BELÍ ÄIN HARÁ - Sin mal de ojo

 

Por mekubal.com para Kabbalah y Torah en Expansión

 

Vaiikrá/Levítico 12:3-4:

 

“Al octavo día la carne del prepucio del niño será circuncidada. Y ella permanecerá en la sangre de su purificación por 33 días; no tocará ninguna cosa consagrada ni entrará al Santuario hasta que los días de su purificación sean cumplidos”.

 

El Séfer HazZóhar explica que el alma que desciende de las Regiones Celestiales no se “establece” en el cuerpo hasta que han transcurrido 33 días. Aunque normalmente 30 días se consideran adecuados para la aclimatación, en este caso también se tienen en cuenta los 3 días de dolor que experimenta el varón tras el ‘Berit Milá’ (“circuncisión”). Cuando el cuerpo sufre, el espíritu no es tan dominante como de costumbre.

 

Durante los primeros 7 días el alma es considerada como un turista, explorando el cuerpo, buscando un lugar adecuado para establecer su residencia. Esto es análogo a los primeros 7 días de vida de un animal cuando aún no está en condiciones de ser ofrecido en sacrificio (Vaiikrá 22:27), y tiene que permanecer bajo el cuidado de su madre.

 

Después de que se haya quitado la ‘Örlá’ (prepucio), símbolo de las קליפות ‘Kelippot’ y el bebé haya sufrido 3 días de dolor, estas fuerzas han perdido su influencia sobre él. La Torá primero se refiere a estos días como: “ella experimenta pureza incluso mientras sangra”.

 

La aflicción de un cuerpo con צרעת ‘Tzaraät’ (lepra) refleja que el alma primero ha sido infectada con defectos espirituales. Sabemos por el Zóhar que la causa habitual es el abuso de la facultad de hablar.

 

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FOTO: Pergamino Kabalista Protector contra el ‘Äin HaRá’ (mal de ojo) y el ‘Lashón HaRá’ (mala lengua)

 

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