LA LETRA ב BET

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LA LETRA ב BET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra ב ‘Bet’, primera letra de la palabra בית “casa”, se refiere a la Casa de HaShem (Ieshaäiahu/Isaías 56:7):   “Betí (Mi Casa) será llamada ‘Bet-Tefil´lá’ (Casa de Oración) para todos los pueblos”.   Consta en el Midrash que la motivación Divina para la Creación, fue que ‘HKBH’ (El Santo, Bendito Sea), deseó tener una morada en la realidad inferior. El cumplimiento de este deseo, comienza con la creación de ‘Adam’ (El Hombre), un alma Divina investida en un cuerpo físico, y prosigue con la multiplicación del hombre, la “conquista” completa del Mundo para convertirlo en ‘Maljut Shamáim’ (“El Reino de los Cielos”).   La Torá empieza la descripción detallada del ‘Mishkán’ (Tabernáculo) y sus utensilios, con la declaración de su propósito final: “VEÄSU   LI   MIKDASH   VESHAJANTÍ   BETOJAM - Y me harán un Templo y moraré en ellos”. No dice “en él”, explican los sabios, sino “en ellos”, en cada uno y uno de lo

7. EL ADN DEL ALMA - אכא

7. EL ADN DEL ALMA  -  אכּא

Cuando la vida parece fragmentada y desarticulada, podemos crear orden a partir del caos, tranquilidad de esta confusión y calma de esta conmoción, regresando todo a su estado original perfecto; regresando al ADN de nuestras vidas.

Antes del inicio del tiempo, la infinita Luz del Creador fue ocultada para crear un punto de oscuridad, un espacio en el cual el Universo pudiera nacer. El propósito fue construir un lugar donde no existiera Luz ni orden, donde pudiéramos a través de nuestros propios esfuerzos para compartir y escoger el bien sobre el mal, crear nuestra propia Luz espiritual.

Para ocultar la Luz infinita se erigieron diez “cortinas”, diez sefirót, cada una reduciendo un poco más la Luz del Creador, hasta que se creó un lugar donde casi no existía Luz. Este es nuestro mundo de caos, de confusión y de la Segunda Ley Termodinámica que declara, entre otras cosas, que todo finalmente debe decaer y degenerarse; todas las cosas deben volver a ser cada vez más ordenadas. Esto se conoce como entropía.

Las 22 letras del alefato hebreo son los instrumentos de la Creación. Ellas constituyen el ADN de nuestro Universo y de nuestra alma, Este Nombre nos conecta con el poder total de estas 22 fuerzas de la Creación, lo que es realmente algo bueno, porque trae renovación, orden y poder creativo a las áreas en que las necesitamos desesperadamente.

MEDITACIÓN:

Aquí recibimos nada menos que el impacto total de las fuerzas de la Creación. Restablecemos el significado a las vidas que con frecuencia se sienten sin sentido y damos propósito a un mundo que con frecuencia parece sin objeto. Regresa el orden. Emerge la estructura. Todo está arreglado.

“Yo me acosté y dormí, desperté porque el Señor me sustentaba”.

(Tehil´lím/Salmos 3:6)

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