LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

TU CAMBIO CAMBIA TU REALIDAD

TU CAMBIO CAMBIA TU REALIDAD

 

Por morá Batia bat Dora para Kabbalah y Torah en Expansión

 

La conciencia crea la realidad en la que vivimos. En el momento en el que eres consciente y conectas con la Luz ves la vida desde otra perspectiva. Ves la realidad unificada y te das cuenta de la conexión entre el plano material y el espiritual.

 

Cuando fuimos creados a imagen y semejanza del Creador, se nos hizo capaces de conectar con la Luz que está en cada uno de nosotros, en el interior de cada ser humano.

 

Cuando se generan desconexiones de la Fuente de la Vida al comportarnos de una forma reactiva o negativa se debilita el sistema inmunológico, un sistema de protección en las personas que vibra en la unidad, la plenitud y la armonía al igual que la Luz.

 

Las personas somos capaces de afectar a nuestro sistema inmunológico y por lo tanto somos responsables de nosotros mismos en su desequilibrio o restauración. Tenemos la capacidad de restaurar nuestro propio cuerpo siendo proactivos con la Luz que está siempre dispuesta a proveernos de bendiciones. La medicina y otros medios son los vehículos, las herramientas en el plano físico para curarnos, pero la sanación completa proviene de nuestra conexión espiritual.

 

Nuestros pensamientos afectan a nuestras emociones. Las emociones de tristeza, ira, enfado, depresión, resentimiento … todo lo que son emociones negativas crean división, separación, desconexión de la Luz. Esta desconexión afecta directamente a nuestro sistema inmunológico de defensa en nuestro cuerpo.

 

El ser consciente de que cualquier enfermedad o dolor forma parte del sistema universal que nos ayuda a cambiar nuestra naturaleza reactiva nos ayuda a transformarnos. El comprender el sistema nos ayuda a tener unas emociones diferentes, a situarnos en una posición de responsabilidad con nosotros mismos y con los demás.

 

Cualquier evento en nuestra vida desagradable o doloroso pretende hacernos cambiar internamente para conectar con la Luz. Y esta conexión se puede producir en cualquier momento, instantáneamente. Tenemos la capacidad de conectar con la unidad, de abrir el canal de conexión para ser uno con el Creador.

 

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