JANUKKÁ Y LA PROMESA DE HASHÉM “Cuando Aharón vio que su tribu carecía de príncipes para realizar los sacrificios, su mente se debilitó y HaShém le dijo a Moshé: “Ve y dile a Aharón: no temas, porque los sacrificios continuaran durante todo el tiempo que el Bét HamMikdásh esté en pie, pero las velas de la menorá siempre brillarán. Y todas las bendiciones que te he instruido a recitar nunca serán interrumpidas”. (Bamidbár Rabbá, 15:6) El Rambán pregunta, ¿No es cierto que las velas del Bét HamMikdásh cesaron con la destrucción del Bét HamMikdásh? ¿A cuál promesa se refería HaShém cuando le dijo a Aharón, “... nunca cesará”? Esto tiene que ver con las velas de Janukká que son encendidas incluso en nuestro exilio actual. Es precisamente en el momento en que las velas de Janukká son encendidas que los judíos son considerados como Aharón en el Bét HamMikdásh quien se levantó y encendió la menorá. Cada persona baja sobre sí mismo la bendición de los Kohaním, los hijos de Ah