CUARENTA EN LA MIKVÉ

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

Es sabido que la ‘Mikvé’ (“baño ritual judío de purificación”) implica 2 conceptos básicos: el agua y el número 40. Ambos conceptos están contenidos en una sola letra: la letra hebrea מ ‘Mem’.

 

La letra מ ‘Mem’ deriva su nombre de מים Máim, la palabra hebrea para agua. Además, su ‘Guimmatriiiá’ (“valor numérico”) es 40. Por lo tanto, no sorprende que también se diga que representa la Mikvé.

 

Otro concepto asociado a la letra מ ‘Mem’ es el del útero. La letra ם Mem cerrada (final) representa el útero cerrado durante el embarazo, mientras que la letra מ ‘Mem’ abierta representa el útero abierto durante el parto. La Guimmatriiiá 40, asociado a ‘Mem’, también representa los 40 días durante los cuales se forma el embrión.

 

Para comprender el significado de esta letra a mayor profundidad y comprender su relación con la Mikvé, debemos ahondar en un Midrash muy interesante. El Profeta Jeremías dice (Irmiahu 10:10): “VAADO-NAI  ELO-HIM  EMET - Y HaShem Di-s es la verdad”. El Midrash ofrece la siguiente explicación:

 

¿Qué es el sello de HaShem? Nuestro maestro dijo en nombre de Rabbí Reuvén: “El sello de Di-s es la Verdad”.

 

De esto se desprende que la letra מ ‘Mem’ posee una propiedad muy interesante. Álef, la primera letra del alefato, representa el comienzo. Tav, la última letra, representa el final. Mem es la letra que representa la transición.

 

Esto lo vemos con mayor claridad en la palabra אמת ‘Emet’ (verdad). Las 2 primeras letras, ‘Álef-Mem’, forman אם ‘Im’, la palabra hebrea para madre. Este es el comienzo del hombre. Las 2 últimas letras, ‘Mem-Tav’, forman מת ‘Met’, la palabra hebrea para muerte, el fin del hombre.

 

Lo más importante aquí es que מ ‘Mem’ representa el concepto de transición y cambio. א ‘Álef’ es el pasado y ת ‘Tav’ el futuro, por lo que מ ‘Mem’ representa la transición del pasado al futuro. Por lo tanto, es el instante que llamamos presente.

 

El pasado es historia e inmutable. No tenemos forma de siquiera tocar el futuro. Por lo tanto, el escenario de acción, donde ocurre todo cambio, es el presente. Simbólica del agua, esencia del cambio, así como del número 40, esencia del nacimiento, la letra מ ‘Mem’ también representa el presente, la transición entre el pasado y el futuro, que es el escenario de todo cambio. En un nivel más profundo, la transición del pasado al futuro también representa un aspecto del nacimiento. De hecho, una palabra para “futuro” en hebreo es ‘HanNolad’, que literalmente significa “lo que está naciendo”. El útero en el que nace el futuro es el presente. Esta es la letra מ ‘Mem’.

 

Así, cuando una persona entra en la Mikvé, en realidad entra en el concepto del presente definitivo. El pasado y el futuro dejan de existir para ella. Lo que era en el pasado ya no cuenta. Incluso los 40 días de formación ya no son una extensión de tiempo, sino un volumen de agua: ‘40 SEÁ’ (“un total de unos 120 galones”). Luego, al salir de la Mikvé, reingresa al flujo del tiempo como si fuera un nuevo ser.

 

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