EL SÉPTIMO DÍA DE PÉSAJ Y LOS 72 NOMBRES
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EL SÉPTIMO DÍA DE PÉSAJ Y LOS 72 NOMBRES
Por Mekubal
Este
Limmud (estudio) ha sido donado para Berajá (bendición) y Hatzlajá (éxito) de
la Familia de Adriana Pecina, de Edgardo Gálvez y de Denise bat Esperanza de
México
En
el Zejut (mérito) de nuestros patriarcas y matriarcas Avraham, Itzjak, Iaäkov,
Sará, Rivká, Rajel y Leá
La Placa Kabbalista que presentamos
está basada en los “72 NOMBRES de Di-s”.
‘Moshé Rabbénu’ (Moisés nuestro
maestro) usó estas secuencias y fórmulas para conectar con las verdaderas leyes
de la naturaleza -“NISIM VENIFLAOT - milagros
y maravillas”- y eliminar todos los obstáculos que evitan que la humanidad se
conecte con éstas. Es así como el “Mar Rojo” fue dividido (Shemot/Éxodo
14:19-21).
La partición del Mar es una
expresión de la conexión con la Realidad del 99% donde los milagros son la
norma. Simplemente con escanear esta configuración de letras hebreas,
conectamos con nuestra verdadera naturaleza y poder. Nos volvemos más
proactivos y nos acercamos más al verdadero propósito de nuestra alma.
LOS 72 NOMBRES Y EL CRUCE DEL MAR
El Zóhar nos aclara, el propósito de
los 72 NOMBRES está escondido en la historia donde fueron encontrados. Los
Nombres son una herramienta para ayudar a la humanidad a tener control sobre el
caos al controlar nuestra naturaleza física; el único obstáculo es nuestro ego.
Solo al superar nuestro ego desde sus propias fundaciones nos trae control
sobre el mundo físico, y ese es el propósito de los instrumentos que son los 72
SHEMOT.
El Zóhar va más allá y explica que,
a pesar de lo que podríamos llegar a pensar, nuestro ego no es en verdad
quiénes somos. Más bien, nuestros sabios cabalistas describen al ego como una
vestimenta, una cortina que esconde la Luz de nuestra verdadera naturaleza.
Nuestro propósito en este mundo es eliminar esta vestimenta que esconde nuestra
verdadera esencia.
El gran acontecimiento del Éxodo de
Egipto fue acompañado por una cantidad de milagros y maravillas, especialmente
en su fase final con el cruce milagroso del ‘Iam Suf’ (“Mar de los Juncos” o “Mar
Rojo”), que les permitió así escapar de la persecución de los egipcios (Shemot/Éxodo
15:1-18). Fue luego de observar las revelaciones divinas en ‘Iam Suf’ que los
hijos de Israel llegaron al grado más alto de reverencia y temor a Di-s. Ya que
fueron nombrados los 72 NOMBRES y al mismo tiempo, sintieron una confianza
profunda en Moshé, Su siervo. Entonces Moshé y los hijos de Israel se sintieron
inspirados para cantar la ‘Shirá’ (Canción), conocida como ‘Shirat Haiam’ (La Canción
del Mar). Este cántico es denominado también “AZ IASHIR - Entonces cantó”, por sus dos
primeras palabras en hebreo. Esta plegaria trae a consideración el concepto de
fe. Esto implica una aceptación completa y ciega de algo que no está sostenido
o explicado por la razón. Cuando una persona ve y escucha algo con sus propios
ojos y oídos, no necesita tener fe en la existencia de esa cosa. De igual
manera, el pueblo hebreo habiendo visto con sus propios ojos las revelaciones Divinas
en el Cruce del Mar, no necesitaba apoyarse en la fe para creer en Di-s ya que
en ese momento conocieron y experimentaron la Presencia Divina, ya que vieron
la “Mano de Di-s” triunfar sobre el Faraón y los egipcios. Lo que se vio y se
experimentó en el Mar fue nunca más visto o experimentado inclusive por los
profetas. Iejezkel/Ezequiel y los otros profetas (a excepción de Moshé), vieron
visiones e imágenes proféticas en su mayor parte mientras estaban en trance, en
cambio que las revelaciones divinas en el cruce del “Mar Rojo” y la
subsiguiente revelación mayor en el Monte Sinaí fue un acto que todo el pueblo
hebreo experimentó con todos sus sentidos y facultades. Es por eso que todos y
cada uno de ellos podía cantar: “ZE
E´LÍ VEANVÉHU - Este es mi Di-s y
le glorificaré”. Fue esta experiencia personal que los hijos de Israel de esa
generación transmitieron a la generación siguiente y ésa a la siguiente y así
siempre, de padre a hijo, hasta nuestros días. Esta transmisión ha sido
ininterrumpida y por intermedio de miles y miles de hombres y mujeres, ya que
nunca ha habido una ruptura en la cadena de la historia filosófica mística
hebrea desde la época de Avraham hasta hoy.
Foto: Placa Kabalista grabada con los
72 NOMBRES de mekubal
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