LA LETRA ב BET

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LA LETRA ב BET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra ב ‘Bet’, primera letra de la palabra בית “casa”, se refiere a la Casa de HaShem (Ieshaäiahu/Isaías 56:7):   “Betí (Mi Casa) será llamada ‘Bet-Tefil´lá’ (Casa de Oración) para todos los pueblos”.   Consta en el Midrash que la motivación Divina para la Creación, fue que ‘HKBH’ (El Santo, Bendito Sea), deseó tener una morada en la realidad inferior. El cumplimiento de este deseo, comienza con la creación de ‘Adam’ (El Hombre), un alma Divina investida en un cuerpo físico, y prosigue con la multiplicación del hombre, la “conquista” completa del Mundo para convertirlo en ‘Maljut Shamáim’ (“El Reino de los Cielos”).   La Torá empieza la descripción detallada del ‘Mishkán’ (Tabernáculo) y sus utensilios, con la declaración de su propósito final: “VEÄSU   LI   MIKDASH   VESHAJANTÍ   BETOJAM - Y me harán un Templo y moraré en ellos”. No dice “en él”, explican los sabios, sino “en ellos”, en cada uno y uno de lo

SHEM 8 - DESACTIVANDO LA ENERGÍA NEGATIVA Y EL ESTRÉS - KAF HE TAV

SHEM 8 - DESACTIVANDO LA ENERGÍA NEGATIVA Y EL ESTRÉS  -  כהת

Vocalización: KeHaT (Moshé Kordovero); Ka/He/Ta (Abbuláäfia).

Valor numérico: 425 

Ángel portador del Nombre: Kahet´el. Valor numérico: 456

“Conozco, oh Señor, que tus juicios son justos, y acepté con fe cuando me afligiste”. (Tehil´lím/Salmos 119:75)

“Venid, nos inclinaremos y nos prosternaremos, nos arrodillaremos frente al Señor nuestro hacedor”. (Tehil´lím/Salmos 95:6)

Significado: Como canalización de Iesód de Kéter es éste un Nombre de misticismo, sensibilidad, psiquismo. Es el espejo de Di-s, reflejando en el astral superior la luz de Kéter. También conecta con el sendero Tiféret-Kéter, regido por la Luna (Iesód), teniendo en cuenta la correspondencia Kéter-Neptuno. De ahí el alto nivel de misticismo que comunica al alma. Es el éter de misericordia que fluye continuamente, pero que tiene también sus mareas, como la luna. Quiere decir que no siempre la luz se manifiesta abiertamente, de forma explícita, aunque invariablemente está guiando, apoyando y protegiendo. Así, éste es también un sendero de noche oscura, teniendo en cuenta que la oscuridad por la que atraviesa el alma es la propia luz: para un alma impurificada parece oscura (la mente atada a la finitud de las cosas no la capta), pero en realidad es hiperlumínica.

Es tradicional usar este Nombre – puesto que extrae o anula toda forma de negatividad – en relación con la festividad de Purím, en la que se lee el libro de Estér, y se visualiza este Nombre cada vez que se pronuncia el nombre de Hamán, el malvado. El libro de Estér tiene como característica el que no aparece mencionado explícitamente ningún Nombre de Di-s. Todo aparentemente sucede de forma casual, por azar. También la fecha de exterminio de los judíos es decidida echando a suertes (Púr, de ahí el nombre Purím). Parece que es la situación de nuestro mundo. Sin embargo, la luz Divina está actuando constantemente, y los acontecimientos se concatenan de modo que se cumple plenamente el designio Divino. Por eso, este Nombre es un formidable escudo contra toda forma de negatividad. Entre otras cosas, extrae el azar de nuestras vidas y nos conecta al plan Divino, aunque no lo veamos abiertamente.

Podemos verlo por sus letras: Kaf/Rueda de la Fortuna y Tav/el Universo. Una es la rueda del devenir y la otra la rueda del ser (como en el símbolo del infinito). Y están ambas unidas por la Hé de la Shejiná, de la Presencia Divina inmanente. Ambas, Rueda y Universo, retratan las dos fases de la Shejiná. Y cuando conectamos plenamente con la Luz de este Nombre recibimos una abundancia y plenitud de Bendición.

Según Ioséf Gikatila siempre que en la Torá aparece la expresión Kóh (así), las dos primeras letras del Nombre, se está refiriendo a la Shejiná. Dice Guikatila: Este atributo, al abrirse a todas las demás esferas es la esencia del Rúaj HakKódesh (Espíritu Santo). Así, los profetas empiezan su discurso: “KÓH  AMÁR  ADO-NÁI - Así dice el Señor”. También enseña Guikatila: Kóh es la puerta de la oración. A través de ella, el que pide puede aprender a cambiar el poder de los planetas, transformando en Rajamím (misericordia) el atributo del Din (juicio). Bereshít/Genesis 15:5: “Y le hizo salir afuera (a Avrahám) y dijo: Mira el cielo y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Kóh (así) será tu simiente”. Bamidbar/Números 6:22: “Dile a Aarón y a sus hijos: Kóh (Así) bendeciréis a los hijos de Israel...” Etc. Esta última expresión es totalmente relevante, porque dice en hebreo: 

KóH Tebarejú et bené Israel. Así pues, las tres letras de este Nombre canalizan la bendición de los Kohanim, de los Sacerdotes, la del triple Tetragrámaton, el Nombre de doce letras. La Bendición: = HabBerajá = 232. Este es el valor numérico de las 4 expansiones del Tetragrámaton:   
יוד הי ויו הי . יוד הי ואו הי . יוד הא ואו הא . יוד הה וו הה

La esencia de la luz (Iehí Ór = Hágase la Luz = 232) y de la Berajá:
Podemos considerar el Tetragrama expandido como Jojmá. 
Elo-hím = 86 en Biná.
E-lóah = 42, en Tiféret. 
Y Ado-nái = 65, en Maljút.
232 + 86 + 42 + 65 = 425 = Kaf-Hé-Tav.

Además, el Nombre por sus letras manifiesta su conexión con Kéter: La Kaf y la Tav son comunes. La letra Resh corresponde al Sol que está exaltado en Aries, el cual es la letra Hé. Queda patente la canalización completa de la Luz y de la Bendición de Kéter a través de todo el Árbol de la Vida. Por otro lado, 456 = Partzúf  = Rostro = KaHeT´el. En Cábala, los Partzufím son los “Rostros de Di-s”, sus distintas manifestaciones, por así decir. Hay cinco Partzufím esenciales (letra Hé) que definen cinco formas de relacionarnos con la Deidad:
Aríj Anpín, el Rostro Inmenso, Kéter.
Abbá, Padre, Jojmá.
Immá, Madre, Biná.
Zéër Anpín, Rostro Menor, de Jésed a Iesód, centrado en Tiféret, el Hijo.
Nukvá, Maljút, la Hija.

Kahet´el, como Espejo de Di-s, refleja su Rostro en todas las facetas de la Conciencia, la Energía, la Creación, el Yo y el Universo, en cualquiera de sus manifestaciones. Nos hace sentir la presencia de Di-s en todos los ámbitos del Cosmos. En particular, nos conecta con nuestra propia Divinidad, a su vez reflejo de la Deidad Absoluta. El alma, en la plenitud de la Luz total, que es su esencia, prorrumpe en alabanza, tal como está escrito en el versículo que cierra el Libro de Tehil´lím/Salmos (150:6)

KÓL  HANNESHAMÁ  TEHAL´LÉL  IÁ-H  HALELU-IÁ-H
Que toda alma (todo lo que respira el hálito divino, respirado por las narices de Aríj Anpín, el Santo Anciano de Kéter, es decir, toda vida) alabe a Iá-h, ¡alabad a Iá-h!

Una aclaración: Iá-h, Nombre de Di-s en Jojmá; Haleluiá-h, valor numérico 86, que es el de Elo-hím, Nombre de Di-s en Biná. Esta expresión contiene las cuatro letras del Tetragrama y además sus tres primeras letras HLL (que también aparecen a continuación de la Tav del Nombre Kaf-Hé-Tav en el versículo y que son la raíz de la palabra Alabanza) suman 65, el valor numérico de Ado-nái, Nombre de Di-s en Maljút. Haleluiá-h, palabra compuesta toda de Nombres Divinos. Alabanza es la respuesta natural del alma que despierta a la conciencia de lo Divino en sí y en todo. Y que se siente realmente amada y bendecida por Di-s. Y eso lo siente como una verdad íntima y profunda dentro de sí, sin ningún tipo de explicación lógica. Y la palabra contiene a las Cuatro Letras y a las dos Lamed que son las alas de la Shejiná que le protege y le envuelve en un abrazo de Amor.



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