LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

ESTA ES LA PUERTA DEL SEÑOR; LOS JUSTOS ENTRARÁN POR ELLA

ESTA ES LA PUERTA DEL SEÑOR; LOS JUSTOS ENTRARÁN POR ELLA

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión 

 

El ‘Séfer HazZóhar’ nos dice que fijar una MEZUZÁ en la puerta asegura que Di-s guardará a los habitantes cuando entren y cuando salgan. Otra razón para la MEZUZÁ es que esta recuerda al pueblo de Di-s para que ellos se acuerden de hacer Su voluntad. Oímos que el demonio maligno que se para cerca de la puerta es distraído para que no pueda hacer ningún daño.

 

Es una ‘Mitzvá’ (“mandamiento”) que el hombre debe fijar una MEZUZÁ en su puerta, para que cada uno sea guardado por ‘HakKadosh Baruj Hu’ (El Santo Bendito Sea Él), al salir de la casa y al entrar a la casa. Este es el secreto de: “ADO-NAI  ISHMOR-TZETEJÁ  UVOÉJA  MEÄTTÁ  VEÄD-ÖLAM - El Señor guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre” (Tehil´lim 121:8). Porque el secreto de la MEZUZÁ siempre descansa en la puerta, que es la entrada a lo superior, que es Maljut, la entrada a Zeër Anpín, de acuerdo con el secreto de: “ZE-HASHSHÁÄR  LAADO-NAI - Esta es la puerta del Señor...” (Tehil´lim 118:20). Este grado es llamado guardián, así que uno es guardado.

 

Porque el hombre no es guardado excepto por el Santo, Bendito Sea Él, quien constantemente vigila y está presente en la puerta de la casa, mientras uno está dentro de la casa. Otra razón para la MEZUZÁ es que uno nunca debe olvidar el recuerdo del Santo, Bendito Sea Él. Esta razón es como la del ‘Tzitzit’, como está dicho: “...que puedas verlo y recordar...” (Bamidbar 15:39). Cuando uno ve ese recordatorio, se le recuerda cumplir la orden de su Señor. El secreto de la Fe es que la MEZUZÁ incluye a un masculino y un femenino juntos.

 

En el libro del Rey Salomón está escrito: Cerca de la entrada, contra los dos niveles, viene un cierto demonio que tiene permiso para dañar. Se para en el lado izquierdo de la puerta. El hombre levanta sus ojos, ve el secreto del Nombre de su Señor en la MEZUZÁ en el lado derecho de la puerta y lo recuerda, y el demonio no puede dañar. Ustedes pueden decir que así es; esto es verdad cuando uno entra en la casa. Pero al salir de la puerta de la casa afuera, el demonio a la izquierda de la puerta está en el lado derecho del hombre y la MEZUZÁ a su izquierda. ¿Cómo es guardado el hombre, entonces, si la MEZUZÁ está a su izquierda?

 

Y él responde: Todo lo que el Santo, Bendito Sea Él, hace, sigue a su propia clase. Hay dos grados para el hombre, uno a su derecha y uno a su izquierda. El de la derecha es llamado ‘Ietzer HaTov’ (la Inclinación al Bien) y el que está a la izquierda es llamado ‘Ietzer HaRá’ (la Inclinación al mal). Cuando uno sale de la puerta de su casa, ese demonio levanta sus ojos y ve la ‘Inclinación al mal’ morando en el lado izquierdo. Es atraído a ese lado donde habita la ‘Inclinación al mal’, a saber: la Izquierda, y es quitado de la Derecha. Entonces en el lado izquierdo reposa el Nombre de su Señor, a saber: La MEZUZÁ, y no puede aproximarse a él para hacerle daño, y ese hombre sale y es preservado de este. Al entrar en la casa el Santo Nombre en la MEZUZÁ está a la derecha, y así la Derecha vence a la Izquierda, y esta no puede acusarlo.

 

Uno debe, por lo tanto, tener cuidado de no ensuciar la entrada de su casa con mugre y basura, o derramar agua sucia por dos razones: una de ellas es no profanar el Nombre de su Señor en la MEZUZÁ y la otra es que entonces ese malvado, a saber: el demonio, tiene permiso para causar daño. Por esa razón el hombre debe tener cuidado acerca de esto y procurar no alejar el Nombre su Señor de la puerta de su casa.

 

Cuando el hombre fija una MEZUZÁ en su puerta, cuando entra en su casa, el ‘Ietzer HaRá’ (la Inclinación al mal) y el ‘Shed’ (demonio) lo cuidan a pesar de ellos mismos y dicen: “ZE-HASHSHÁÄR  LAADO-NAI  TZADDIKIM  IAVÓU  VO - Esta es la puerta del Señor; los justos entrarán por ella” (Tehil´lim 118:20). Cuando no hay MEZUZÁ en la puerta de una persona, la ‘Inclinación al mal’ y el demonio se fortalecen y vienen juntos y colocan sus manos en su cabeza cuando él entra y empiezan a decir: ¡Ay de fulano que se salió del dominio de su Señor! ¡De ese momento en adelante, él no está protegido y no hay nadie para protegerlo! ¡Que el Misericordioso nos salve!

 

(Zóhar Vaetjannán)

 

Foto: MEZUZÁ KABALISTA disponible en mekubal.com



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