REFINAMIENTO DEL CARÁCTER

REFINAMIENTO DEL CARÁCTER

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

En los textos clásicos de la Kabbalá, existen innumerables observaciones sobre la negatividad de los malos rasgos de carácter, como la ira, la pereza, la depresión y otros. Sin embargo, si bien la condena más severa de la depresión, la ira y otras emociones negativas y contraproducentes se encuentra en las obras de la Kabbalá, el método cabalístico de refinamiento del carácter ofrece un enfoque muy diferente a los que estamos acostumbrados a encontrar. No se trata de una batalla frontal para contrarrestar la negatividad en su propio terreno, ni de abrumar lo negativo con lo positivo. Su enfoque consiste en adoptar una perspectiva diferente y ver las cosas desde otra perspectiva.

 

El objetivo principal del pensamiento místico es que la persona comprenda que no existe nada más que el ‘En Sof’ (Infinito). Al leer las diversas configuraciones, mapas y diagramas que presenta la Kabbalá, se espera que la persona despierte a la consciencia de que todo lo que realmente existe es el ‘En Sof’ (Infinito). Existe una sensación que se despierta al penetrar en las verdades de la Kabbalá: la de que el mundo, tal como solemos percibirlo, separado e independiente de un creador, no es más que una ilusión. Pero en realidad no existe nada más que la ‘Or En Sof’ (“Luz Infinita”). Al tener esta noción en mente, consciente o incluso inconscientemente, podemos superar todas nuestras emociones y rasgos negativos personales.

 

Rabbí Eliiiahu ben Moshé Di Vidas, cabalista del siglo 16, postula que existen 3 rasgos negativos primarios que pueden considerarse los “rasgos principales” de los cuales surge toda disensión posterior. Estos son: la arrogancia, la terquedad y la ira; todos ellos afirman tener su origen en la misma fuente: el ego. El ego es la fuente de la que emana toda negatividad. El núcleo de toda corrupción es ese falso sentido del yo/ego, que vive en un estado incesante de lo que cree que causará su supervivencia.

 

Cuando una persona se enoja, el ego muestra su objeción de que no es feliz. El ego, al sentirse amenazado, protesta: “¿Cómo puedes hacerme esto?”, lo que despierta la ira. El miedo a la aniquilación es la constante del ego. La ira no es más que una manifestación de la preocupación de la persona por sus presunciones imaginarias de supervivencia. La total introspección con el “yo” ilusorio es la raíz de todas las emociones negativas.

 

Al superar este falso sentido del yo, que surge de la falsa autoestima, se dominan las emociones negativas. Mediante el estudio de la Kabbalá, comprendemos que el falso sentido del yo/ego no es más que una mascarada de nuestra verdadera dinámica interna, nuestra alma trascendente. Al contemplar la Kabbalá, sentimos que todo lo que existe es el ‘En Sof’. Debemos sentir esto a nivel cósmico y luego comprenderlo a nuestro propio nivel. En consecuencia, la ilusión de separación/ego, y como resultado, la preservación de este espejismo, comenzará a desvanecerse lentamente, y con ella, las emociones negativas, que son la manifestación del ego.

 

En lugar de ver al ego como un verdadero enemigo que necesita ser combatido para ser vencido, comenzamos a comprender que no hay nada más allá de la Luz, y que todo lo demás es simplemente una ocultación de esa verdad. Este es el enfoque cabalístico para la autoperfección. No aborda la negatividad directamente, ni la aborda en absoluto. Más bien, va a la fuente de todos los problemas, el yo/ego, y por extensión, toda la realidad física. Demuestra cómo, de hecho, estas realidades aparentemente independientes no son más que un camuflaje.

 

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