KOVED HARROSH
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KOVED HARROSH
Por Kabbalah y Torah en Expansión
Talmud Berajot 30b:
“Uno no debe levantarse a orar sino
con ‘Koved HarRosh’ (“pesadez de cabeza”, “humildad)”
Es decir, no ores por lo que te
falta, porque entonces tu pedido no será aceptable. Si deseas orar, hazlo por
causa de ‘Koved HarRosh’ (“pesadez de cabeza”). Porque cualquier cosa que te
falte, esa misma deficiencia está en la Shejiná. Porque el hombre es “parte de HaShem
desde lo Alto”. Cualquier deficiencia en una parte, por tanto, se aplica
también al Todo, y el Todo siente la deficiencia de la parte. Por lo tanto, tu
oración debe ser por lo que falta en el conjunto general. Esto es lo que se
entiende por ‘Koved HarRosh’ (“pesadez de cabeza”).
“Aquel que no ora diariamente por
sustento es de poca fe (Zóhar 2:62). Suplicar a HaShem por nuestras necesidades
constantes es una expresión de nuestra creencia en Di-s y la Divina
Providencia, un reconocimiento de la soberanía divina y nuestra continua
dependencia de HaShem para todo lo que tenemos y necesitamos. No obstante, este
concepto debe ubicarse en el contexto más amplio de la realidad última donde
los eventos y condiciones en la tierra reflejan “eventos y condiciones”
espirituales.
El énfasis en los deseos personales,
y mucho menos el presuntuoso ‘Ïiiún Tefil´lá’ (“el cálculo sobre la oración”),
es decir, esperar que HaShem conceda estos deseos como compensación debida por
la oración, puede ser contraproducente: provoca una “auditoría” celestial del
historial del suplicante, llama así la atención sobre sus pecados y fracasos
(Berajot 32b; Rosh Hashaná 16b).
“A la ‘Shejiná’ (Presencia Divina)
se le llama ‘Rosh’ (Cabeza)” (Zóhar 3:187a).
‘Koved HarRosh’, en su significado
literal de “pesadez de cabeza”, se refiere así a la pesadez aflictiva de la
Shejiná. Este es el concepto antropomórfico del “dolor” Divino, los
sufrimientos que la Shejiná comparte con el hombre, que aparece frecuentemente
en el Talmud y el Midrash (Sanhedrín 46a; Mejiltá Shemot 12:41 y 17:15; Sifré
Bamidbar 10:35; Midrash Tehil´lim 20:1), esencialmente basado en Ieshaäiahu/Isaías
63:9 y Tehil´lim 91:15. Las deficiencias y el sufrimiento en la tierra, por lo
tanto, reflejan, por así decirlo, una condición análoga Arriba, en la Shejiná.
“La Shejiná es la raíz misma y
fuente de todas las almas” (Zóhar 1:25a; Tikkuné HazZóhar 3b).
“Cada alma es una chispa o “miembro”
de la Shejiná” (Zóhar 3:17a y 231b).
El cuerpo sin vida (es decir, sin
alma) no siente dolor ni percibe ninguna necesidad. Por implicación, entonces,
el sufrimiento lo siente el alma (el “miembro” de la Shejiná), no el cuerpo. Si
el dolor o la deficiencia es sentido por la parte, por la extensión individual
de la Shejiná, también es sentido por el “Todo”, por la Shejiná misma.
La oración en nombre de la Shejiná
(el “Todo”) por sí misma cubre los problemas o necesidades del hombre (la parte
del “Todo”); porque “a medida que tu oración es respondida y la salvación es
obrada para HaShem (es decir, la Shejiná), esto trae también a la conclusión del
versículo (Tehil´lim 3:9):
ÄL-ÄMMEJÁ VIRJATEJA
SELA
“Sobre Tu pueblo será Tu bendición.
Sela”.
En este contexto el Báäl Shem Tov
resuelve 2 pasajes contradictorios: uno afirma que uno debe orar diariamente
por necesidades; el otro (Tikkuné HazZóhar 6:22a) se refiere a aquellos que
oran por sus necesidades personales o materiales como “perros arrogantes que
ladran y nos dan de comer”.
El Báäl Shem Tov explica:
Uno puede, de hecho debe, orar por
todas y cada una de las necesidades, aunque sólo sea por el reconocimiento y la
conciencia de la soberanía Divina y la dependencia total y continua de cada
cosa de HaShem. Sin embargo, no hay que perder la perspectiva: no dejarse
llevar por detalles pasajeros en lugar de concentrarse en el Conjunto.
Aun así, el Báäl Shem Tov advierte
(Tehil´lim 101:7):
LO-IESHEV BEKÉREV BETÍ ÖSÉ REMIIIÁ DOVER SHEKARIM LO-IKKÓN
LENÉGUED ËNAI
“No habitará en medio de Mi casa el
que hace engaño; el que habla mentiras no se afirmará delante de Mis ojos”.
Por lo tanto, cuando estés abrumado
por la angustia de las necesidades personales y no puedas superarlas, nunca
pretendas orar por el bien de la Shejiná. HaShem examina el corazón y conoce la
verdad. Es mejor ser honesto y orar por uno mismo que la falsedad de fingir
preocupación por la Shejiná.
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