HIJOS DEL OMNIPRESENTE
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HIJOS DEL OMNIPRESENTE
Por Kabbalah y Torah en Expansión
Tehil´lim/Salmos 48:2:
GADOL ADO-NAI UMEHUL´LAL MEOD BEÏR ELO-HENU
HAR-KODSHÓ
“Grande es HaShem y digno de ser en
gran manera alabado en la ciudad de nuestro Di-s, en el monte de Su santidad”.
Este ‘Pasuk’ (“versículo”) puede
entenderse basándose en el Pasuk de Ieshaäiahu/Isaías 49:3:
“Tú eres mi siervo, Israel, en quien
Yo mostraré Mi gloria”.
Es decir, ‘HKBH’ (El Santo Bendito Sea),
obtiene abundante gloria, placer y deleite de las obras de un ‘Tzaddik’
(“persona justa”) y de su estudio y oraciones de la Torá.
‘JaZaL’ (“nuestros sabios de bendita
memoria”) declararon en Kiddushín 30b: “El Santo, Bendito Sea, dijo al Pueblo de
Israel: ‘Hijos míos, he creado la inclinación al mal y he creado la Torá como
su antídoto’”. En otras palabras, he creado el ‘Iétzer HarRá’ (“inclinación al
mal”) y he creado la Torá como su antídoto. ¡Tu amor y cariño por nosotros es
muy grande! Tú creaste el Iétzer HarRá y creaste la Torá. A través de la Torá
nos diste el poder de vencer el Iétzer HarRá y endulzarlo, como un chef que
añade especias a la olla. Todo proviene de Ti y es Tuyo, y sólo por Tu poder
tenemos la capacidad de lograr todo esto. Aun así, sientes gran deleite y
orgullo al hacerlo, como si lo hubiéramos logrado por nuestra cuenta. A través
de esta gran bondad reconocemos Tu gran amor y afecto por nosotros, porque nos
has llamado “Hijos del Omnipresente” (Avot 3:18).
Esto es análogo a un hijo amado por
su padre, y un invitado debe llegar para probar el conocimiento de la Torá del
hijo. Ahora, por sí solo, el hijo no logra comprender la sentencia judicial que
se discutirá, por su gran profundidad. Sin embargo, debido a que el padre ama y
adora a su hijo, no puede soportar verlo sufrir en su estudio del fallo legal,
debido a la falta de comprensión al abordar el problema. ¿Qué hace el padre?
Enseña a su hijo y así le aclara el tema, mostrándole la forma correcta de
entenderlo. Al hacerlo, prácticamente le abre toda la profundidad del tema.
El invitado finalmente llega y
comienza a interrogar y probar al hijo sobre la sentencia, delante de su padre.
El hijo comienza a explicar el fallo y el invitado le hace preguntas sobre su
explicación, presentándole numerosas dificultades. Sin embargo, es capaz de
responder adecuadamente a todas las dificultades. A cada pregunta y dificultad
que se le presenta, responde con claridad y al grano. Su padre ve esto y se
alegra, sintiendo gran placer y orgullo. Aunque el hijo prevaleció porque su
padre lo instruyó, el padre obtiene una gran satisfacción de ello. Ahora,
cuando el huésped ve el gran deleite del padre, quiere aumentar el placer y la
satisfacción del padre. Intenta así dominar al hijo, planteándole nuevas
dificultades más fuertes y difíciles que sus preguntas anteriores. El hijo, sin
embargo, confía en lo que le enseñó su padre, profundiza en sí mismo y
despierta el poder de la intuición para afrontar las dificultades y responder
satisfactoriamente a todas las preguntas.
Acerca de esto, los Jajamim declararon
(Sukká 52a): “aquel que es mayor que otro, su Iétzer HarRá es mayor que el del
otro”. ‘JaZaL’ declararon de manera similar: “La intención del Satán es por el
bien del Cielo”. Se entiende así la analogía: cuando ‘HKBH’, ve al Tzaddik
prevalecer sobre su Iétzer HarRá, obtiene gran placer de ello. El Iétzer HarRá
viene a dominarlo todos los días, pero él lo vence y prevalece sobre él.
‘JaZaL’ dijeron “El Santo, Bendito Sea,
llamado Iaäkov E´L” (Meguil´lá 18a). El Nombre א"ל ‘E´L’ denota fuerza y
poder, como en “Quitó a los ‘Elé’ (“poderosos”) de la tierra” (Iejezkel/Ezequiel
17:13). Este es el significado de “Lo llamó ‘E´L”, porque al ‘Tzaddik’ se le
conoce como “el poderoso que somete a su Iétzer HarRá” (Avot 4:1). En el futuro
“El Santo, Bendito Sea, traerá el Iétzer HarRá y lo matará en presencia de los ‘Tzaddikim’
(“personas justas”) y los ‘Reshaïm’ (“personas malvadas”). Para los Tzaddikim, el
Iétzer HarRá les parecerá una montaña alta, mientras que para los Reshaïm les
parecerá un mechón de cabello. Los Tzaddikim gritarán y dirán: ‘¿Cómo pudimos
superar una montaña tan alta?’ Los Reshaïm gritarán y dirán: ‘¿Cómo no pudimos
vencer este mechón de cabello?” (Sukká 52a). Es decir, en el futuro venidero,
la gran fuerza de los Tzaddikim será reconocida y revelada, en el sentido de
que conquistaron tan grande montaña.
En el futuro, tal vez todos se
referirán a los Tzaddikim con el nombre de א"ל ‘E´L’. Esto se insinúa en el versículo de Bamidbar/Números 23:23: “En
aquel tiempo, se dirá de Iaäkov y de Israel: ‘Lo que ha hecho א"ל ‘E´L?’” Como se sabe, el
Tzaddik recibe el nombre de Israel. Así, respecto al Tzaddik, se le dirá: “¿Qué
ha hecho א"ל ‘E´L?” En otras
palabras, es como alguien que le pregunta a su prójimo: “¿A qué te
dedicas? ¿Cómo estás?” De la misma
manera, se les dirá a los Tzaddikim: “¿Qué has hecho, א"ל ‘E´L?”
Así, el versículo antes mencionado
(Tehil´lim 48:2): “Grande es HaShem y digno de ser en gran manera alabado en la
ciudad de nuestro Di-s, en el monte de Su santidad”, puede entenderse de la
siguiente manera:
Debemos alabar y magnificar a ‘HKBH’,
por toda la bondad que Él nos ha otorgado. Todo el gran orgullo que Él deriva
de nuestro servicio está en בעיר
‘BEÏR’ (“en la ciudad”), que es un término de התעוררות ‘Hitörerut’ (“despertar”) a “nuestro Di-s”. En otras palabras, es
Él, HaShem, nuestro Di-s, quien nos despierta y nos da la fuerza para servirle
y vencer el Iétzer HarRá. Esto es lo que está dicho (Sukká 52b): “Si ‘HKBH’, no
ayudara, una persona sería incapaz de vencer el Iétzer HarRá”. Sin embargo,
aunque el poder para vencer al Iétzer HarRá proviene de la ayuda de HaShem, sin
embargo, Él siente gran orgullo y placer por esto y nos da abundante
recompensa, como si lo hiciéramos todo por nuestra cuenta. Sin embargo, en
realidad, el verdadero servicio a HaShem debe ser a través de nuestro propio
despertar, en el sentido de que somos “parte de la Divinidad desde Arriba”. Este
es el significado de ‘BEÏR ELO-HENU’ (“en
la ciudad de nuestro Di-s”), es decir, un ‘Hitörerut’ (“despertar”) de nuestro
‘Iétzer HatTov’ (“buena inclinación”), que es la parte de la Divinidad dentro
de nosotros.
Todos los logros del hombre son
posibles sólo en virtud de que HaShem le proporciona la posibilidad y la
energía para realizarlos. En efecto, entonces, el hombre no debería recibir
ningún crédito por esto. Sin embargo, HaShem se lo cuenta al hombre como si lo
hubiera logrado por sí solo. Esto resuelve la aparente contradicción en el
versículo (Tehil´lim 62:13): “Tú, Di-s, ten bondad, porque recompensas al
hombre según sus obras”: ‘Jásed’ (“bondad”) implica gracia gratuita;
“recompensas al hombre según sus obras” implica una compensación bien merecida
y, por tanto, ¡no algo gratuito! Sin embargo, aunque sólo por la gracia Divina
el hombre tiene la capacidad y la oportunidad de hacer el bien, HaShem en su
bondad lo recompensa como si lo hubiera hecho por su cuenta.
“Israel, en quien Yo mostraré Mi
gloria” se refiere a los ‘Tzaddikim’ (“personas justas”), porque Su gloria, Bendito
Sea Él, se produce por medio de sus buenas obras y su ‘Devekut’ (“adhesión”) en
HaShem”.
‘BEÏR ELO-HENU’ (“en la ciudad de nuestro Di-s”) recibe
2 interpretaciones: se puede leer en términos de nuestra capacidad de servir a HaShem
y superar el Iétzer HarRá en virtud de la inspiración de ‘ELO-HENU’ (“nuestro
Di-s”) desde Arriba y en términos de la advertencia de que nuestro servicio a HaShem
debe ser por medio de nuestra propia “agitación” (despertar) de la “parte” de ‘ELO-HENU’
dentro de nosotros”, es decir, de nuestra alma Divina y Iétzer HatTov.
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