SHEM 18 - FERTILIDAD - כלי
Vocalización: KiLI (Moshé Kordovero);
Ka/La/Io (A. Abbuláäfia).
Valor numérico: 60
Ángel portador del Nombre: Kali´el.
Valor numérico: 91
“Bendecid al Señor, vosotros todos
sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad”. (Tehil´lím/Salmos
103:21)
Significado: Biná de Biná. Jaf-Lámed-Iúd
es de la esencia de Biná. Canaliza los poderes creativos de la madre:
Fertilidad, abundancia, fructificación, procreación. Esto a todos los niveles,
tanto si se trata de concebir un bebé (y este Nombre o su ángel se invoca en
los problemas de esterilidad), como si se trata de dar a luz nuevas ideas o una
nueva manera de enfocar un problema. También para concebir y dar a luz al niño
divino en nosotros. Para que su energía entre en juego es necesario abrirnos y
ser receptivos (Biná es el arquetipo Yin del Universo), reconociendo que es el
poder creativo divino el que concibe en nosotros y a través de nosotros.
Nosotros somos puramente vasijas para la Luz. De hecho, Kelí significa literalmente
Vasija. Kali´el es la Vasija de Di-s.
Kelí = vasija = 60. El Nombre de Di-s
en Biná es IHV´H ELO-HÍM. IHV´H (26) + Kelí (60) = 86 = Elo-hím. Elo-him (que
también es HaTeba = 86 = la Naturaleza, el Alma de la Creación) es la vasija de
IHV´H (el Espíritu). Elo-hím (86) + Kelí (60) = 146 = Ölám = Mundo (en
extensión y en temporalidad), la totalidad de lo existente. El Mundo es la
vasija de Elo-hím. Igual que Elo-hím recibe para dar plenamente en la Creación,
así nosotros, si queremos ensanchar nuestra vasija. El Nombre Jaf-Lámed-Iúd y
su ángel Kali´el nos ayudan a reparar nuestra vasija (Tikkún) y a agrandarla,
aumentando nuestra receptividad a la Luz.
Ahora bien, reparar nuestra vasija,
ensancharla, es esencialmente un trabajo sobre el corazón. Por guematria – la
equivalencia basada en igualdad de valores numéricos – Vasija = Kelí = 60 = Kóaj
Lév, el poder del corazón. Incluso podemos visualizar el 60 como la letra Sámej
(ése es el valor numérico de la letra. Tiféret está en el centro y en los vértices
las seis sefirót: Dáät, Jésed, Guevurá, Nétzaj, Hód, Iesód. Si consideramos un
Árbol completo en cada sefirá, tenemos el valor 60 (“He aquí, es la litera del
rey Salomón – símbolo de Tiféret – sesenta valientes la rodean.” Shír HashShirím/Cantares
3:7). Es el poder del corazón, del alma-Rúaj, que irradia, pero es un corazón
conectado con Biná, con el alma-neshamá, con el espíritu.
¿Esto qué quiere decir? Lév,
corazón, es 32, número paradigmático de los misterios cabalísticos – los 32
senderos maravillosos de sabiduría – y que además, es el resumen de la Torá,
cuya primera letra es Bet, B, y cuya última es Lámed, L. Leída como LB, el
resumen de la Torá es la enseñanza del corazón. BL, por otro lado, significa
vacío. De principio a fin y de fin a principio, la Torá se resume en la
vaciedad del corazón, vaciedad de toda forma de egoicidad.
En palabras de Rabbí Dov Baer (en el
contexto de la oración jasídica): “Piensa en ti como nada y olvídate por
completo de ti al orar. Ten sólo en mente que estás rezando por la Presencia
Divina. Entonces podrás entrar en el Universo del Pensamiento, un estado que
está más allá del tiempo. En ese dominio todo es lo mismo, la vida y la muerte,
la tierra y el mar... Pero para poder entrar en el mundo del Pensamiento, en el
que todo es lo mismo, debes renunciar a tu ego y olvidarte de todos tus
problemas. No podrás llegar a ese nivel si te adhieres a cosas físicas
mundanas. Porque así te adhieres a la división entre el bien y el mal, que está
incluida en los siete días de la Creación. ¿Cómo podrás entonces aproximarte a
un nivel por encima del tiempo, en el que reina la unidad absoluta? Además, si
te consideras a ti mismo como “algo” y pides por tus propias necesidades,
entonces Di-s no puede vestirse a Sí mismo en ti. Di-s es infinito y no hay
vasija que pueda contenerle, excepto cuando un individuo se hace a sí mismo
como Nada.”
Jaf-Lámed-Iúd abre la puerta a la
esfera de Biná, la conciencia cósmica. Kol, significa Todo; KLI, Kaf-Lámed-Iúd puede
traducirse como Todo es Iúd, y de forma menos abstracta, Kali´el, significa
Todo es Di-s o Di-s en Todo.
El valor numérico de Kali´el es 91,
número místico que indica la conjunción o zivvúg/cópula de los Nombres IHV´H
(Tiféret) y Ado-nai (Maljút), que como Rostros Divinos son HakKadósh Barúj Hú
(El Santo, Bendito sea) y la Shejiná, los aspectos masculino y femenino
manifestados de la Deidad. Sólo integrando psíquicamente nuestro arquetipo
contrasexual seremos completos.
Cualidades
que la tradición atribuye a Kali´el: Claridad y verdad, entendimiento completo,
visión global. Providencia Divina (cualidad de Biná): ayuda rápida en la
adversidad. Confusión de los falsos testimonios y de los acusadores. Justicia.
Victoria de la verdad ante la justicia humana (Amén = 91, es tanto fe como
verdad). Protege a las víctimas de la injusticia, a los débiles y desamparados
(tiene una conexión con el arcángel Kama´el cuyo número es también 91). Ayuda
contra la depresión, desesperación y melancolía (abriendo la vasija a la
Luz).
Shalom
ResponderEliminarCuanta belleza escondida, revelada..
Llueven flores
Que bella sabiduría , shalom
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