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Por Kabbalah y Torah en Expansión
El Arí (Rabbí Itzjak Luria) señala
que hay 2 aspectos de la Feminidad, representados por las 2 Letras ה ‘He’ del Nombre יהו"ה HaVaIáH. (La י ‘Iud’ y la ו ‘Vav’ representan los 2 aspectos de la masculinidad).
En Kabbalá se enseña que el ‘Álef-Bet’
(“alefato hebreo”) es el medio a través del cual HaShem creó el mundo. La
forma, el nombre y la ‘Guimmatriiiá’ (“valor numérico”) de cada letra encarnan
las diferentes energías; al combinar estas energías en palabras, HaShem creó el
mundo. Específicamente, se nos enseña que HaShem creó el mundo utilizando el Nombre
יהו"ה HaVaIáH, lo que significa que el proceso creativo se refleja en
el orden y la “personalidad” de las 4 Letras que lo componen. Tenemos aquí, por
lo tanto, una indicación clara de que la dinámica ‘Zajar-Nekevá’ (“masculino-femenino”)
es el sustento existencial de toda la realidad. El mundo fue creado a través
del Nombre HaVaIáH, por lo tanto, toda la realidad refleja la estructura y la
dinámica de este Nombre; y este Nombre en sí refleja 2 niveles de unión entre
lo masculino y lo femenino, י"ה ‘Iud-He’ y ו"ה ‘Vav-He’.
Las 4 Letras del Nombre HaVaIáH
están asociadas con ‘Las 10 Sefirot’ (“canales de la Divinidad”) a través de
los cuales HaShem creó el mundo. Estas 10 Sefirot se manifiestan en todos los
aspectos de la Creación. Específicamente, la primera y segunda Sefirot, Kéter y
Jojmá, están asociadas con la primera Letra del Nombre, la י ‘Iud’; la tercera Sefirá, Biná, con la segunda Letra, la ה ‘He’ Superior; las 6 Sefirot inferiores (JaGaT NeHI), con la
tercera Letra, la ו ‘Vav’; y la décima Sefirá, Maljut, con la última letra, la ה ‘He’ inferior. La “sefirá”
Dáät no está específicamente asociada con ninguna letra del Nombre HaVaIáH,
pero generalmente se la ve después de Biná, y por lo tanto puede considerarse
como una especie de extensión de la primera ‘He’.
De esto vemos que el primer aspecto
de la Feminidad es Biná, que suele traducirse como “entendimiento”. Es en Biná
que la percepción objetiva que es Jojmá se vuelve subjetiva y comienza a
volverse “real” para la persona. El segundo aspecto de la Feminidad, la segunda
‘He’, es ‘Maljut’ (“reino”). Maljut es la forma en que una persona se convierte
en rey sobre la realidad, al expresar sus ideas y emociones y a través de ellas
cambiar, rectificar y elevar el mundo desde su estado inicial, puramente
físico, a un estado espiritualizado. Biná es, por lo tanto, la actualización de
Jojmá, y Maljut es la actualización de ‘Zéër Anpín’ (“las emociones”). En ambos
casos, el principio masculino es la idea abstracta y el principio femenino es
su concretización. Maljut puede considerarse una forma inferior de Biná, ya que
la expresión es simplemente una forma de hacer que otras personas comprendan
las emociones que uno siente.
Los 2 arquetipos bíblicos para estas
2 facetas de la Feminidad son las 2 esposas de Iaäkov: Leá y Rajel. Leá está
representada por la primera ‘He’ del Nombre Divino, y Rajel por la segunda ‘He’.
Dado que las 4 Letras representan un proceso secuencial y descendente en el
acto de la creación, esto significa que Leá (“la ‘He’ Superior”) representa un
nivel superior de espiritualidad que Rajel (“la ‘He’ inferior”). Leá
personificó a Biná; Rajel personificó a Maljut.
La Guimmatriiiá de la letra ה ‘He’ es 5, lo que significa que hay una “quintuplicidad” innata en
la feminidad; cada uno de estos aspectos de la feminidad comprende 5
dimensiones. ‘Las 10 Sefirot’ se reflejan en cada una de las 5 dimensiones de
estos 2 aspectos de la feminidad. Esto nos da 50 (5 x 10) sub-aspectos para Leá,
la ‘He’ Superior, y 50 para Rajel, la ‘He’ inferior.
Esto nos recuerda claramente 2
enseñanzas de ‘JaZaL’ (“nuestros sabios de bendita memoria”) registradas en el
Talmud:
La primera es que existen ‘Jamishshim
Shaäré Biná’ (“50 puertas de entendimiento”) (Rosh HaShaná 21b), es decir, 50
niveles subjetivos a través de los cuales uno puede conceptualizar o
relacionarse con HaShem.
La segunda es que a la mujer se le
dio una medida adicional de ‘Biná’ (“entendimiento”) más allá de la que se le
dio al hombre (Niddá 45b). De este modo vemos que Biná es una cualidad
intrínsecamente femenina, que está asociada con la letra femenina ה ‘He’ y que comprende 50 “puertas”, correspondientes a ‘Las 10 Sefirot’
que se manifiestan en cada una de las 5 dimensiones de (ambos aspectos de) la
feminidad.
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