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Por Kabbalah y Torah en Expansión
PREGUNTA: ¿Por qué perdemos la ‘Emuná’
(fe) y luego la encontramos, y así sucesivamente, en un ciclo sin fin? ¿Y por
qué a veces sentimos que HaShem ya no está, cuando antes sentíamos que no podíamos
escapar de Su luz y amor; es tan abrumador?
RESPUESTA: La revelación inicial de
luz y amor es Su regalo, pero debemos invertir en ella si queremos conservarla.
La Emuná es un proceso continuo. En términos cabalísticos, la concesión de “arriba
hacia abajo” requiere una respuesta de “abajo hacia arriba”. Casi todos tenemos
altibajos. Los ‘Bené Israel’ (Hijos de Israel) que dedican más tiempo al
estudio de la Torá y a las Mitzvot, o se dedican a ayudar a los demás, abren un
canal para la Luz Divina y, por lo tanto, tienden a tener menos crisis de fe. Si
queremos a HaShem en nuestras vidas, debemos esforzarnos por atraerlo y
retenerlo.
PREGUNTA: ¿Creen los Bené Israel en
el libre albedrío? ¿Acaso no tenemos una enseñanza que comienza con la
afirmación de que HaShem le dio al hombre libre albedrío? Si esto último es
correcto, ¿existe alguna razón para que HaShem estableciera controles que
parecen restringir el libre albedrío? En mi opinión, nunca había oído hablar
del concepto de libre albedrío hasta la universidad, y soy ortodoxo moderno.
Pensaba que el hombre siempre debe responder ante una autoridad superior, ante
todo. Es este libre albedrío del que el hombre ha abusado, pero creo que los
cristianos lo utilizan más como excusa para hacer lo que les plazca en este
mundo.
RESPUESTA: La idea central de la
afirmación “no te guíes por tu propio corazón ni por tus propios ojos” es que,
dado que tenemos libre albedrío, debemos esforzarnos al máximo para no abusar
de ese privilegio y tomar las decisiones correctas, de acuerdo con las reglas y
directrices de la Torá. Lo mismo ocurre con los controles y contrapesos de HaShem
y nuestra responsabilidad ante una autoridad superior: no habría necesidad de
los primeros ni justificación de los segundos si no fuera porque tenemos libre
albedrío y, por lo tanto, podemos ser considerados responsables de nuestras
acciones.
Los Bené Israel creemos que HaShem
nos “juzga” según cómo actuamos, y para que ese juicio sea “justo”, nuestros
actos deben ser el resultado de una elección justa entre alternativas
razonablemente equilibradas.
PREGUNTA: ¿Es cierto que el concepto
de ‘Guilgul’ (“reencarnación”) se usa para explicar el problema de la aparente
injusticia y por qué incluso niños inocentes sufren y nacen mutilados? ¿Podría
explicarme esto con más detalle? Tengo una nieta que nació con una grave
deficiencia de materia blanca en el cerebro. Todas las demás funciones son
normales. Pero sufre convulsiones y las señales de su cerebro no son normales.
Es ciega y no habla ni camina, tiene 2 años. No se ha encontrado ninguna deficiencia
genética. ¿Por qué su materia blanca no se desarrolla con normalidad? Los
médicos aún no han encontrado ninguna razón. Estoy buscando secretos para orar
por ella. No somos judíos, pero hemos estado aprendiendo Kabbalá con un maestro
judío. Así que, por favor, explique este concepto de injusticia y el
sufrimiento de los niños inocentes.
RESPUESTA: Es imposible responder a
su importante pregunta en unas pocas palabras. La aparente injusticia es solo
eso: aparente. Es decir, para nosotros puede parecer injusta. Esto se debe a
que no podemos ver las cosas como HaShem las ve ni entenderlas como Él las
entiende. Como está escrito (Ieshaäiahu 55:8): “KI LO MAJSHEVOTAI
MAJSHEVOTEJEM VELÓ DARJEJEM
DERAJAI - “Porque Mis pensamientos no
son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos Mis caminos”. Puede que pasen
años o incluso generaciones antes de que comprendamos algunos acontecimientos.
Tu nieta es como un ‘Malaj’ (ángel).
Bueno, no literalmente un Malaj, pues si lo fuera, su alma estaría en el Cielo,
no en un cuerpo. Pero es casi un Malaj. Tan cerca que quizás tuvo que
reencarnar para realizar una sola acción. Pero exponerse a los peligros de este
mundo físico es un gran riesgo para un alma, sobre todo para una pura. Así que
quizás su ceguera y su incapacidad para caminar y hablar tengan como fin
protegerla espiritualmente.
O quizás no. ¿Quién sabe? Hay muchos
escenarios posibles. ¿Quién puede saberlo? La respuesta a esa pregunta es, como
dijimos hace dos párrafos: solo Él puede saberlo realmente.
Puede darse un escenario exactamente
opuesto al de tu nieta: si el pequeño Adolf Hitler, o cualquier persona que
haya hecho cosas verdaderamente horribles, hubiera muerto en un accidente
automovilístico a los 2 años, ¿cuántas lágrimas se habrían derramado por la “injusta
pérdida de este bebé inocente”?
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