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Por Kabbalah y Torah en Expansión
El hombre, desde el momento en que
nace, tiene un alma de ‘Kedushá’ (Santidad). Pero ésta no es un alma realizada,
sino un alma inactiva o en potencia, el aspecto más pequeño del alma. Como
todavía es pequeño, se considera este aspecto del alma como un punto que está
investido en el corazón del hombre, es decir, que está investido en su voluntad
de recibir, que se revela principalmente a través del corazón.
Quizás estés familiarizado con el
concepto de que todo lo que se aplica a la totalidad de la realidad se aplica
igualmente en cada mundo individual y en cada partícula particular de ese
mundo, por diminuta que sea. Por lo tanto, así como hay 5 ‘Ölamot’ (Mundos)
dentro de la Totalidad de la realidad que corresponden a las 5 Sefirot: Kéter, Jojmá,
Biná, Tiféret y Maljut, también hay 5 Sefirot: Kéter, Jojmá, Biná, Tiféret y Maljut
dentro de cada ‘Ölam’ (Mundo). Asimismo, hay 5 Sefirot en cada partícula de
cada Mundo. Como hemos dicho, nuestro mundo se divide en los aspectos: ‘Domem-Tzoméaj-Jai-Medabber’
(“inanimado, vegetal, animal y humano”). Estos corresponden a las 4 Sefirot de Jojmá,
Biná, Tiféret y Maljut, correspondiendo el inanimado a Maljut, el vegetal a Tiféret,
el animal a Biná, el hablante a Jojmá y la raíz más alta de todas ellas a Kéter.
Sin embargo, como hemos dicho, una
entidad individual de cualquiera de las especies inanimadas, vegetales,
animales o humanas, también tiene en su interior los 4 aspectos pertenecientes
a lo inanimado, lo vegetal, lo animal y lo hablante. Así, por ejemplo, dentro
de cualquier persona se encuentran los aspectos: inanimado, vegetal, animal y
hablante que son los 4 aspectos de su voluntad de recibir, que revisten el
punto de su alma santa.
Antes de los 13 años, no hay
manifestación externa de este punto del alma sagrada dentro del corazón.
Después de los 13 años, si una persona comienza a practicar la Torá y las ‘Mitzvot’
(“Mandamientos”), incluso si esto es aún sin ninguna intención interna; es
decir, sin ningún grado de amor o conciencia de servir a HaShem, de todos
modos, esto hace que el punto del alma dentro de su corazón se agrande y
muestre su acción. Incluso sin intención positiva, el acto de hacer estas Mitzvot
purifica el deseo de recibir para uno mismo, pero sólo en su primer nivel, que
se llama ‘Domem’ (inanimado).
A medida que purifica la parte
inanimada del deseo de recibir, la persona construye los 613 miembros del punto
del alma dentro del corazón, que es el aspecto inanimado del Néfesh. Cuando ha
completado todas las 613 Mitzvot desde el aspecto práctico, entonces se
completan todos los 613 miembros del punto dentro del corazón que comprenden el
aspecto inanimado de su Néfesh.
Los 248 órganos espirituales se
construyen al realizar las 248 Mitzvot positivas, y los 365 tendones
espirituales se construyen al abstenerse de transgredir las 365 Mitzvot “negativas”.
Entonces el aspecto inanimado del Néfesh
se convierte en una entidad espiritual completa y el Néfesh luego asciende y se
viste con la Sefirá de Maljut que está en el Mundo espiritual de Äsiiiá.
Todas las unidades espirituales, lo
inanimado, lo vegetal y lo animal, que se encuentran en el Mundo de Äsiiiá y
que se relacionan con la Sefirá de Maljut de Äsiiiá, ayudan y asisten a la
entidad-alma de Néfesh de esa persona que asciende a la Sefirá de Maljut de Äsiiiá
de acuerdo con la medida en que el Néfesh se ilumina para recibirlas. Esta
iluminación se convierte en alimento espiritual para Néfesh, que le da fuerza
para crecer y aumentar su capacidad hasta que puede atraer hacia sí la luz de
la Sefirá de Maljut de Äsiiiá en toda su completa perfección, que luego da su
luz dentro del cuerpo de la persona. Esta luz perfecta ayuda a una persona a
aumentar su trabajo en la Torá y las Mitzvot para que pueda continuar
recibiendo otros niveles.
Ya hemos dicho que cuando una
persona nace, una fuente puntual de la luz de Néfesh se envuelve en su deseo de
recibir. De manera similar, aquí, cuando él o ella ha dado a luz a la entidad
espiritual que es el Néfesh de la Santidad, nace junto con ella una fuente
puntual que se origina en el nivel Superior. Es decir, surge una fuente puntual
del aspecto inactivo de la luz de Rúaj de Äsiiiá, que se envuelve en el aspecto
más íntimo de la entidad de Néfesh, de manera similar a lo anterior. El proceso
procede de esta manera a lo largo de todas las etapas. Siempre que nace una
etapa, la fuente puntual del aspecto inactivo de la etapa siguiente nace dentro
de ella. Esto establece la conexión entre la etapa Superior y la etapa
inferior, y este proceso continúa hasta las etapas más Altas. Así, a través de
la asistencia del punto del nivel Superior, que se envuelve en el inferior, el
alma es capaz de ascender cada vez a una etapa Superior.
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