LA LETRA ח JET

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LA LETRA ח JET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra ח ‘Jet’ es la letra de חיים ‘Jaiim’ (“vida”), de la raíz ‘Jaiiá’, cuya letra más importante es ח ‘Jet’. En Jasidut hay 2 niveles de vida: “vida esencial” y “vida que vitaliza”. HaShem en sí mismo, como si fuera, está en el estado de “Vida Esencial”. Su poder creativo, que permea continuamente toda la realidad es “vida que vitaliza”. También en el alma del ‘Ben Israel’ (Hijo de Israel): la esencia de su raíz, por ser una con HaShem, posee el estado de “vida esencial”. Por el otro lado, el reflejo de la luz del alma que brilla abajo para dar vida al cuerpo, se experimenta físicamente a nivel de “vida que vitaliza”. Este segundo nivel, que es la vida como la conocemos en general, se manifiesta como una pulsación, el secreto de ‘Ratz vaShuv’ (“correr y retornar”).   De acuerdo con el Arí (Rabbí Itzjak Luria), la letra ח ‘Jet’ está construida combinando las 2 letras previas, ו ‘Vav’ y ז ‘Záin’, con una fina lín

CONECTANDO LOS SENDEROS DE LAS LETRAS ALEF-BET-GUÍMEL Y DALET



CONECTANDO LOS SENDEROS DE LAS LETRAS ALEF-BET-GUÍMEL Y DALET

La conjunción de las veintidós letras del alfabeto hebreo sumado a las diez sefirot representan la expresión articulada de todos los aspectos de la vida expandidos desde la Esencia del Creador.

Dicha conjunción establece los códigos fundamentales de la Kabalá, denominados por los Mekubalím (Sabios de la Kabalá): el lenguaje de las ramificaciones (sfát haAnafím).

El lenguaje de las ramificaciones se articula a través de los conductos o ramas por los cuales fluye la energía de la vida.
De esta forma cada rama del Árbol de las Vidas se relaciona con su rama próxima hasta unirse todas ellas en el Infinito (Ein -Sof), la raíz que las generó. A través de la aplicación conciente del lenguaje de las ramificaciones (sfát haAnafím) el hombre puede discernir en su voluntad y deseo, dándole así forma a sus pensamientos tal como está expuesto a continuación.

- La sefirá Jésed (entrega, generosidad...), es la energía que sostiene a todos los procesos creativos tanto materiales como espirituales. Todo proceso creativo, todo comienzo, es generado por una entrega, por una voluntad.

- La sefirá Guevurá (superación, límite, coraje...), es la energía que limita y le da forma a Jésed / entrega . En el Etz Jaím (el Árbol de las Vidas), la sefirá Jésed está conectada a la sefirá Guevurá por la letra alef, primera letra del alfabeto hebreo.

Jésed - Guevurá es la primera dirección que surge en el Árbol de las Vidas, ya que Guevurá constituye las limitaciones que surgen en cualquier comienzo, es decir que ante cualquier iniciativa surge la correspondiente Guevurá.
Esas limitaciones y "dificultades" generadas por Guevurá no representan un obstáculo, sino que nos ayudan a delimitar nuestro contacto con la realidad, haciéndonos discernir entre lo real y lo imaginario. Ante las limitaciones tomamos conciencia de cuán real es nuestra voluntad y deseo, percibiendo si éste se desvanece o se fortalece ante las dificultades.

- La sefirá Jojmá (sabiduría, pensamiento de la Creación...) es la energía que nos ayuda a sobreponer las limitaciones generadas por la sefirá Guevurá . La segunda dirección que observamos en el Árbol Sefirótico es la letra bet, segunda letra del alfabeto hebreo, que conecta la sefirá Jésed con la sefirá Jojmá. Esto significa que ante las limitaciones generadas por Guevurá tendremos que sobreponernos elevando la sefirá Jésed a Jojmá. Debemos encontrar la sabiduría que nos ayude a superar las limitaciones y dificultades consolidando nuestra voluntad y deseo. Esto sucede siempre y cuando nuestra voluntad y deseo se encuentren en armonía con las leyes de la Creación. De lo contrario, toda esa realidad se desvanecerá en el tiempo y en el espacio sin que quede recuerdo alguno de ella.

Es interesante notar que Jésed y Guevurá se encuentran en el mismo plano mientras que Jojmá está en un plano superior. Ello ocurre constantemente en el ámbito espiritual: para lograr llegar a la Jojmá /Sabiduría debemos elevarnos por encima de nuestra realidad, o sea por sobre las dificultades y limitaciones. Tendremos que llevar nuestro grado de entrega, nuestro deseo de bien, a un plano superior transformando así nuestro egoísmo en altruismo. La Jojmá sola no es suficiente. A ella deben acompañar el entendimiento y la inteligencia a través de los cuales se aplica la sabiduría.

- La sefirá Biná (entendimiento, inteligencia...) es la energía que consigue dar forma y discernimiento a la Jojmá /sabiduría, para que ésta pueda ser aplicada. Esto sucede cuando nuestra voluntad se proyecta por encima de nuestros intereses particulares, entonces surge la dirección guímel , tercera letra del alfabeto hebreo, logrando así extraer las limitaciones de la sefirá Guevurá y transformarlas en coraje y superación para elevarnos a la sefirá Biná.

- Kéter (corona ...) es la raíz desde la cual se genera la energía que vivifica los mundos. Kéter es el contacto con el Infinito/Ein -Sof. La cuarta dirección en el Árbol Sefirótico es la letra dalet , cuarta letra del alfabeto hebreo, que conecta la sefirá Kéter con Tiféret.

- La sefirá Tiféret (armonía, manifestación equilibrada del deseo y la voluntad de dar y beneficiar...) es activada por la sefirá Kéter manifestando armonía y equilibrio sólo cuando el trabajo del hombre es completo e íntegro en su contacto con Jésed /generosidad y Guevurá /superación de los límites. Es entonces cuando el hombre recibe Jojmá y Biná, Sabiduría e Inteligencia Superior tanto en los planos espirituales como materiales, siendo que sus acciones se dirigen al beneficio colectivo y no a un mero acto egoísta.

Este proceso se desarrolla inexorablemente abarcando la totalidad de los aspectos de la Creación. Lo observamos al culminar cada ciclo de manifestación, es decir, en la resolución de las tensiones temporales de corto o largo alcance y, a veces, sólo al término de largos períodos.

El proceso de elevar Jésed y Guevurá a Jojmá y Biná, se puede comparar con el ejemplo del agricultor que con su esfuerzo y perseverancia trabaja la tierra, pero depende de las lluvias para obtener el fruto. Las lluvias, lo superior, traen beneficio al mundo como la sefirá Kéter al manifestarse en la sefirá Tiféret.

Cuanto mayor es el trabajo del hombre en pos del refinamiento de sus deseos y voluntad de dar, traducidos en actos concretos - mitzvót y no en mera especulación mental - mayor será su aptitud para recibir los grados superiores de la Luz Infinita, lluvias superiores provenientes de Kéter. Quien desea dar siempre tiene, puesto que su voluntad y deseos están en armonía con la Luz Infinita/Or Ein- Sof, y por lo tanto con las leyes objetivas que rigen la vida.

Quien recibe Jojmá y Biná superiores, por su completitud e integridad, genera beneficio y abundancia/shéfa a todos los seres. Esa abundancia/shéfa es la dirección dalet que trae armonía/Tiferet al mundo directamente de la fuente que la genera, la cual se halla representada en el Árbol de las Vidas por la sefirá Kéter. Es justamente Kéter, la corona, que está por encima de todo y nutre a todo con GENEROSIDAD SUPERIOR/ JESED ELION.

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