LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

HITBODEDUT - Meditación

HITBODEDUT - “Meditación”

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

Hitbodedut es la palabra hebrea que designa a la meditación. Esta palabra ya aparece con este significado en los escritos judaicos que abarcan más de mil años, donde es usada para designar todas las formas judías de meditación. Pero en la mente de la mayor parte de la gente, esta palabra se encuentra asociada primariamente con Rabbí Najmán de Breslov (1772-1810 e.c). Muchas clases de técnicas de meditación fueron utilizadas por los Tzaddikim y místicos judíos a lo largo de las épocas. Cantidad de textos antiguos describen cómo los ‘Neviim’ (profetas) de Israel usaban la meditación para alcanzar elevados niveles espirituales. Métodos similares fueron utilizados probablemente en épocas Talmúdicas, incluyendo la repetición de un Nombre divino para la inducción de un estado meditativo. Otras escuelas hicieron uso de técnicas meditativas tales como las que se encuentran descriptas en el Sefer Ietzirá (El Libro de la Formación).

 

Estos métodos meditativos utilizaban las letras del Nombre de Di-s, acompañadas de una respiración controlada y de movimientos específicos de la cabeza. La publicación del Zóhar abrió el sendero a otros métodos meditativos que incluían los ‘Ijudim’ (unificaciones). Esto implicaba contemplar los Nombres divinos y permutar sus letras (Temurá). Estas eran meditaciones que, además de inducir un estado místico, ayudaban a integrar la personalidad del practicante. El método de los ‘Ijudim’ era utilizado particularmente por la escuela de Kabbalá de Safed y forma la base del misticismo del Ari (Rabbí Itzjak Luria, 1534-1572 e.c).

 

Existe también un antiguo método de meditación que incluye las plegarias formales diarias tal como se encuentran en los ‘Siddurim’ (libro de oraciones) Uno de los logros más importantes del Báäl Shem Tov fue el uso de estas ‘Tefil´lot’ (“plegarias”) como un método seguro de meditación, el que podía ser practicado hasta por la más simple de las personas. El camino de la plegaria, tal cual fue enseñado por el Báál Shem Tov, no incluía otra cosa que el servicio regular de plegarias de cada judío, recitado tres veces al día (Shajarit-Minjá-Ärvit). El punto focal del servicio de plegarias es la Ämidá o Shemoné Esré, una colección de dieciocho (o de hecho diecinueve) bendiciones, la cual es repetida 3 veces cada día. Esta plegaria fue compuesta por el ‘Sanhedrín’ (“la Gran Asamblea”) precisamente antes del cierre del período profético.

 

Esto fue expresado de manera mucho más explícita por el gran codificador, Rabbí Iaäkov ben Asher (1270-1343 e.c) en su Tur. Hablando sobre “los tzadikim y los hombres de acción”, escribe, “ellos meditaban (hitboded) y se concentraban en sus Tefil´lot hasta que alcanzaban un nivel en el que podían liberarse de lo físico. El espíritu trascendental se fortalecía en ellos hasta que alcanzaba un nivel cercano al de la ‘Nevuá’ (profecía)”. Este pasaje se encuentra citado tal cual por Rabbí Iosef Karo (1488-1575 e.c), en su Shulján Äruj el código básico de leyes judías. La idea de utilizar el servicio de la plegaria como un sistema meditativo no se originó por lo tanto en el Báäl Shem Tov pero fue el Báäl Shem Tov quien enseñó el camino de la plegaria como un método que podría ser utilizado por todos, desde el ‘Mekubbal’ (cabalista) más grande hasta el más simple de los individuos. Más que concentrarse en conceptos kabalistas, la persona debía focalizar su mente en las palabras de la plegaria, haciendo que ellas llenaran toda su conciencia. Podría entonces elevarse de un nivel al siguiente, hasta llegar a un profundo estado meditativo.

 

Rabbí Najmán, bisnieto del Báäl Shem Tov, amplió el camino de la plegaria para hacerla más universal y efectiva. Él enseñó la importancia de recitar los Tehil´lim/Salmos y otras plegarias no obligatorias, como preparación para una meditación profunda. El individuo debía eliminar todo pensamiento de su mente, de modo que pudiera estar absolutamente solo con Di-s. El próximo paso debería ser eliminar el ego (Bittul), de modo que toda su conciencia estuviera focalizada en Di-s.

 

Aunque y tal como lo veía Rabbí Najmán, la hitbodedut connota meditación, también era una forma de plegaria personal. De hecho, es así como lo considera la mayoría de los Jasidim de Breslov contemporáneos. La hitbodedut es visto no tanto como un medio para obtener elevados estados de conciencia, sino como una senda hacia el auto perfeccionamiento. Si una persona se expresa constantemente delante de Di-s, estará segura de volverse así más Divina. Cuando esta persona desarrolle un fuerte vínculo con Di-s (Devekut), estará segura de alcanzar un mayor anhelo y deseo de cumplir con la voluntad de Di-s.

 

Más allá de ello, una plegaria personal consistente es vista como un medio para vivir una buena vida, incluso aquí en el ámbito de lo terrenal. Cuando la persona discute sus problemas con un amigo, esos mismos problemas dejan de parecerle tan formidables. Si uno puede realmente aprender a tratarlos con Di-s, ellos se achicarán, virtualmente, hasta llegar a ser insignificantes. Como lo expresó uno de los Jasidim de Breslov: “Cuando traes estos problemas a Di-s, no hay entonces nada en el mundo por lo que preocuparse”. O, tal y como le expresara David HamMélej (el rey David) hace casi 3000 años:

 

הַשְׁלֵךְ עַל־יְהֹוָ"ה יְהָבְךָ וְהוּא יְכַלְכְּלֶךָ לֹא־יִתֵּן לְעוֹלָם מוֹט לַצַּדִּיק

 

HASHLEJ  ÄL-ADO-NAI  IEHAVEJÁ  VEHÚ  IEJALKELÉJA  LO-ITTÉN  LEÖLAM  MOT  LATZTZADDIK

 

“Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; nunca permitirá que resbale el justo”.

 

(Tehilim/Salmos 55:23)

 

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