CONVERTIRSE EN PROFETA

CONVERTIRSE EN PROFETA

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

1. Uno de los fundamentos de nuestra fe es que HaShem se comunica mediante profecía con el hombre.

 

El Rambam menciona como el sexto de sus 13 Principios de Fe el concepto de profecía. En Hiljot Teshuvá 3:8, Maimónides incluye en la categoría de herejes que no tienen parte en el ‘Ölam HabBá’ (Mundo Venidero) a “quien dice que la profecía no existe y que el conocimiento no es comunicado desde el Creador al corazón del hombre”.

 

La profecía sólo se concede a un sabio muy sabio, de carácter fuerte, que nunca se deja vencer por sus inclinaciones naturales en ningún aspecto, sino que, con su mente, las supera en todo momento. Debe poseer también una perspectiva amplia y correcta. Una persona que está llena de todas estas cualidades y es físicamente sana es apta para la profecía.

 

Estas características por sí mismas no traen profecía, pero eliminan los obstáculos que un profeta podría enfrentar si careciera de ellas.

 

Cuando entre en el Pardés (“el reino del conocimiento espiritual”) y se sienta atraído por estos grandes y sublimes conceptos, si posee una perspectiva correcta para comprenderlos y captarlos, se volverá santo. Avanzará y se separará de las masas que avanzan en la oscuridad de la época. Debe continuar y entrenarse diligentemente para no tener ningún pensamiento sobre cosas infructuosas o sobre las vanidades e intrigas de la época.

 

Esto se debe a que la profecía no se adquiere en poco tiempo ni sin gran esfuerzo.

 

En cambio, su mente debe estar constantemente dirigida hacia Arriba, atada debajo del Trono de Gloria de HaShem, esforzándose por comprender las formas santas y puras y contemplando la sabiduría de ‘HKBH’ (El Santo Bendito Sea), en su totalidad, en sus múltiples manifestaciones desde la forma espiritual más elevada hasta el ombligo de la tierra, apreciando Su grandeza desde ellas.

 

Después de estos preparativos, el espíritu de profecía reposará inmediatamente sobre él.

 

Sin embargo, existe la posibilidad de que HaShem le niegue la profecía a una persona que sea digna de ella.

 

Cuando el espíritu descanse sobre él, su alma se mezclará con los ángeles llamados Ishim, y se transformará en una persona diferente y comprenderá con un conocimiento diferente del que tenía antes. Se elevará por encima del nivel de otros sabios, como le dijo el profeta Shemuel (Samuel) a Shaúl: “El espíritu de Di-s descenderá sobre ti y profetizarás con ellos. Y serás transformado en una persona diferente” (Shemuel Álef 10:6).

 

2. Hay varios niveles entre los ‘Neviim’ (profetas). Así como en lo que respecta a la sabiduría, un sabio es más grande que su colega, así también, en lo que respecta a la profecía, un profeta es más grande que otro. Todos ellos, sin embargo, comparten ciertos puntos en común.

 

Con excepción de Moshé, como dice la Ley.

 

Reciben visiones proféticas sólo en un sueño visionario o durante el día después de que el sueño los ha dominado, como dice el versículo: “Me revelo a él en una visión. Hablo con él en sueños” (Bamidbar 12:6).

 

Cuando alguno de ellos profetiza, sus miembros tiemblan, sus poderes físicos se debilitan, pierden el control de sus sentidos, y así, su mente queda libre para comprender lo que ve, como dice el versículo referente a Avraham: “Y un terror grande y tenebroso cayó sobre él” (Berreshit 15:12).

 

De manera similar, Daniiiel afirma: “Mi apariencia cambió horriblemente y no retuve fuerzas” (Daniiiel 10:8).

 

Como el nivel de refinamiento de estos profetas no es completo, sus mentes conscientes no pueden operar de manera normal mientras profetizan.

 

3. Cuando un profeta recibe un mensaje en una visión, se lo comunica en forma de imágenes metafóricas. Inmediatamente, la interpretación de las imágenes queda impresa en su corazón y conoce su significado.

 

Por ejemplo, la escalera con los ángeles subiendo y bajando que imaginó el patriarca Iaäkov era una alegoría de los imperios y su subyugación de sus descendientes. De manera similar, las criaturas que vio Iejezkel (Ezequiel), la olla hirviendo y la vara de almendro que imaginó Irmiahu (Jeremías), el rollo que vio Iejezkel y la medida que vio Zejariá (Zacarías) eran todas imágenes metafóricas.

 

De manera similar, algunos profetas relataban la alegoría y su explicación. Otros relataban solo la explicación. A veces, relataban solo las imágenes sin explicarlas, como se puede ver en algunas de las profecías de Iejezkel y Zejariá.

 

Todas las profecías vienen en forma de imágenes metafóricas y alegorías.

 

4. No todos los profetas profetizan cuando quieren, sino que deben concentrar su atención en los conceptos espirituales y recluirse, esperando en un estado de ánimo alegre y gozoso, porque la profecía no puede reposar sobre una persona cuando está triste o lánguida, sino sólo cuando está feliz.

 

Véase Melajim Bet/2ª Reyes, capítulo 3, que relata que después de que Iehoram (Joram), rey de Israel, había despertado la ira del profeta Elishá (Eliseo), fue necesario que se presentara una obra de teatro ante él antes de que pudiera alcanzar la profecía.

 

Y véase la Guía para los perplejos (Vol. II, capítulo 36), que explica que la razón por la que la profecía cesó poco después de la destrucción del Primer Templo es que las dificultades del exilio impidieron que nuestro pueblo experimentara la felicidad genuina necesaria para ser receptores adecuados del espíritu profético.

 

Por eso, los discípulos de los profetas siempre tenían arpa, tambor, flauta y lira [delante de ellos] cuando buscaban la profecía. Esto es lo que significa la expresión (Shemuel Álef 10:5): “Estaban profetizando”, es decir, siguiendo el camino de la profecía hasta que realmente profetizaban, como si dijera: “Fulano aspira a la grandeza”.

 

5) Aquellos que aspiran a la profecía son llamados “los discípulos de los profetas”. Aunque concentren su atención, es posible que la ‘Shejiná’ (Presencia Divina) descanse sobre ellos, y es posible que no descanse sobre ellos.

 

6) Todas las afirmaciones anteriores describen el camino de la profecía de todos los profetas antiguos y posteriores, con excepción de Moshé Rabbenu, el maestro de todos los profetas.

 

¿Cuál es la diferencia entre la profecía de Moshé y la de todos los demás profetas? La visión divina es otorgada a todos los demás profetas en un sueño o visión. Moshé Rabbenu, profetizaba mientras estaba despierto, como se dice: “Cuando Moshé entró en la Tienda de Reunión para hablar con Él, oyó la Voz que le hablaba” (Bamidbar 7:89).

 

La visión divina es otorgada a todos los demás profetas por medio de un ‘Malaj’ (ángel).

 

Porque su nivel de refinamiento es insuficiente para que puedan recibir abiertamente la revelación divina.

 

Por lo tanto, ellos perciben sólo imágenes metafóricas y alegorías que reflejan la naturaleza de ese ángel en particular. Moshé Rabbenu, profetizaba sin la mediación de un ángel, como dicen los versículos: “Boca a boca le hablo” (Bamidbar 12:8), “Y Di-s le hablaba a Moshé cara a cara” (Shemot 33:11) y “Él contemplaba la imagen de Di-s” (Bamidbar 12:8), es decir, no había metáfora. Más bien, percibía el asunto en su plenitud, sin metáfora ni alegoría. La Torá testifica acerca de él “[Le hablo…] manifiestamente, sin alegoría” (Bamidbar 12:8), lo que significa que su apreciación de la profecía no sería a través de la metáfora, sino a través de la revelación abierta, apreciando el asunto en su plenitud.

 

Todos los otros profetas están sobrecogidos, aterrorizados y confundidos por las revelaciones que experimentan, pero Moshé Rabbenu, no respondió de esta manera, como relata la Torá: “[Di-s le habló a Moshé…] como un hombre habla a un amigo” (Shemot 33:11) - es decir, así como una persona no se sobresaltará al escuchar las palabras de su amigo, así también, el poder mental de Moshé fue suficiente para comprender las palabras de la profecía mientras estaba de pie en un estado de compostura.

 

Los profetas no pueden profetizar cuando lo desean. Moshé Rabbenu, era diferente. Cuando lo deseaba, el espíritu divino lo envolvía y la profecía reposaba sobre él. No tenía que concentrar su atención para prepararse para la profecía, porque su mente siempre estaba concentrada, preparada y lista para apreciar la verdad espiritual como lo están los ‘Malajim’ (ángeles). Por lo tanto, profetizaba en todo momento, como dice el versículo: “Pónganse de pie y escuchen lo que Di-s les ordene” (Bamidbar 9:8).

 

HaShem le prometió esto, como [se implica en]: “Ve y diles: ‘Regresen a sus tiendas’, pero tú quédate aquí junto a Mí” (Devarim 5:27-28). Esto debe interpretarse en el sentido de que cuando la profecía se aleja de todos los otros profetas, ellos regresan a sus “tiendas” - es decir, a las necesidades del cuerpo, como otras personas. Por lo tanto, no se separan de sus esposas. Moshé Rabbenu, nunca regresó a su “tienda” original. Por lo tanto, se separó de las mujeres y todo lo de esa naturaleza para siempre. Ató su mente a la Roca Eterna. En consecuencia, la gloria nunca lo abandonó para siempre. La carne de su rostro resplandeció, porque se volvió santo como los ángeles.

 

7) Existe la posibilidad de que un profeta experimente la profecía sólo por su propio bien, es decir, para ampliar su perspectiva y aumentar su conocimiento, permitiéndole saber más acerca de los conceptos elevados de lo que sabía antes.

 

También es posible que sea enviado a alguna de las Naciones del Mundo, o a los habitantes de una ciudad o reino en particular, para prepararlos e informarles lo que deben hacer o para impedirles que continúen el mal que están haciendo.

 

Cuando es enviado en tal misión, se le da una señal o un prodigio para realizar, para que la gente sepa que HaShem realmente lo ha enviado. No todo aquel que realiza señales o prodigios debe ser aceptado como profeta: sólo una persona que se sabe de antemano que es apta para la profecía; es decir, su sabiduría y sus buenas acciones superan a las de todos sus contemporáneos. Si sigue los caminos de la profecía en santidad, separándose de los asuntos mundanos, y luego realiza una señal o prodigio y declara que fue enviado por HaShem, es una Mitzvá escucharlo, como dice el versículo: “Escúchenlo” (Devarim 18:15).

 

Es posible que una persona realice una señal o prodigio aunque no sea un profeta, sino que el prodigio tenga otra causa detrás. Esto se debe a que las señales y prodigios e incluso la adivinación del futuro pueden realizarse mediante la hechicería y similares, como se explica en los capítulos 8-10. Sin embargo, es una Mitzvá escucharlo. Dado que es un hombre sabio, de estatura y apto para la profecía, aceptamos su profecía como verdadera.

 

Ésta es la naturaleza del mandamiento de la Torá. Para dar un ejemplo de un paralelo: Se nos ordena emitir un juicio legal basado en el testimonio de dos testigos. Aunque puedan testificar falsamente, dado que sabemos que son aceptables como testigos, presumimos que están diciendo la verdad.

 

Considerando estos asuntos y otros similares, la Torá afirma: “Los asuntos ocultos son para HaShem, nuestro Di-s, pero lo revelado es para nosotros y nuestros hijos” (Devarim 29:28), y “El hombre ve lo que está revelado a los ojos, pero Di-s ve en el corazón” (Shemuel Álef 16:7).

 

El Rambam está dando a entender que es imposible que el hombre llegue a conocer la verdad absoluta sobre una situación. Por lo tanto, la Torá nos da criterios con los cuales gobernar nuestras decisiones. Si bien pueden no ser totalmente infalibles, son, sin embargo, aplicables a nuestras circunstancias. Si seguimos estos criterios y cometemos un error, HaShem no responsabiliza al hombre.

 

Si quieres seguir aprendiendo e ingresar a nuestro grupo de estudio escríbenos un sms al chat de la página de Facebook o al email: kabbalahytorah7@gmail.com


Gracias por apoyar y darle continuidad al proyecto de Kabbalah y Torah en Expansión

DONAR - TZEDAKÁ


Comentarios

Entradas populares de este blog

PITUM KETORET - HEBREO-FONÉTICA-ESPAÑOL

TEHILIM/SALMOS 145 - HEBREO-FONÉTICA Y ESPAÑOL

TEHILIM - SALMOS 91 YOSHEV - El que habita - SEGULÁ CONTRA MAZIKIM (ESPÍRITUS DAÑINOS) - MEKATREGUIM Y LILIN