JESED - GUEVURÁH - TIFERET
Guevurá significa “Poderío” o “Fortaleza” en el sentido de
severidad. Es el atributo de Din (Ley y Juicio). El din exige que Jésed sea
distribuido justamente, o sea, en proporción con los méritos del presunto
receptor, y no de manera gratuita e ilimitada. Así, es el principio que procura
controlar, limitar y restringir.
Guevurá implica tzimtzúm, contraer, retirar, esconder y
limitar las emanaciones Divinas. Por sí mismos, Jésed y Guevurá presentan una
antinomia como principios diametralmente opuestos uno del otro, pues Guevurá
busca impedir, total o parcialmente, la emanación de Jésed. Así, de la
severidad de Guevurá se derivan también los severos Juicios Divinos. Pero esto
no significa que Guevurá es un concepto estrictamente negativo. Por el
contrario, siendo uno de los atributos Divinos, debe verse como positivo y
contribuyente.
De hecho, la benevolencia Divina según es canalizada por
medio de Guevurá puede tener una ventaja exclusivamente peculiar.
Particularmente en el marco del acto de creación, Guevurá —precisamente como se
expresa por el tzimtzúm— es, en efecto, una expresión del Amor y la
Benevolencia Divinas. Pues, como hemos visto, el tzimtzúm posibilita que las
criaturas de Di-s puedan existir y subsistir. Sin embargo, éste no sería el
caso si Guevurá dominara sola. Tal como Jésed por sí mismo imposibilita que la
creación pueda subsistir, del mismo modo Guevurá por sí misma excluye la
existencia de la creación. Pero como ambos son atributos Divinos en absoluta
unidad con la esencia Divina, no son principios separados ni luchan uno con el
otro. Ellos pueden “operar” exitosamente por vías de una facultad mediadora, el
Divino atributo de Tiferet.
Tiferet armoniza y mezcla el flujo libre de Jésed con el
severo tzimtzúm de Guevurá. Los combina de manera tal que Jésed siga fluyendo,
limitado por Guevurá como para que Jésed resulte tolerable, o sea, que las
criaturas puedan continuar existiendo incluso cuando se benefician de Jésed.
Tiferet, por lo tanto, no es una mezcla por igual sino que tiende a Jésed.
Esta cualidad explica por qué esta sefirá es llamada
Tiferet, “belleza”: combina los diferentes colores de Jésed y Guevurá, y el armonioso
colorido de este atributo lo hace hermoso (Tiferet).
La relación entre estas tres sefirot se ve a las claras. A
ello se debe que, juntas, formen una tríada conocida con el acróstico de JaGaT.
También, estas tres son las Midot esenciales o básicas en relación con las que
las otras no son sino derivadas. Pues todas las Midot son un aspecto de Jésed
(emanación y derrame), de Guevurá (retiro y restricción), o de Tiferet (la
armoniosa mezcla de los dos aspectos anteriores). Además, muy a menudo se habla
de Tiferet sola como del principio de las Midot porque contiene dentro de sí
las disposiciones básicas de las Midot.
Hay una serie de términos que aparecen frecuentemente como
sinónimos para estas tres Midot.
Así Jésed se llama Guedulá (Grandeza; magnificencia) porque
expresa la infinita Grandeza (Benevolencia) de Di-s; Guevurá es sinónimo de Din
(Juicio), y Tiferet de Rajamím (Compasión; misericordia). Rajamím, la Compasión
Divina, es el principio armonizador que restringe el Jésed excesivo y mitiga la
severa Guevurá, y de ese modo el plan Divino de creación resulta posible y la
“disposición del benévolo es ser benévolo” se concreta.
En este contexto, Tiferet también es llamado Emet (Verdad).
Similarmente, hay una referencia frecuente a diversos otros factores que se
corresponden con estas Midot así como también con las otras sefirot. Así, las
siete Midot tiene entidades correspondientes en las siete figuras dominantes de
las Escrituras llamadas “los padres del universo”: Avraham, Itzjak, Yaacov,
Moshé, Aharón, Yosef y David.
Cada uno de estos, por su posición individual, disposición y
modo de servicio y veneración, se corresponde con una de las Midot. La
referencia más frecuente es a los tres Patriarcas según se corresponden con las
tres primeras Midot. Así, Avraham representa Jésed porque sus inclinaciones y
actividades expresaron bondad y benevolencia en su máximo grado. Itzjak
simboliza Guevurá pues éste era el atributo más dominante en él. Yaacov
representa Tiferet porque él combinó el Jésed de su abuelo y la Guevurá de su
padre.
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