72 SHEMOT - LOS 72 NOMBRES “Todo
está incluido en este Nombre sagrado y oculto”
(Séfer HazZóhar, Beshal´láj)
Por Kabbalah y Torah
La tradición mística judía y la
Kabbaláh más antiguas o actual hacen referencia frecuentemente y conceden una importancia
muy particular a los 72 SHEMOT. Tanto si se trata de Kabbaláh práctica o
meditativa es bastante raro encontrar un texto que no haga alusión.
Kabbaláh Maäsít (la cábala práctica)
concede a los 72 SHEMOT un poder único utilizable en ‘Kameót’ (“grabados en placas”)
durante las meditaciones e invocaciones.
Kabbaláh Nevuaít (la cábala mística
o contemplativa) considera que estos 72 NOMBRES son la condición esencial para
la obtención del ‘Rúaj HanNevuá (“el espíritu profético”).
Este NOMBRE (o estos Nombres) es
conocido desde los tiempos más antiguos y ampliamente desarrollado en los
textos fundamentales de la Kabbaláh. A partir del siglo 11 de la era común se
volvió popular por los comentarios de Rashi.
Los 72 NOMBRES salen de tres
versículos del Libro de Shemót/Éxodo 14:19-21.
Cada uno de estos tres versículos
contiene 72 LETRAS. Sus combinaciones contienen el secreto del poder por el
cual Moshé/Moisés pudo abrir el mar y vencer a Mitzráim (Egipto) revelando el
punto de equilibrio entre todas las oposiciones.
Para obtener los 72 NOMBRES es
necesario observar el movimiento descrito por el primer versículo, que habla
del ‘Maláj HaElo-hím’ (el ángel de Di-s) que va de delante hacia detrás, y de
la nube que viene por delante y por detrás.
El nivel de utilización de los 72
SHEMÓT varía en función de la ‘Kavvaná’ (“intención”) de los kabbalístas. Para
algunos, la repetición en bucle de los Nombres provoca la apertura de los
cielos y el acceso al mundo venidero. La forma de pronunciarlos cambia también
según los kabbalístas, uno de los métodos más interesantes lo enseña Avrahám
Abbuláäfia (1240-1300 e.c) en su tratado Jaié HaÖlám HabBá (“La vida del Mundo
Venidero”).
Como es sabido, las 4 letras del Nombre
יהו"ה simbolizan los 4 mundos espirituales: Atzilút (Emanación), Beriá
(Creación), Ietzirá (Formación) y Äsiá (Acción) en los que vibran las 10
Sefirót. Los 72 NOMBRES representan el flujo de energía que atraviesa todos los
grados de la creación expresándose a través de las 22 letras y las 50 Puertas
de Biná (22 + 50 = 72).
Los 72 SHEMOT representan el tiempo
y los ciclos que estructuran el espacio. El espacio está simbolizado por el
manto del ‘Kohén Gadól’ (Sumo Sacerdote) y por la cortina del Templo. El Talmúd
destaca que estos dos espacios contienen también simbólicamente el número 72.
En el Libro del Rey Salomón, he
encontrado que el Nombre grabado en 72 NOMBRES fue transcrito nuevamente por
Elishá (Eliseo) sobre Jabakkúk, porque las letras del alefato que su padre le
había dibujado, volaron cuando él murió. Pero cuando Elishá le abrazó,
reinscribió en él los 72 NOMBRES, en número de 216. Todos fueron pues grabados
por el soplo de Elishá sobre el niño con el fin de resucitarle, le llamó
Jabakkúk, nombre que tiene dos significados, uno que alude a los dos abrazos,
como ya ha sido explicado, y el otro a su valor numérico, secreto de las 216
letras del santo Nombre (Zóhar 1:7b).
El número de letras en los 72
NOMBRES suma 216. Cada Nombre tiene 3 letras; 3 veces 72 es igual 216. Este
Nombre de los 72 NOMBRES es el secreto y el misterio más sublime; Es la esencia
de la Torá. Y está incluido en las 22 letras y los diez “Enunciados”, su valor
numérico es 32, que también es el secreto de los 32 Senderos de Sabiduría. Por
lo tanto, este Nombre se compone de 216 letras y 32 senderos, que suman 248
juntas. Y estas son las 248 partes del cuerpo humano. (Zóhar, Vaierá)
Cuando Adám estaba en el jardín del
Edén, el Santo, Bendito Sea, le hizo descender un libro por mediación de Raziel,
el ángel que se encarga de los misterios sagrados. En este libro están
inscritos los signos supremos, la santa sabiduría y los 72 SHEMOT (72 tipos de
sabiduría) que están expuestos con el fin de explicar la formación de los seiscientos
setenta signos de los misterios celestes (Séfer HazZóhar 1:55b).
En este momento, Rabbí Iosé se
apartó y entró en la caverna, al final de la cual encontró un libro escondido
en una fisura de la roca. Volvió a salir con él y vio en el interior las 72
FORMAS de las letras que habían sido dadas a Adám HaRishón, el primer hombre.
Gracias a ellas conoció toda la Sabiduría de los Santos celestes, dispuestos
detrás de la “rueda” que enrolla hacia atrás el velo entre las luces etéreas
celestes, así como todos los acontecimientos que se debieran producir en el mundo,
hasta el día en el que la gran nube surgirá al Oeste para oscurecer el mundo (Séfer
HazZóhar 1:118).
Los 72 SHEMOT están igualmente
asociados a Avrahám, patriarca relacionado con la Sefirá de la bondad, Jésed. El
valor numérico de esta sefirá es 72: חסד Jésed (8 + 60 + 4 = 72).
Todos los juicios que conciernen al
mundo, todos los decretos de las decisiones, son contabilizados en cierto
Palacio, en el que 72 MIEMBROS del Sanedrín deliberan sobre ellos. El Palacio
se llama: “el Palacio de la absolución”, pues aquí los jueces buscan lo que
podrá hablar a favor del acusado (Zóhar 2:6a).
Cuando el Faraón estaba a punto de
empezar la batalla contra Israel, el Santo, Bendito Sea, no deseó que aquellos
hiciesen algún movimiento abajo, pues los patriarcas habían intercedido arriba,
y es su mérito el que valió la salvación de Israel. En consecuencia Moisés
dijo: “ADO-NAI IL´LAJEM LAJEM VEATTEM
TAJARISHÚN - El Señor peleará por vosotros, y vosotros estaréis quietos”
(Shemót/Éxodo 14:14). Lo que significa: “no profiráis una sola palabra, pues sería
superflua”. Es preciso indicar que las iniciales de “ADO-NAI IL´LAJEM
LAJEM - El Señor peleará por vosotros”, es uno de los 72 Nombres
sagrados, así como los compañeros lo han señalado (Séfer HazZóhar 2:47a).
Rabbí Shimön bar Iojái (“autor” del
Zóhar) dice: La columna de nubes que aparecía durante el día era la imagen de
Avrahám, y la columna de fuego que aparecía durante la noche era la de Itzják.
Pero la Shejiná se encontraba en las dos columnas. Las palabras que Rabbí Abbá
acaba de pronunciar son exactas, es gracias a la Shejiná que Israel estaba
rodeado de columnas por delante y por detrás. Hay que señalar que en ese
momento la luna estaba llena y recibía la luz de los 72 NOMBRES sagrados que formaban
un triángulo a su alrededor. Un lado de este triángulo lleva la corona de Jésed
(Clemencia), y el otro lado lleva la corona de Guevurá (Rigor). Se manifiesta
bajo la forma de “sesenta vírgenes de fuego”, pues recibe diez de la Madre
celeste. En fin, el tercer lado está revestido de púrpura, vestidura del Rey
supremo y sagrado llamado Tiféret (Belleza). El Hijo sagrado, ha heredado de su
Padre y de su Madre las 70 coronas supremas. Es él quien constituye la base del
triángulo. Una tradición nos enseña que los 72 Nombres sagrados son 72 testigos
de la gloria de Jésed, contienen los atributos de Guevurá y reemplazan 72 a
escribas; y finalmente constituyen 72 colores que realzan la belleza de
Tiféret.
Rabbi Shimön dijo a su hijo: Eläzár,
hijo mío, cuando el Santo, Bendito Sea, pone sobre su cabeza las coronas
sagradas y celestes, los patriarcas son coronados igualmente. Viendo a los
patriarcas coronarse, la Shejiná hace lo mismo y entonces las bendiciones del
cielo se derraman por todas partes.
Rabbi Shimön bar Iojái dice: Estos
Nombres sagrados sirven de coronas a los patriarcas unidos en la Merkavá. Estos
Nombres están comprendidos en las 48 palabras que encierran los tres versículos
en cuestión. Observad que el Nombre sagrado de אני “ANÍ” (Yo) componiéndose de las letras, Álef-Nun-Iud, forma el
tronco del Árbol, mientras que el Nombre sagrado והו “VaHU” forma la copa. Los compañeros han hecho destacar que el
Árbol entero, su raíz, su tronco y sus ramas, se encuentran comprendidos en las
48 letras mencionadas. El Nombre sagrado se encuentra así marcado en los tres
mundos Superiores y en los tres mundos inferiores. Es en correspondencia con
esta tríada que ha sido dicho: “KADOSH
KADOSH KADOSH ADO-NAI
TZEVAOT MELÓ JOL-HAÁRETZ
KEVODÓ - Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos; toda la
tierra está llena de Su gloria” (Ieshaäiáhu/Isaías 6:3) ¡Santo en lo alto,
Santo en el medio y Santo en lo bajo, Santo en Jésed, Santo en Guevurá y Santo
en Tiféret! Y toda esta tríada se encuentra expresada en los 72 Nombres
grabados. Así como eso ha sido ya dicho. ¡Bendito sea, bendito sea su Nombre
por toda la eternidad! Amén (Zóhar, Beshal´láj).
Los textos de la Kabbaláh están de
acuerdo en reconocer que Moisés saca su poder de los 72 Nombres, el Séfer
Raziel por otra parte, que es por ellos que pudo abrir el mar y hacer tragar a
Faraón.
Cuando Moisés oye estas palabras de
la voz del Santo, Bendito Sea, se anima. Abriendo su boca, pronuncia el Nombre
supremo de 72 letras. Entonces, Hadraniel tembló, se acercó a Moisés y lloró:
¡Dichosa tu suerte, Moisés, a quien Di-s ha revelado misterios cuyo
conocimiento es negado a los ángeles superiores! (Séfer HazZóhar 2:58a)
La función de los 72 SHEMOT es
igualmente asegurar el resplandor de la Shejiná:
Rabbí Jiiá dice: La palabra “piedra
de zafiro”, designa los rayos luminosos que irradian de los 72 NOMBRES sagrados
tal como se ha dicho: “VISADTÍJ
BASSAPPIRÍM - Y tus fundamentos serán de zafiro” (Ieshaäiáhu/Isaías 54:11).
También ha sido dicho: “….Y se parecía a la serenidad del cielo”.
Rabbí Abbá dice: Igual que en el
cielo hay 72 Nombres grabados, que extienden sus luces en todas las
direcciones, también la luz que Israel vio emanaba de la Shejiná.
Rabbí Jizkiá objetó: Si era así, los
israelitas deberían haber visto 60 luces en lugar de 72, teniendo en cuenta que
la Shejiná está envuelta por 60 ángeles, tal como está escrito: “HINNÉ MITTATÓ
SHEL´LISHLOMÓ SHISHSHIM GUIBBORIM
SAVIV LAH MIGGUIBBORÉ
ISRAEL - He aquí es la cama de Salomón; sesenta fuertes la rodean, de
los fuertes de Israel” (Shír HashShirím/Cantar de los Cantares 3:7). Rabbí
Iehudá le respondió: En efecto, es así, pero los 60 ángeles de los que se
trata, expanden su luz en el interior de las 12 demarcaciones de donde no salen
jamás (60 + 12 = 72) (Séfer HazZóhar 2:66b).
El resplandor de la Shejiná, es la
expresión del Verbo divino obtenido por las constantes permutaciones de las 22
letras hebreas. Este movimiento combinatorio es mantenido por el espíritu de
los 72 NOMBRES:
Iaäkóv/Jacob armoniza en él los dos
lados, él es el resumen de los patriarcas. Hemos aprendido que la Sabiduría
(Jojmá) golpeó las piedras de 32 Senderos (ver el Séfer Ietzirá), un soplo concentró
las aguas y las 50 Puertas de Biná se abrieron. De estos senderos salieron 10
coronas de Luz y 22 caminos. El soplo formó un remolino en la parte baja de
estos caminos, las 50 Puertas de Biná se abrieron, las 22 letras fueron
grabadas sobre las 50 Puertas de Iovél (Jubileo), y fueron coronadas por las 72
letras del Nombre sagrado (Séfer HazZóhar 2:175b).
Lo primero que se enseña a los
niños, el Álef-Bet (alefato hebreo), sobrepasa la comprensión y el espíritu
humano, así como los ángeles superiores entre los más elevados, pues el Nombre
está disimulado en la letra Álef. Mil cuatrocientos cinco mundos están suspendidos
del punto superior de la Álef. 72 NOMBRES sagrados, sobre los cuales están
basados los mundos de arriba y de abajo, el cielo y la tierra, así como el
Trono de Gloria del Rey, están escondidos en la barra mediana de la Álef, mientras
que el misterio de la Sabiduría, los caminos ocultos, los ríos profundos y los
Diez Enunciados están suspendidos del punto inferior de la Álef (Séfer HazZóhar
3:73a).
Foto: Placa Kabalísta grabada con los
72 SHEMOT / NOMBRES disponible en Espacios Sagrados de mekubal
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