LA BOCA DEL MAL SE CIERRA

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

Los ‘Mekubbalim’ (cabalistas) genuinos han dicho que el número total de niveles de impureza que conducen al nivel más alto de impureza es 1000. Estos niveles de impureza se conocen colectivamente como נכריות ‘Najriiot’ (“esposas nacidas en el extranjero”).

 

Los ‘Jajamim’ (sabios) aquí dejan abierta deliberadamente la pregunta de si el número 1000 mencionado como el número de las esposas de Salomón debe entenderse alegóricamente.

 

La misma sabiduría de Salomón fue la causa por la que investigó el significado e influencia de todos estos diversos niveles de contaminación de la “Serpiente” original. Cuando el Libro de los Reyes describe a Salomón de haber “caminado tras Ästoret, el ídolo de los Tzidonim (sidonios)”, no dice que Salomón sirvió o adoró tales ídolos. El significado es que “fue a investigar la base filosófica de ese culto”. En el proceso, se involucró más de lo necesario para el propósito de su investigación. Esto se consideró un pecado de su parte. Mientras que a Salomón le incumbía entender la naturaleza de ese culto.

 

Cuanto más asciende espiritualmente una persona o un pueblo, mayor es el desafío al Satán (“adversario”). El Satán “trabajará horas extras” para tratar de atrapar a las personas que están espiritualmente elevadas y arrastrarlas hacia abajo.

 

Las personas que están a punto de ver cumplido el anhelo de su vida al contraer matrimonio, consagrar una casa o recoger la primera cosecha de sus viñedos, corren, por tanto, riesgo porque han llegado a una situación próxima a la realización de una gran aspiración -similar a la del Pueblo de Israel antes de su entrada en Tierra Santa.

 

Los ‘Jajamim’ (sabios) explican la costumbre de romper un vaso durante la ceremonia de la boda como un “soborno” a מדת הדין ‘Middat HadDin’ (“la medida del juicio”) al igual que el proverbio sobre “dar al Satán lo que le corresponde”. Como resultado de recibir este reconocimiento, “la boca del mal se cierra”.

 

Cuando Israel se paró en el Monte Sinaí y recibió la Torá, estaban en un estado similar al de una ‘Kal´lá’ (novia) antes de su ‘Jatuná’ (boda). El Satán aprovechó esta oportunidad haciendo esfuerzos adicionales para subvertir al Pueblo de Israel, temiendo que una vez que ‘Las Tablas’ se convirtieran en propiedad del Pueblo de Israel, serían inmunes para siempre contra sus esfuerzos por corromperlos, es decir, perdería su poder para contener la amenaza de la mortalidad sobre ellos. Al emplear el ‘Äin HaRá’ (“mal de ojo”), el Satán, en la forma del becerro de oro, logró seducir a la nación a pesar de que estaba en un nivel espiritual tan alto.

 

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