TEFILAT MENASHE - La Oración de Manasés
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TEFIL´LAT MENASHSHÉ (“La Oración de Manasés”)
Por Kabbalah y Torah en Expansión
‘Tefil´lat Menashshé’ (“La Oración
de Manasés”) es una oración de ‘Teshuva’ (arrepentimiento”) de 15 ‘Pesukim’ (“versos”)
atribuida a Menashshé ben Jizkiiahu (Manasés hijo de Ezequías), el decimocuarto
rey de Iehudá (Judá).
El Tanaj describe a Manasés como uno
de los reyes más idólatras de Iehudá (Melajim Bet/2ª Reyes 21:1-18; Divré
HaiIamim Bet/2ª Crónicas 33:1-9), y registra que los asirios se llevaron
cautivo a Manasés (Divré HaiIamim Bet 33:13).
En cautiverio, oró por misericordia
y se apartó de sus caminos idólatras al ser liberado. El Tanaj no registra el
contenido de la oración, pero menciona que está registrado en las “crónicas de
los reyes de Israel” (Divré HaiIamim Bet 33:18).
TEFIL´LAT MENASHSHÉ - La oración de Manasés
Por Kabbalah y Torah en Expansión
Señor de los Ejércitos, Di-s
Todopoderoso, Di-s de nuestros padres Avraham, Itzjak y Iaäkov, y Di-s de su
simiente justa.
Quien hizo los cielos y la tierra y todas
sus huestes.
Quien limitó el mar con Su palabra,
y cerró y selló las profundidades, en Tu Nombre glorioso y temible.
Y todos se maravillan y tiemblan
ante Tu poder.
Y nadie puede estar de pie ante Tu
majestuosa gloria, ni soportar Tu furiosa ira contra los malvados.
Sin embargo, sin medida ni límite es
la misericordia que Tú has otorgado.
Porque Tú, oh HaShem, tardo para la
ira y grande en misericordia, y perdonador de los males de los hombres; Tú, oh HaShem, en Tu gran bondad, has otorgado el perdón a los pecadores que moran en
las transgresiones, y en Tu gran compasión has puesto un camino de ‘Teshuvá’ (“arrepentimiento”)
para los malvados para que puedan ser salvos.
Tú, oh HaShem, Di-s de los Justos,
no concediste perdón a los justos Avraham, Itzak y Iaäkov, ya que no habían
pecado contra ti; pero a mí, pecador, me has concedido el perdón, porque he
pecado.
Mis iniquidades son incontables, y
no debo ver, ni alzar mis ojos, ni mirar hacia lo alto, desde la grandeza de
mis transgresiones; y ahora, oh HaShem, con justicia me has afligido, y
conforme a la obra de mis manos me has pagado con cautiverio.
Estoy doblado con ligaduras de
hierro, ni siquiera puedo levantar la cabeza de los pecados de mi alma, ya que
moví Tu espíritu y fui malo a Tus ojos: no hice Tu voluntad y no guardé Tus Mandamientos,
y levanté ídolos repugnantes y aumenté las abominaciones.
Y ahora doblo la rodilla de mi
corazón, porque deseo Tu bondad.
He pecado, oh HaShem, he pecado, y
de mis transgresiones soy bien consciente.
Y así Te suplicaré, oh HaShem,
perdona, ¡por favor! - perdóname, y no me dejes morir en el pecado, y no guardes
para siempre las iniquidades, y no me rechaces de Ti y me coloques en lo
profundo de la tierra, porque Tú eres HaShem, Di-s de los ‘Báälé Teshuvá’ (“arrepentidos”).
¡Muéstrame por favor! - Tu bondad
hasta conmigo y sálvame en Tu gran compasión, aunque no soy digno de verlo.
Y Te alabaré siempre, todos los días
de mi vida, porque a Ti te alaban todo el Ejército de los Cielos, y a Ti, oh HaShem,
es el honor, por los siglos de los siglos, amén.
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