UNA PIEDRA DE LA MONTAÑA

UNA PIEDRA DE LA MONTAÑA

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

¿Cómo pueden los ‘Mekubbalim’ (cabalistas) decir que las almas humanas son parte de HaShem de una manera equivalente a una piedra extraída de una montaña, no habiendo diferencia entre la piedra y la montaña excepto que una es una parte y la otra es un Todo?

 

Incluso si asumimos que la piedra está separada de la montaña por el instrumento de metal especialmente diseñado para este propósito, aun así, ¿cómo es posible decir algo así con respecto a la esencia de HaShem? ¿Y mediante qué instrumento podrían las almas separarse de Su esencia y dejar el estado de estar incluidas dentro del Creador para convertirse en lo creado?

 

Ahora estamos en condiciones de entender bien el asunto. Así como un instrumento de metal corta y divide un objeto físico, partiéndolo en dos, así también en la espiritualidad es la Diferencia de Forma la que divide una entidad en dos. Por ejemplo, cuando 2 personas se aman, podemos decir de ellas que se unen como si fueran un solo cuerpo. Lo contrario también es cierto. Cuando 2 personas se odian, decimos que están tan lejos una de la otra como el Este lo está del Oeste. No estamos discutiendo su ubicación, si cerca o lejos. Nuestra intención es si encarnan o no “La Equivalencia de Forma”.

 

Cuando una persona disfruta de Equivalencia de Forma con su amigo, a cada uno le gusta lo que le gusta al otro y le desagrada lo que le desagrada a su amigo. Se aman y son uno con el otro. Sin embargo, si hay alguna Diferencia de Forma entre ellos, por ejemplo, si uno ama algo aunque el amigo lo odie, entonces, según el grado de esta Diferencia de Forma, se alejan uno del otro. La Oposición de Forma ocurre cuando todo lo que uno ama, el otro lo odia y viceversa. Entonces están tan lejos uno del otro como el Este del Oeste, en 2 polos opuestos.

 

La Diferencia de Forma separa a las entidades espirituales de la misma manera que una espada separa los objetos del mundo físico; el grado de separación se da por el grado de Oposición de Forma. De esto se puede ver que, puesto que las almas tienen, innatamente, la voluntad de recibir el placer de HaShem, algo que no existe dentro de HaShem el Creador, han adquirido una Diferencia de Forma con respecto a HaShem. Esto actúa para separarlas de Su esencia de una manera similar a la de la espada que separa la piedra de la montaña. Fue a través de este cambio de forma que las almas emergieron de la Totalidad del Creador y se diferenciaron de Él, convirtiéndose así en criaturas.

 

Sin embargo, lo que las almas obtienen de la Luz de HaShem proviene directamente de Su Ser, de Su esencia. Por lo tanto, desde la perspectiva de la Luz de HaShem que las almas reciben dentro de su recipiente (el recipiente es el deseo de recibir), no existe separación entre la esencia de HaShem y entre ellas mismas, ya que la Luz que reciben es una emanación directa de Su Ser. La única diferencia que existe entre las almas y la esencia de HaShem radica en la forma en que las almas forman una porción de Su esencia. En otras palabras, la medida de Luz que las almas reciben dentro del recipiente, que es su deseo de recibir, ya constituye una parte que se ha separado de HaShem. La antipatía de forma que encarna el deseo de recibir es el vehículo que creó la “parte” en oposición al “Todo”. A través de él, las almas dejaron el aspecto del Todo y encarnaron el aspecto de la parte. Vemos, pues, que no hay diferencia entre HaShem y las almas, salvo que una constituye un Todo y la otra una parte, como en el caso de una piedra extraída de una montaña.

 

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