuláäfia).

Valor numérico: 455

Ángel portador del Nombre: Nithaiá´h. Valor numérico: 470

“Busqué al Señor, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores”. (Tehil´lím/Salmos 34:5)

Significado: Jojmá de Jésed. El Amor de Jésed expresándose como Sabiduría. Es Jésed mirando a Jojmá a través del sendero de la Váv, cuyo significado general es unión, cópula, conjunción. Tav-Nun-Hé, Tanáh, una permutación de Nun-Tav-Hé, significa en arameo el que enseña. Los Tanaím eran los maestros de la Mishná en tiempos talmúdicos. Para la tradición, este Nombre conecta con la energía del Maestro espiritual, del Guía interno. El maestro es la personificación de la luz de Sabiduría y de la luz de Misericordia, las dos cualidades que el nombre canaliza.

Se dice que en el Árbol de la Vida hay manifestados tres niveles de Luz. La primera es el Ór Én Sóf, la Luz Infinita, la sustancia de todo lo que existe, previa a la Creación propiamente dicha. El segundo nivel, Ór Jojmá, es la luz de Jojmá, de la Sabiduría, que es el Pensamiento creador: la energía de la Creación, totalmente dadora, anterior a la forma, por así decir. Por último, la Luz de Misericordia es la misma Luz (evidentemente, las tres son la misma Luz, contemplada a través de diversos pensamientos-cortina) en el acto de dar, una vez que ha pasado por la restricción (formulación) de Biná. Es, entonces, la Luz adaptada a los seres, la gracia divina expansiva que lleva a cada ser a la medida máxima de lo que es: lo que se llama su Bien. Esta es la tremenda canalización de este Nombre. En primer lugar, su valor numérico es 455, el mismo que la expresión referida a Di-s (es un Nombre de Di-s) Tamír VeNe´ëlám, que podemos traducir como “el Oculto”, recordándonos que la Luz manifestada, antes y después de la Creación (ambas palabras, Tamír y Ne´ëlám, significan oculto y escondido), es una revelación de la Luz Infinita, tras las sucesivas restricciones (tzimtzúm) del proceso emanativo.

La Luz de la Creación es la luz del primer día, tal como se dice en Bereshít/Génesis: “VAIÓMER  ELO-HÍM  IEHÍ  ÓR  VAIEHÍ  ÓR. Y dijo Di-s: ‘Sea la Luz y la Luz era’ ”. Iehí Ór: Luz de Jojmá - VaIehí Ór: Luz de Jésed. Notamos que el valor numérico de toda esta expresión es 470, el mismo que el de Nithaiá´h. El ángel portador del Nombre que estudiamos. Y a continuación “Y vio Di-s la Luz que era buena”. Y todas las cosas se hallaban comprendidas en la unidad del Ióm Ejád, porque la Luz es una.

El valor numérico de la palabra Ór, Luz, es 207, el mismo que Én Sóf, Infinito. Como Ór aparece dos veces en el versículo anterior, vemos que esa manifestación de la Luz del primer día es la misma que Or Én Sóf (207 + 207), la Luz Infinita. No hay discontinuidad, no hay separación.  La experiencia de guía interior tiene muchos niveles de manifestación. En última instancia, el verdadero Maestro es IHV´H (como dice el versículo de Tehil´lím/Salmos 34: “He invocado a IHV´H y él me respondió”).

Esa palabra Vaiehí del versículo de Bereshít/Génesis es el primer Tetragrama que aparece en la Torá y es además la palabra nº 26 (el número de IHV´H). IHV´H es una experiencia directa y personal, como dice el mismo salmo en el versículo 9: “Gustad, y ved que es bueno IHV´H; dichoso el hombre que confía en Él.” Y el cable de conexión es la Verdad, Emét (el sello de Di-s), como también este salmo 34:13-14  nos lo indica: “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”. Decir la verdad sin temor cuando se necesite. Esa es una condición necesaria para acceder al propio poder espiritual. También saber escuchar la verdad sobre uno mismo. Pregunta: ¿Quién soy yo de verdad? Busquemos respuesta en la luz de Nun-Tav-Hé.




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