RIQUEZA - 6   

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

Dejar migajas caídas desencadena la pobreza.

 

La riqueza es un principio masculino, mientras que la pobreza es un principio femenino.

 

Cualquier cosa que uno desee, ya sea sabiduría, riqueza o hijos, debe esforzarse por obtenerlo a través de medios naturales y suplicar misericordia para que estos medios resulten exitosos.

 

Cuando el año es de prosperidad económica, augura salud física.

 

Temer a HaShem y actuar con bondad hacia los demás nos salva de ser dañados por el fuego y merecemos ganarnos la vida.

 

Una disminución en el cumplimiento de las sentencias legales basadas en la Torá provoca una disminución de los medios de vida. Lo inverso también es cierto, ya que un aumento en la adherencia a la ley de la Torá trae consigo un aumento en los ingresos.

 

Las pruebas que respaldan las leyes rabínicas de la Torá traen abundante prosperidad al Mundo. Esto se debe a que hay una serie de cosas para las cuales no encontramos ningún versículo explícito en la Torá en el cual basarlas, y los ‘Jajamim’ (sabios) se esforzaron por encontrar alguna referencia de apoyo como prueba de su promulgación.

 

Cuando una persona anhela ser enterrada en la Tierra de Israel, es bendecida con ‘Parnasá Guedolá’ (“abundantes medios de vida”).

 

Una persona debe gastar energía en los preparativos de una ‘Seüddá’ (“comida”) que se celebrará en honor de alguna ‘Mitzvá’, incluso cortando leña. Mientras corta, debe tener en cuenta que está rompiendo y separando lo malo de lo bueno en el Árbol del Conocimiento. Al hacerlo, merece ganarse la vida.

 

Al regresar a HaShem en ‘Teshuvá’ (“arrepentimiento”), uno se gana la vida fácilmente.

 

Vivir de los frutos del propio trabajo es tan grande, que quien lo hace reconoce la gloria de HaShem de una manera que ni siquiera los ‘Malajim’ (ángeles) pueden.

 

Los cambios que tienen lugar en los ángeles (a veces están sentados y otras de pie, a veces aparecen como mujeres y otras como hombres, así como todos los demás cambios) se reflejan en los cambios que tienen lugar en el flujo de bendición que desciende del Cielo. A veces las ‘Berajot’ (Bendiciones) aparecen como fuego, otras veces como agua, o como piedra, o como cualquiera de las otras formas. Todos estos cambios afectan tanto al Mundo como al hombre. La voluntad de una persona también se alterna según estos cambios, de modo que a veces quiere una cosa y otras veces quiere otra.

 

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