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Por Kabbalah y Torah en Expansión
Hay un Creador infinito, la causa de
las causas y el Creador de todo. Él no es uno en sentido numérico, ya que no
está sujeto a cambio, definición ni multiplicidad. Él es uno en que el número
uno significa una unidad independiente y es la base de todos los números; el
número uno también está contenido en todos los números. De igual manera, el
Creador está realmente dentro de todo, y todo está dentro de Él. Él es el
principio y la causa de todo. El Creador no cambia, y por lo tanto, no se le
puede añadir ni quitar nada.
Además, su existencia es necesaria
(es decir, no depende de nada más), del mismo modo que el número uno es un
requisito para la existencia de cualquier otro número (entero). Si el número
uno dejara de existir, todos los demás números también dejarían de existir. Sin
embargo, si los demás números desaparecieran, el uno continuaría existiendo. El
número uno tiene propiedades; cualidades similares se aplican al Creador. Incluso
si el acto dejara de existir, Aquel que actuó permanece. Dado que su ser no
depende de la existencia de nada más, si estos dejaran de existir, su
existencia continuaría.
Antes de la Creación, solo existía
la revelación infinita de HaShem que llenaba toda la existencia. Esto se llama ‘Or
En Sof’ (Luz Infinita), que no es HaShem mismo, sino Su infinita revelación de
Sí mismo. Dentro de esta revelación infinita, los seres limitados no podían
existir. En consecuencia, hubo una progresiva disminución y constricción de la
Or En Sof, dando lugar a la existencia limitada.
Esta constricción progresiva,
llamada Tzimtzum, dio origen a diversos planos de realidad, llamados, en la Kabbalá,
‘Jamishshá Ölamot’ (“Los 5 Mundos”). Cada ‘Ölam’ (“Mundo”) representa un cierto
nivel de ocultación de la Divinidad, de la Or En Sof. De mayor a menor (es
decir, de mayor a menor revelación), son:
(1) ‘Ölam Adam Kadmón’ (“El Mundo del
Hombre Primordial”), que es el Mundo primordial o el primer nivel de
revelación, en cierto modo finito.
(2) ‘Ölam HaAtzilut’ (“El Mundo de
la Emanación”).
(3) ‘Ölam HabBeriiiá’ (“El Mundo de la
Creación”).
(4) ‘Ölam HaiIetzirá’ (“El Mundo de la
Formación”).
(5) ‘Ölam HaÄsiiiá’ (“El Mundo de la
Acción”).
Todo el Universo físico es el
aspecto más bajo del ‘Ölam HaÄsiiiá’ (“El Mundo de la Acción”). En cada uno de
los Mundos hay una revelación cada vez más tenue de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita)
a medida que desciende y se oculta cada vez más. Es importante destacar que
estos Mundos no ocupan ubicaciones geográficas diferentes. No son geográficos
en absoluto, sino planos descendentes de realidad.
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