EL ACTO DE TZIMTZUM

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EL ACTO DE TZIMTZUM   Por Kabbalah y Torah en Expansión   Al producir la Creación como una obra fuera de Sí mismo, el ‘En Sof’ (Infinito), Bendito Sea, voluntariamente dejó de lado Su ilimitación y adoptó un camino de acción limitada. Esto se llama el ‘Tzimztum’ (“contracción”) del ‘En Sof’, Bendito Sea.   La Voluntad Suprema, que es el ‘En Sof’, Bendito Sea, incluye diferentes tipos de poderes que no tienen Fin ni Límite. Pero no estamos hablando de Su aspecto de lo ilimitado, con el cual no tenemos conexión. Más bien, estamos hablando de ese poder particular entre Sus innumerables poderes que es la causa de nosotros.   El poder que nos causa es Su poder para producir una obra “fuera” de Él mismo, en el sentido de crear y gobernar reinos y seres aparentemente separados e independientes.   Esto lo hizo de acuerdo con Su ‘Middá Jésed’ (“atributo de bondad”), porque la naturaleza de la bondad es otorgar bondad a los demás. Si es así, estamos hablando solo de Sus actos

SHEM 20 - VICTORIA SOBRE LAS ADICIONES - PEI HEI LAMED

SHEM 20 - VICTORIA SOBRE LAS ADICIONES  -  פהל

Vocalización: PeHiL (Moshé Kordovero); Pe/He/La (A. Abbuláäfia)

Valor numérico: 115

Ángel portador del Nombre: Pahaliá´h. Valor numérico: 130

“Te ruego, oh Señor, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca, y me enseñes tus juicios”. (Tehil´lím/Salmos 119:108)

Significado: Canalizando la energía de Guevurá de Biná, que manifiesta los aspectos severos de la Ley, éste es un Nombre de gran poder y fuerza. De hecho, Pé-Hé-Lámed suma 115, el mismo valor numérico que la palabra Jazák, que significa precisamente fuerte, poderoso, firme, y que es, en sí mismo, un apelativo para designar a la Deidad y también un Nombre. Tiene canalización de por sí.  Igualmente 115 es HaIamín, la diestra, la mano (el brazo) derecha/o, que representa la acción del poder Divino, salvador y redentor, como en el versículo (en el cántico del Mar Rojo, tras atravesar en seco el mar): “Tu diestra, oh Señor, magnificada por tu fuerza; tu diestra, oh Señor, aniquiló al enemigo” (Shemót/Éxodo 15:6).

Otro aspecto nos lo da la correspondencia astrológica de las letras: Pé es el sendero Guevurá (Marte) Hód, Hé es Aries y Lámed Libra, que implica juicio. Vemos así una fuerte impactación de energía para alcanzar un equilibrio.

Este es, así, un Nombre para ejercer rigor sobre uno mismo si queremos vernos libres de nuestras ataduras y adicciones y soltar nuestro espíritu, ya que es de energía espiritual de lo que estamos hablando. Se puede ser adicto a cualquier cosa: al dinero, al poder, al placer, a nuestra imagen egoica, a nuestras programaciones emocionales, a nuestra mente. Por increíble que nos parezca, solemos ser adictos a las propias cosas que nos esclavizan. Por supuesto, es la diestra de HaShém quien nos salva, pero nosotros hemos de empezar el movimiento y ejercer la resistencia para abrir el canal y ganar el mérito. ¡Cuántas veces hemos intentado salir de una situación, liberarnos de una dependencia, y nos hemos dado de cabeza contra un muro! Si invocamos entonces el poder del Nombre Pé-Hé-Lámed, tendremos entonces esa energía que nos hará atravesar nuestro particular “Mar Rojo” y, sin saber cómo, nos encontraremos libres, al otro lado, mientras que las fuerzas psíquicas que nos oprimían se ahogarán en el mar del inconsciente – la matriz universal – para ser recicladas de nuevo.

El Nombre, por así decir, opera la purificación espiritual de la columna izquierda del Árbol, el Pilar de la Forma, asiento del deseo de recibir en general. Vemos cómo la raíz numérica de cada una de sus letras corresponde a una sefirá de esta columna: Pé, 80 - 8; Hé, 5; Lamed, 30 - 3. El movimiento es de abajo arriba: Hód, Guevurá, Biná. Esta purificación por el fuego es condición necesaria para realizar el ascenso en conciencia. También la palabra Äliá, subida, ascenso, suma 115, el valor numérico del Nombre. La Torá siempre utiliza la palabra Äliá, subida, para referirse al acceso a la Tierra de Israel, la Tierra Santa, símbolo de Biná – el mundo espiritual –  porque eso supone una elevación espiritual. (Por el contrario, siempre se desciende a Egipto, el mundo de la materia y la fragmentación) La palabra Äliá puede descomponerse en Äl/Iá´h = con el significado de “hacia el Nombre de Di-s”, Nombre que denota la mitad trascendente del Tetragrámaton. Además, otra palabra de valor numérico 115 es Hinnéni, ¡Heme aquí!, que es la respuesta del alma al llamado Divino (por ejemplo, Avrahám, Moshé, etc), indicando nuestra disponibilidad y nuestra actitud de alerta consciente ante el mundo espiritual que se nos va a abrir progresivamente. Este Nombre nos da el coraje de responder a esa llamada, lo cual supondrá para nosotros un estado de fortaleza interior (Jazák de nuevo).








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