EL MAL DE OJO Y EL HILO ROJO
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EL MAL DE OJO Y EL HILO ROJO
Por Kabbalah y Torah en Expansión
Según el Midrash cuando Shem (Sem)
escuchó la Maldición que Nóaj (Noé) lanzó contra Jam (Canaán) recurrió a los
secretos heredados desde Adam, los cuales recibió del ángel Raziel cuando fue
expulsado de los linderos del Edén.
Encontró entre ellos el ‘Séptimo
Secreto’ que consistía en “entrelazar 7 hilos de lana teñida en sangre de una
oveja ofrecida en sacrificio”. A decir roja como la grana. Ya que de ésta manera
la pureza natural del color blanco de la lana quedaba oculto de los Shedim (demonios)
con la sangre de la “libación”.
Después de entretejer los 7 hilos tenían
que ser amarrados con 7 Nudos a lo largo de la medida de “un palmo”. Terminada
la “obra” tenía que ser atada a la muñeca de la mano izquierda por un “segundo”
(ser querido) más cercano e íntimo. Ésta “obra” sería la protección espiritual
contra Mastemá, Dumá, Äzarel (Azrael) y cualquier Malaj Mashjit (ángel
destructor) que pudiera ser lanzado y/o liberado por un “tercero” a través de
la mirada malévola (mal de ojo).
La Matriarca Rajel lo sabía porque
se vio privada de infinidad de bendiciones hasta que recurrió al “secreto” trasmitido
por Shem. Rajel le amarró a su hijo Iosef (José) un hilo rojo entretejido a la
mano izquierda desde que la partera se lo entregó en sus manos.
Pasado un tiempo, Rajel trasmitió este
secreto a Iehudá (Judá) y lo hizo con mucho amor, para que éste lo atesorara y
así asegurarse que las futuras generaciones lo recibieran. Iehudá llevaba
consigo amarrado a su mano izquierda “un hilo rojo entrelazado” y amarrado por
Rajel. Hilo que cuidaba con mucho ahínco y recelo. Tal fue que aún Tamar lo
pudo notar y lo requirió como prueba para recibir “su pago” cuando se hizo
pasar por ramera. Hilo entretejido que conservó cuando se comprobó su inocencia.
Tamar quedó embarazada y sabiendo que traía gemelos en su vientre le encargó a
la partera que le amarrara a la mano izquierda de su primogénito el “cordón de
su padre”. Y cuando uno de los gemelos sacó la mano izquierda al momento del
parto fue señalado y se le ató el hilo rojo a su muñeca.
Cuando Iosef hijo de Rajel fue
vendido como esclavo a unos mercaderes Ismaelitas; en la travesía rumbo a Mitzráim
(Egipto) pudo reconocer la tumba de su madre y llegada la noche la visitó y oró
fervientemente al pie de su sepultura dejando ahí una cuerda con 7 nudos
ensangrentada con la cual había sido atado desde el principio de su martirio.
Quedando ahí dormido fue reconfortado.
Tal fue el impacto de la transmisión
del “Séptimo Secreto” que con los hisopos con los que se marcaron los dinteles
de las casas; varios israelitas se entretejieron “hilos con 7 Nudos”;
atándoselos entre ellos en la mano izquierda para recordarle a los ángeles
caídos: Mastemá, Dumá, Äzarel (Azrael) y a Malaj Mashjit (el ángel destructor)
que estaban protegidos contra envidias, odios, rencores, males y contra la
muerte y marcados “con sangre” por amor.
Aún Rajav (Raab) la ramera marcó su
casa con una “cuerda roja con 7 nudos” la cual usó para que los espías que
vinieron a Jericó salieran ilesos garantizando la vida de su padre, de su madre,
de sus hermanos, de sus hermanas, de sus hijos, sus hijas y sus familias.
Hoy día las doncellas y aún los jóvenes
visitan la Tumba de la matriarca Rajel, donde piden protección para todo su
haber, sus familias, sus bienes y protección espiritual contra el ‘Äin HaRá’
(Mal de Ojo).
La pulsera de Hilo Rojo de 7 Nudos se
usa en la muñeca izquierda, sellando la energía protectora de adentro a la vez
que intercepta las influencias negativas que existen fuera de ti. De esta
manera, la energía del Mal de Ojo puede cambiar y pasar de ser un canal de
negatividad a una forma de energía profundamente curativa. Así es como opera el
hilo.
El lado izquierdo de nuestro cuerpo
es el lado receptor de energía para todo nuestro cuerpo y el alma. El brazo y
la mano izquierda corresponden al concepto de recibir (Luz de Jojmá). El brazo
y mano derecha personalizan la fuerza de compartir (Luz de Jasadim).
Según la Kabbalá, Rajel representa
la dimensión de Maljut, el mundo físico en el que vivimos. Su gran deseo fue
proteger y defender a todos sus hijos del mal. Cuando nos atamos el Hilo Rojo de
7 Nudos a nuestra muñeca izquierda sellamos su poderosa energía protectora
dentro de él, y de esta forma intercepta influencias negativas cuya intención
sea causarnos daño.
FOTO: Pulsera de Hilo Rojo de 7 Nudos de mekubal.com
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