ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
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ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
Por Kabbalah y Torah
Bereshit/Génesis 2:1:
וַיְכֻלּוּ הַשָּׁמַיִם וְהָאָרֶץ וְכָל־צְבָאָם
VAIJUL´LÚ HASHSHAMÁIM VEHAÁRETZ
VEJOL-TZEVAÁM
“Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todas sus huestes”.
La sexta Sefirá, Iesod, nos conecta con la séptima Sefirá, Maljut.
Esta conexión crea un puente entre el cielo y la tierra.
La palabra ‘VAIJUL´LÚ’ ויכלו
y el versículo
en Bereshit/Génesis 2:1 revelan esa conexión. Las dos letras ‘Jaf’ y ‘Lámed’ כל
dentro de
‘VAIJUL´LÚ’ se refieren a Iesod como dijo el Rey David en Divré HaIamim Álef/1
Crónica 29:11:
לְךָ יְהֹוָה הַגְּדֻלָּה וְהַגְּבוּרָה וְהַתִּפְאֶרֶת
וְהַנֵּצַח וְהַהוֹד כִּי־כֹל בַּשָּׁמַיִם וּבָאָרֶץ לְךָ יְהֹוָה הַמַּמְלָכָה וְהַמִּתְנַשֵּׂא
לְכֹל לְרֹאשׁ
LEJÁ ADO-NAI HAGGUEDUL´LÁ
VEHAGGUEVURÁ VEHATTIFÉRET VEHANNÉTZAJ
VEHAHOD KI-JOL BASHSHAMÁIM
UVAÁRETZ LEJÁ ADO-NAI
HAMMAMLAJÁ VEHAMMITNASSÉ LEJOL
LEROSH
“Tuyos, ¡Oh Señor! son la Grandeza (Guedul´lá/Jésed), la Fuerza
(Guevurá), la Belleza (Tiféret), la Victoria (Nétzaj) y el Esplendor (Hod), por
Todo (Iesod) en el cielo (Sefirot Superiores) y en la tierra (nivel inferior);
tuyo, ¡Oh Señor! es el Reino (Maljut)… y Tú eres exaltado por cabeza sobre
todos”.
El rey David, que es el aspecto de Maljut, dijo esas palabras antes
de la construcción del Templo Sagrado (el primero). Con eso, conectó a Iesod y
Maljut para traer la revelación de la Luz Supernal en el Templo Sagrado para
todo el mundo. El rey David pasó por 70 años de guerras y sufrimientos por
dentro y por fuera. Siempre estuvo con la Luz y es por eso que fue elegido para
revelar la Luz en el mundo a través de su hijo, Shelomó/Salomón.
El rey David reunió donaciones de dinero y materiales de
construcción de todas las tribus para la construcción del Templo Sagrado. Representó
a todos los israelitas en ese evento cuando dijo en el versículo 14:
וְכִי מִי אֲנִי וּמִי עַמִּי כִּי־נַעְצֹר כֹּחַ
לְהִתְנַדֵּב כָּזֹאת כִּי־מִמְּךָ הַכֹּל וּמִיָּדְךָ נָתַנּוּ לָךְ
VEJÍ MI ANÍ
UMÍ ÄMMÍ KI-NAÄTZOR
KÓAJ LEHITNADDEV KAZOT
KI-MIMMEJÁ HAKKOL UMIIADEJÁ
NATÁNNU LAJ
“Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y lo
recibido de tu mano te damos”.
Ese era el poder del rey David. Sabía cómo devolverle a la Luz para
crear flujo. Afirmar que “Todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos” es
una anulación completa de su ego, un acto que dio origen a la gran revelación
de la Luz a través del primer Templo Sagrado durante 400 años.
El Rey David representa la máxima restricción, humildad y devoción
por la Luz. Él “tomó” el “primer mordisco” de la Serpiente para que su hijo
pudiera canalizar el “agua”, que era la construcción real del Templo. Durante
el tiempo del rey Salomón, el mundo estaba en completa paz.
El Zóhar hizo referencia previamente a “el acto de golpear la roca
dos veces por Moisés” como el proceso para traer Luz. El primer golpe fue con
‘Din’ (juicio) por la Serpiente, y el segundo sacó el agua de la roca para que
la nación entera pudiera disfrutar.
Ya no tenemos tales líderes. Lo único que existe es el alma de
Rabbí Shimön bar Iojái (“autor del Zóhar) que revelamos a través del estudio
del Sagrado Zóhar. Difundir su Luz puede ayudar a reducir los sufrimientos de
los 70 niveles de dolor en el mundo hasta la llegada de ‘Mashíaj’ y la
Revelación Final de la Luz en el mundo.
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