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Por Kabbalah y Torah en Expansión
Si todo el sufrimiento y otras
cuestiones por las que se debe orar desaparecen con la llegada de la Era
Mesiánica, ¿qué pasará con la ‘Tefil´lá’ (“oración”) misma? Porque no podemos
decir con certeza que la Tefil´lá misma, que se considera un “miembro de la
Shejiná”, será abolida.
Además, el versículo dice
(Irmiahu/Jeremías 50:20):
“En aquellos días y en aquel tiempo,
dijo HaShem, la iniquidad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados
de Judá, y no se hallarán”.
¿Por qué se buscará a los inicuos?
¿Quién necesitará las iniquidades de Israel?
La respuesta es que hay 4 categorías
de sufrimiento que evocan la ‘Tefil´lá’ (“oración”):
La primera es cuando uno se siente
afligido por ‘Jil´lul HaShem’ (“la profanación del Nombre de Di-s”) entre las Naciones
del Mundo, y ora por ello.
La segunda es el dolor de haber
pecado, porque el mayor sufrimiento es el pecado. El pecado, de hecho, es
incluso peor que la muerte, porque si bien la muerte expía el pecado, el pecado
causa muchos tipos de muerte.
La tercera es la Tefil´lá por la
‘Parnasá’ (“sustento”) de uno.
Y la cuarta es por la vida misma.
Estas 4 categorías están ordenadas
en niveles descendentes, desde lo más espiritual hasta lo más físico. Quien
reza por la profanación del Nombre de HaShem no está rezando por ninguna
salvación personal, sino por la de la Humanidad y del Universo entero. Rezar
por haber pecado, por sincero que sea, implica una salvación personal.
Los “miembros de la Shejiná” están
envueltos dentro de las 4 categorías de sufrimiento que acabamos de mencionar,
de modo que uno debe sentirse impulsado a orar mientras ve a través del velo de
esas circunstancias superficiales y eleva las chispas Divinas ocultas en ellas.
Cuando uno reza con la conciencia de
que en verdad está hablando con HaShem, experimenta que está en presencia de HaShem.
En ese momento, uno ha “revelado” a HaShem en el mundo, en su mundo. HaShem
siempre estuvo allí, pero nosotros no lo veíamos. Entonces HaShem nos hace
pasar por experiencias dolorosas para que lo llamemos desde nuestro
sufrimiento, para que podamos llegar a darnos cuenta de que el sufrimiento fue
sólo un medio para llevarnos a Él. Sin embargo, cuando uno ha alcanzado
realmente este nivel de Tefil´lá en el que uno está “en Unidad” con HaShem, la Tefil´lá
misma se ha transformado de un medio a la meta.
Sin embargo, cuando uno no se
enfrenta a una de esas 4 circunstancias dolorosas, no se da cuenta de que debe
orar.
Con respecto a esto, Rabbí Najmán de
Breslev dijo que uno debe entrenarse para hablar con HaShem sobre todo lo que
sucede en su vida, como si estuviera hablando con su mejor amigo.
Éste es, pues, el sentido del
versículo: “la iniquidad de Israel será buscada” para que se pueda orar por
ella, pero no aparecerá. “Los pecados de Judá” -la palabra hebrea ‘Jatot’ (“pecados”)
significa faltas, en este caso, las faltas presentes en cualquiera de esas
circunstancias dolorosas- “y no se hallarán”. Así, en ese día no habrá nada por
lo que orar, y la Tefil´lá entonces será sólo para lograr ‘Zivvuguim’ (“unificaciones”).
Como se ha dicho, el objetivo de la Tefil´lá
es alcanzar ‘Ijud’ (“Unificación”) con HaShem, para lo cual el sufrimiento es
sólo un medio. Pero cuando la Humanidad alcance este nivel, el sufrimiento ya
no será necesario como medio y la Tefil´lá será entonces para alcanzar niveles
cada vez más elevados de ‘Ejad’ (Unidad).
Porque todos los actos físicos que
se realizan en este mundo están todos aludidos en la Torá, y todos están
incluidos en el ‘Ölam HaAtzilut’ (“El Mundo de la Emanación”). Lo principal,
sin embargo, es creer más allá de toda duda que las palabras de la Tefil´lá
traen consigo la realidad inmediata de aquello por lo que uno está rezando.
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