LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

ÉL PUEDE LEER TU CORAZÓN

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Por Kabbalah y Torah en Expansión


Este ‘Limmud’ (estudio) ha sido donado para ‘Beriut’ (salud), ‘Berajá’ (bendición) y ‘Hatzlajá’ (éxito) de la Familia Munguía Hernández de USA y de Alma Saldierna de México

 

Y para ‘Refuá Shelemá’ (sanación completa) de Sarah Avraham bat Avraham

 

En el Zejut (mérito) de nuestros patriarcas y matriarcas Avraham, Itzjak, Iaäkov, Sará, Rivká, Rajel y Leá 

 

‘BERESHIT’ בראשית (“En el principio”) tiene la palabra באש ‘VAESH’ que significa “con fuego”.

 

El Zóhar cita a Ieshaäiáhu/Isaías 66:16:

 

כִּי בָאֵשׁ יְהֹוָ"ה נִשְׁפָּט וּבְחַרְבּוֹ אֶת־כָּל־בָּשָׂר וְרַבּוּ חַלְלֵי יְהֹוָ"ה

 

KI  VAESH  ADO-NAI  NISHPAT  UVJARBÓ  ET-KOL-BASAR  VERABBÚ  JALELÉ  ADO-NAI

 

“Porque el Señor juzgará con fuego y con su espada a toda carne, y serán muchos los muertos del Señor.

 

‘ESH’ (fuego) es la ‘Columna de la Izquierda’ y el ‘Din’ (juicio) es el aspecto de causa y efecto. יהו"ה ‘HaVaIáH’ es el Juez y אלהי"ם ‘ELO-HIM’ (Di-s) el Verdugo.

 

Shemot/Éxodo 22:27:

 

אֱלֹהִי"ם לֹא תְקַלֵּל וְנָשִׂיא בְעַמְּךָ לֹא תָאֹר

 

ELO-HIM  LO  TEKAL´LEL  VENASÍ  VEÄMMEJÁ  LO  TAOR

 

“No maldecirás a Di-s, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo”.

 

Somos responsables de nuestras acciones y, por lo tanto, no podemos culpar a Di-s por el resultado, que es el proceso de ‘Tikkún’ (“corrección”).

 

Rabbí Iehudá Ashlag (El Báäl HasSul´lam) nos dice que el proceso de ‘Tikkún’ es el Acto de Misericordia de Di-s. Nos ayuda a corregir los males e impurezas que cargamos de una vida anterior o actual. El castigo es cuando Di-s nos “ignora” (‘Hester Panim’ - rostro oculto) y como resultado somos “desviados” hacia el lado negativo.

 

Esta es una enseñanza importante porque pone la responsabilidad en nuestras manos. Debemos permanecer más cerca de la Luz para no cometer errores que puedan alejarnos más de la Luz. Si lo hacemos, podemos esperar que llegue una gran Misericordia en la próxima vida en forma de un proceso de ‘Tikkún’ más grande y más difícil.

 

Un ‘Tikkún’ más duro no significa pobreza o problemas de salud. Una persona codiciosa puede volverse más rica en la próxima vida; requieren lidiar con una mayor energía en sus manos. ¿Lo usaría para más acciones y negocios basados ​​en la codicia o aprovecharía la oportunidad para canalizar ese poder en las direcciones adecuadas? Conocemos personas que no importa lo que hagan, tienen éxito en los negocios. Pueden caerse algunas veces pero se recuperan rápidamente. ¿Por qué? Porque su ‘Tikkún’ es del aspecto de qué hacer con el dinero o cualquier tipo de logros.

 

Es por eso que no necesitan trabajar duro para llegar allí.

 

No me refiero a que los ricos deban invertir su dinero en la Luz y en organizaciones benéficas. No se trata de regalar mil millones de dólares y acabar con el ‘Tikkún’. Son responsables de mantener un flujo de energía en la dirección correcta.

 

Tehil´lim/Salmos 75:8:

 

כִּי־אֱלֹהִי"ם שֹׁפֵט זֶה יַשְׁפִּיל וְזֶה יָרִים

 

KI-ELOHIM  SHOFET  ZE  IASHPIL  VEZÉ  IARIM

 

“Porque Di-s es el juez; a éste abate, y a aquel ensalza”.

 

Di-s es justo y el sistema es la Verdad absoluta. Nadie puede esconderse de Su juicio.

 

Irmiáhu/Jeremías 17:10:

 

אֲנִי יְהֹוָ"ה חֹקֵר לֵב בֹּחֵן כְּלָיוֹת וְלָתֵת לְאִישׁ כִּדְרָכָיו כִּפְרִי מַעֲלָלָיו

 

ANÍ  ADO-NAI  JOKER  LEV  BOJÉN  KELAIOT  VELATET  LEISH  KIDRAJAV  KIFRÍ  MAÄLALAV

 

“Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras”.

 

¿Por qué las personas deben dar el 10% de su dinero a la Tzedaká (“caridad”)? En una época de tanta dificultad económica, ¿cómo puede una ley tan antigua seguir siendo aplicable al siglo 21? La mayoría de los gobiernos de todo el mundo ya golpean a sus ciudadanos con impuestos cada vez más altos, y el costo de vida está aumentando.

 

La respuesta es simple. Al principio, debemos saber que esta no es una ley antigua. La ‘Gravedad’ estuvo allí en el primer día de la creación y todavía lo está. El sistema espiritual y sus leyes (Torá) precedieron a la Creación y todavía está activo hasta que se cambie en el momento de la Redención Final.

 

El sistema espiritual del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal nos gobierna. Vivimos en el mundo de Maljut, un reino que no tiene Luz propia. Revelamos la Luz cuando la “restringimos” o la rechazamos. Nada es visible para los ojos a menos que la Luz (física) se refleje en él. Los elementos visibles son los que emiten Luz, como el sol y otras fuentes de energía que “irradian” algún tipo de luz. Si no viene del interior, entonces no hay Luz.

 

Si una persona solo absorbe energía de su entorno, está en total oscuridad y, al ser tan diferente de la naturaleza de la Luz, gana mayor distancia de la Luz.

 

Cuando damos el ‘Maäser’ (diezmo), emitimos algo de la Luz que recibimos y nos volvemos “visibles” como una vela de aceite que acepta la Luz y permite que el flujo de aceite se reponga en su vasija. El 10% es el aspecto de Maljut que es muerte sin Luz. Cuando liberamos ese aspecto de Maljut de nosotros, ganamos un “ascenso” a la Sefirá de Iesod donde la Luz desciende al mundo. Iesod, como Iosef, es el aspecto del dinero y el flujo continuo de Luz.

 

Dar más nos elevará aún más, pero primero debemos recordar que necesitamos expandir el ‘Kelí’ (recipiente) con un mayor deseo por la Luz y, a medida que obtenemos más de la Luz, compartimos más.

 

Algunas personas, debido a su proceso de ‘Tikkún’ (“corrección”), pueden tener que permanecer en la pobreza por el resto de sus vidas, pero deben esforzarse por dar de su corazón, alma y poder tanto como puedan para abrir canales para que la Luz pueda entrar. Somos responsables para dar de nuestra energía (10% o más de los ingresos netos) hacia donde la Luz continúa su flujo. No tenemos que dar el diezmo completo a un solo lugar y podemos dividirlo sabiamente entre las fuentes que nos dan Luz.

 

Otro aspecto de diezmar y compartir es usar las habilidades y el tiempo para ayudar a los demás. Todo vuelve a:

 

VEAHAVTÁ  ET  ADO-NAI  ELO-HÉJA  BEJOL-LEVAVEJÁ  UVJOL-NAFSHEJÁ  UVJOL-MEODÉJA

 

“Y amarás al Señor, tu Di-s, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todo tu poder”.

 

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