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Por Kabbalah y Torah en Expansión
Hay que saber que todo tiene un
aspecto interior y un aspecto exterior. En el mundo en su conjunto, el Pueblo
de Israel, la descendencia de Avraham, Itzjak y Iaäkov, es considerada como el
aspecto más interior. Las 70 Naciones del Mundo son consideradas como el
aspecto exterior del mundo.
Dentro de Israel mismo, hay un
aspecto interior que consiste en aquellas personas que están seriamente
comprometidas con su trabajo espiritual de servir a HaShem, y hay un aspecto
exterior que consiste en aquellos que no están involucrados en la
espiritualidad. Del mismo modo, entre las Naciones del Mundo, hay un aspecto
interior que consiste en los Justos entre las Naciones y un aspecto exterior
que consiste en aquellos que son destructivos y groseros.
Incluso entre aquellos de Israel que
sirven a HaShem, hay un aspecto interno y un aspecto externo. El aspecto
interno está formado por aquellas personas que tienen el privilegio de
comprender el alma de los aspectos más profundos de la Torá y sus secretos, y
la parte externa está formada por personas que sólo se ocupan de los aspectos
prácticos de la Torá.
Todo esto también puede considerarse
de la misma manera en una persona individual. La persona tiene dentro de sí el
aspecto más interno, que es el aspecto de “Israel” dentro de la persona. Este
es el punto de Luz Divina dentro de su corazón. También tiene un aspecto
externo, que corresponde a las 70 Naciones del Mundo y se relaciona con la
voluntad de recibir. Estas “Naciones del Mundo” internas tienen la capacidad de
transformación. Pueden adherirse a la parte Divina más interna del alma de la
persona y entonces se vuelven como los ‘Guerim’ (“conversos”) que se unen a ‘Kenéset
Israel’ (“La Asamblea de Israel”).
Una persona puede reforzar y
respetar su aspecto más íntimo, que es el aspecto de Israel dentro de la
persona, por encima de su aspecto externo, que es el aspecto de las Naciones
del Mundo dentro de la persona. Entonces se esfuerza por poner la mayor parte
de su energía y trabajo en aumentar y mejorar su aspecto más íntimo por el bien
del alma.
A aquellos aspectos de sí mismo, que
corresponden a las Naciones internas del mundo dentro de esa persona, él o ella
le da sólo el mínimo requerido. Es decir que la persona sólo da el mínimo a sus
voluntades de recibir para sí, de acuerdo a lo que está escrito en el Pirké
Avot: “Haz de tu Torá tu principal ocupación y de tu trabajo secundario a ella”.
Las acciones de la persona afectan tanto el aspecto interno como el aspecto
externo del mundo en su conjunto. Él o ella hace que el nivel espiritual de
Israel suba y las Naciones del Mundo, que comprenden el aspecto externo de la
humanidad, entonces reconocen y valoran a Israel.
Pero si, ‘Jas VeShalom’ (“Di-s no lo
quiera”), ocurre lo contrario, es decir, que un individuo de Israel refuerza y
valora sus aspectos externos, que son el aspecto de las Naciones del Mundo
dentro de él o ella, por encima de su aspecto interno de Israel, entonces,
según la profecía “El extranjero que está dentro de ti”, que se refiere a los
aspectos externos de la persona, “prevalecerá sobre ti cada vez más alto...”, “...
y tú...”, es decir, tal como eres en ti mismo, en tu aspecto más interno, en tu
aspecto de “Israel” dentro de ti, “... descenderás más y más” (Devarim 28:43). Entonces
la persona hace que con sus acciones la exterioridad del mundo, que son las Naciones
del Mundo, ascienda más y más alto y tenga poder sobre Israel y lo humille
hasta el polvo, y los que son el aspecto más interno del mundo desciendan más y
más, Jas VeShalom.
No te sorprenda de que una persona
individual, con sus actos, pueda provocar la elevación o la degradación del
mundo entero. Existe una ley inalterable según la cual el macrocosmos [la
totalidad] y el microcosmos [el individuo] son tan parecidos entre sí como
dos gotas de agua. Lo mismo que ocurre con el macrocosmos ocurre con el
individuo y viceversa. Además, son los propios componentes individuales los que
forman el macrocosmos y, por tanto, el macrocosmos sólo se revela a través de
la manifestación de sus componentes individuales según su medida y su calidad.
Así pues, sin duda, el acto de una sola persona, según su capacidad, puede
rebajar o elevar a la Humanidad en su conjunto.
Así es como podemos entender lo que
afirma el Zóhar, que a través del estudio del Zóhar y la práctica de la
verdadera sabiduría, podemos lograr el fin de nuestro estado de exilio y una
redención completa.
Podríamos preguntarnos: ¿qué podría
tener que ver el estudio del Zóhar con la redención de Israel de entre las
naciones?
De lo que ya hemos visto, es fácil
entender que la Torá, como el mundo mismo, tiene un aspecto interno y uno
externo. Asimismo, quien se ocupa de la Torá tiene estos 2 niveles. Por lo
tanto, en la medida en que una persona, al practicar la Torá, fortalece y se
concentra en los aspectos más internos de la Torá y sus secretos, fortalece en
esta medida el aspecto más interno del mundo, que es Israel. Entonces Israel
comienza a cumplir su verdadera función con respecto a las Naciones del Mundo que
entonces valoran el papel de Israel entre ellas. Entonces se cumplirán las
palabras del profeta (Ieshaäiahu 14:2):
“Los tomarán las naciones y los
llevarán a su lugar. Y la Casa de Israel se establecerá en la Tierra de Di-s”.
De la misma manera (Ieshaäiahu
49:22):
“Así dice HaShem Di-s: ‘He aquí,
levantaré hacia las naciones Mi mano, y hacia los pueblos alzaré Mi estandarte;
traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas en hombros serán llevadas. Reyes
serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas’”.
En otras palabras, Israel, es decir,
la “voluntad de recibir para servir a HaShem y a los demás” triunfará sobre la
“voluntad de recibir para sí misma”, que entonces actuará como sirviente de la
“voluntad de recibir para dar”.
Pero, Jas VeShalom, puede ocurrir lo
contrario. Una persona de Israel puede devaluar la parte más íntima de la Torá
con sus secretos que tratan sobre los caminos de nuestras almas y sus niveles,
devaluando también las consideraciones y razones intelectuales de la Torá,
enfatizando en cambio el aspecto más externo de la Torá que trata únicamente de
cuestiones prácticas. Si una persona así alguna vez se preocupa por el aspecto
más interno de la Torá, sólo le dedica una pequeña parte de su tiempo, no le
presta la atención que merece, sino que lo trata como si fuera material superfluo.
Al comportarse de esta manera, rebaja y degrada el aspecto más interno del
mundo, los Bené Israel, reforzando la externalidad del mundo sobre ellos, que
son las Naciones del Mundo.
Entonces ellos, las Naciones del Mundo,
humillan a Israel y desprecian a los Bené Israel y consideran a Israel como una
entidad superflua en el mundo de la cual no hay necesidad, Jas VeShalom. No
sólo esto, sino que estas personas además hacen que los aspectos externos de
las Naciones del Mundo, que son personas groseras que dañan y destruyen el
mundo, prevalezcan sobre los aspectos internos de las Naciones del Mundo, que
son los Justos entre las Naciones. Luego causan una destrucción terrible,
matanzas y holocaustos, como los que nuestra generación ha sido testigo, HaShem
nos preserve de ahora en adelante.
Por lo tanto, podemos ver que la
redención de Israel y todo el valor de Israel dependen del estudio del Zóhar y
del aspecto más íntimo de la Torá. Lo opuesto también es cierto. Todas las
aflicciones y degradaciones que han sobrevenido a los Bené Israel se deben a
que descuidaron la parte más íntima de la Torá y no la valoraron, sino que la
consideraron algo superfluo, Jas VeShalom.
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