EL ACTO DE TZIMTZUM

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EL ACTO DE TZIMTZUM   Por Kabbalah y Torah en Expansión   Al producir la Creación como una obra fuera de Sí mismo, el ‘En Sof’ (Infinito), Bendito Sea, voluntariamente dejó de lado Su ilimitación y adoptó un camino de acción limitada. Esto se llama el ‘Tzimztum’ (“contracción”) del ‘En Sof’, Bendito Sea.   La Voluntad Suprema, que es el ‘En Sof’, Bendito Sea, incluye diferentes tipos de poderes que no tienen Fin ni Límite. Pero no estamos hablando de Su aspecto de lo ilimitado, con el cual no tenemos conexión. Más bien, estamos hablando de ese poder particular entre Sus innumerables poderes que es la causa de nosotros.   El poder que nos causa es Su poder para producir una obra “fuera” de Él mismo, en el sentido de crear y gobernar reinos y seres aparentemente separados e independientes.   Esto lo hizo de acuerdo con Su ‘Middá Jésed’ (“atributo de bondad”), porque la naturaleza de la bondad es otorgar bondad a los demás. Si es así, estamos hablando solo de Sus actos

SHEM 19 - CONECTARSE CON DI-S - LAMED VAV VAV

SHEM 19 - CONECTARSE CON DI-S  -  לוו

Vocalización: LeVU (Moshé Kordovero); La/Va/Vo (A. Abbuláäfia)

Valor numérico: 42

Ángel portador del Nombre: Leuviá´h. Valor numérico 57

“Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”. (Tehil´lím/Salmos 40:2)

Significado: El Nombre Lámed-Vav-Vav canaliza la acción de la Providencia (Jésed de Biná; Leuviá´h =  57 = zán, sustento, alimento) dando a cada uno en abundancia (Jésed) según las necesidades de su alma espiritual, su neshamá (Biná). Jésed de Biná es inteligencia expansiva. Nos aporta, así buenas experiencias de crecimiento y nos ayuda a aprovecharlas y no dejarlas pasar. Ahora bien, puesto que las necesidades de nuestra alma espiritual no siempre coinciden con nuestra orientación consciente, algunas de estas experiencias pueden ser duras. El ángel Leuviá´h nos ayuda a encararlas, comprendiendo su sentido, aceptando su necesidad, evitando caer en la desesperación (Esperando esperé...). En general, nos hace capaces de sacar lo mejor de las situaciones y de las personas. También nos enseña a conservar la alegría incluso en momentos de adversidad.

Esto es importante si queremos permanecer en un estado de conexión constante. Leuviá´h tiende un puente a través del Abismo. Es este ángel quien mantiene abierto el teléfono directo con la Deidad. Leuviá´h = 57 = IHV´H E´L (tradicionalmente, el Nombre que rige el mundo de Ietzirá. Magguíd, portavoz, guía interno.

Por otra parte, Shavä, Shevá (ver la palabra final del versículo del Salmo) significa grito, auxilio, clamor, invocación. Paradójicamente, según Arié Kaplan, la palabra Shevá está emparentada con Shuaj y Shiaj,  palabras que denotan el estado de calma y desapego de la meditación profunda. Podemos entonces interpretar que el versículo es una llamada a la meditación (Káv significa línea, es decir, alineación), y que el grito que se menciona es silencioso, puramente interno, el anhelo apasionado del alma.

Para que la línea telefónica esté abierta es necesario estar en estado de calma (la llamada permanencia apacible) y de alegría. Aprendemos esto de las experiencias de Iaäkóv y de Avrahám. Se dice que Iaäkóv perdió la experiencia profética a causa del estado de dolor en el que le sumió la supuesta muerte de Ioséf, y sólo la recuperó en el reencuentro con él en Egipto. Avrahám, por su parte, supo mantener el estado interior de serenidad y alegría pese a que Di-s le había indicado que tenía que sacrificar a su hijo Itzják, con lo cual siempre conservó su estado. Por supuesto, es necesario también abrir el corazón.

La letra Lámed del Nombre expresa la aspiración del corazón (ese grito silencioso del alma) a conectarse con las sefirót supremas (LaMeD, el nombre de la letra, es un acróstico de Lév Mevín Dáät, corazón que entiende el conocimiento). Las dos letras Vav representan dos hexagramas – 12 rayos: irradiación del corazón. También la unión del hexagrama ietzirático con el hexagrama beriático. El hexagrama ietzirático es el de nuestra psicología. El hexagrama beriático es el de los siete dones del Espíritu: El Espíritu de IHV´H (Kéter), Espíritu de Sabiduría (Jojmá), Espíritu de Entendimiento (Biná), Espíritu de Consejo (Jésed), Espíritu de Poder (Guevurá), Espíritu de Ciencia (o Conocimiento, Dáät) y Espíritu de Temor de IHV´H (en el sentido de pasmo, de apertura a la trascendencia - Tiféret).

Lámed-Vav-Vav  =  42. Tradicionalmente, el Nombre de 42 letras es el Nombre de la Creación. Jésed de Beriá representaría la proyección creativa en el día primero: la Luz. Y el día primero es más bien el día uno: Ióm Ejád. La luz es Ejád, es decir, Unidad. Lámed-Vav-Vav nos enseña la lección de que la Luz está siempre presente, siempre llenándonos hasta el máximo de nuestras posibilidades, es decir, la amplitud de nuestra vasija. Basta con que lo queramos, la Luz se hace siempre inmediatamente presente.





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