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Mostrando entradas de noviembre, 2018

8 DÍAS DE JANUKA: CREANDO MILAGROS

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8 DÍAS DE JANUKKÁ: CREANDO MILAGROS   

JANUKA: LUZ DE JOJMÁ (recepción) SIN JASADIM (otorgamiento)

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JANUKKÁ: LUZ DE JOJMÁ (recepción) SIN JASADÍM (otorgamiento)   Está escrito que está prohibido usar las velas de Janukká sino sólo verlas, por falta de las vestimentas.

JANUKA: LA TRADICIÓN ORAL

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JANUKKÁ: LA TRADICIÓN ORAL El Arón HabBerít (Arca de la Alianza) representa a la Torá Escrita, pero la Menorá representa a la Torá Oral, las enseñanzas de Sinaí que siguieron transmitiéndose e iluminando los textos de la Torá que de otra manera resultan impenetrables. Esto está indicado en el mismo diseño de la Menorá. La Menorá tiene seis brazos que parten de un pilar central, correspondiendo a los seis órdenes de la Mishná que se desprenden del texto de la Torá. Existe una diferencia fundamental entre la Torá Escrita y la Torá Oral, y el Arca y la Menorá manifiestan esta diferencia. El Arca se encuentra sellada en el Kódesh HakKodashím y no puede ser tocada por el hombre. Lo mismo podemos decir con respecto al texto de la Torá: sus palabras son eternas e inmutables. Sin embargo, cuando se trata de la Torá Oral, el hombre juega un rol activo. Di-s le dio al hombre la tarea sagrada de interpretar los versículos de la Torá dentro del marco de la tradición y determinar de

MEDITACIONES Y KAVANOT PARA LOS 8 DÍAS DE JANUKA

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MEDITACIONES Y KAVVANÓT PARA LOS 8 DÍAS DE JANUKKÁ Cortesía de Moré y Morá Rajsassi

JANUKKA: DÍAS DE JINUJ

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JANUKKÁ: DÍAS DE JINNÚJ Los días de Janukká se llaman “Jinnúj” (educación – de la misma raíz que Janukká), porque este es un tiempo de gran beneficio espiritual para educar a los hijos con la luz de la Shejiná y de revelarles que la santa Shejiná se encuentra con nosotros – en nuestros hogares. Por lo tanto, debemos asegurarnos de estar en nuestros hogares durante los días de Janukká y de reunir a todos los miembros de nuestra familia en el momento de encender las velas, cantando canciones con ellos, enseñándoles a orarle a HaShém, y la importancia de estar alegres con las mitzvót de HaShém. Esto creará una gran impresión en ellos y a través de esto, cumplimos   con la mitzvá de “jinnúj” en verdad.  

JANUKKA: ET RATZON

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JANUKKÁ: ËT RATZÓN El momento de encender las velas de Janukká es un momento muy oportuno para sentarse frente a ellas, cantar con los hijos y de oración delante de HaShém; pidiéndole por todos los buenos deseos de su corazón. Porque en aquel momento se considera como el momento en que los judíos se sentaban en el Bét HamMikdásh y experimentaban la luz de la Shejiná (Presencia Divina). Y cómo sus oraciones subían a las puertas celestiales en aquel momento, como está escrito: “MA-NORÁ   HAMMAKÓM   HAZZÉ   ÉN   ZÉ   KÍ   IM-BÉT   ELO-HÍM   VEZÉ   SHÁÄR   HASHSHAMÁIM - ¡Qué gran temor hay en este lugar! Este no es otro que la casa de Di-s, y esto es el portón de los cielos” (Bereshít 28:17). Por lo tanto, afortunado es la persona que amerita aprovechar este tiempo propicio para derramar su corazón ante HaShém en canto e hitbodedút (oración personal).

JANUKKA Y LA PROMESA DE HASHEM

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JANUKKÁ Y LA PROMESA DE HASHÉM “Cuando Aharón vio que su tribu carecía de príncipes para realizar los sacrificios, su mente se debilitó y HaShém le dijo a Moshé: “Ve y dile a Aharón: no temas, porque los sacrificios continuaran durante todo el tiempo que el Bét HamMikdásh esté en pie, pero las velas de la menorá   siempre brillarán. Y todas las bendiciones que te he instruido a recitar nunca serán interrumpidas”. (Bamidbár Rabbá, 15:6) El Rambán pregunta, ¿No es cierto que las velas del Bét HamMikdásh cesaron con la destrucción del Bét HamMikdásh? ¿A cuál promesa se refería HaShém cuando le dijo a Aharón, “... nunca cesará”? Esto tiene que ver con las velas de Janukká que son encendidas incluso en nuestro exilio actual. Es precisamente en el momento en que las velas de Janukká son encendidas que los judíos son considerados como Aharón en el Bét HamMikdásh quien se levantó y encendió la menorá. Cada persona baja sobre sí mismo la bendición de los Kohaním, los hijos de Ah