ZIVUGUIM (“Uniones”) Y MEZONOT (“Alimentos”) DE LOS MUNDOS SUPERIORES


ZIVVUGUÍM (“Uniones”) Y MEZONÓT (“Alimentos”) DE LOS MUNDOS SUPERIORES

Por Kabbalah y Torah

Los Zivvugím (“uniones de parejas”) y los Mezonót (“alimentos del hombre”), son difíciles delante del Creador, la Divinidad. Y es debido a esto que el Rey David condicionó su alimento en lo alto, desde la Divinidad, cuando él dice: “ADO-NÁI  ROÏ - El Señor (HaVaIáH) es mi pastor”, Zéër Anpín (ZA), pues la abundancia nunca cesa en lo alto. Pero sí cesa en la Shejiná (Divinidad), pues los alimentos no dependen de ella, pues vienen de lo alto, de Zéër Anpín (ZA). Es debido a esto que está escrito: “ADO-NÁI  ROÏ    EJSÁR - El Señor es mi pastor, nada me falta”, es decir que los alimentos nunca cesarán de mí, pues nunca cesa la abundancia de ese río que fluye del Edén - ZA, que recibe de Abbá Ve Immá (AVI). Y por consiguiente, la Divinidad lo precedió y moraba en él y entonces él pronunció la alabanza.

Cuando la Shejiná (Divinidad) recibe alimentos arriba de ZA, para los mundos, todos los ángeles que santifican a su Señor son purificados y despiertan, elevando sus alas para cubrir sus rostros cuando la Divinidad viene hasta ellos con estos alimentos, para no mirar a la Shejiná.

Estos son tres ‘Majanót’ (“campamentos”) de ángeles con un ascenso, leyendo y recitando: “KADÓSH - Santo”. Ellos convocan al segundo campamento y los primeros elevan sus alas, con los segundos y los segundos dicen: “KADÓSH - Santo”. Estos convocan al tercer campamento y los tres campamentos elevan juntos sus alas, todos diciendo: “KADÓSH  KADÓSH  KADÓSH  ADO-NÁI  TZE-VAÓT  MELÓ  JOL-HAÁRETZ  KEVODÓ - Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos, toda la tierra está llena de Su gloria”. Por consiguiente, todos ellos, los tres campamentos están entrelazados, estos integrándose a aquellos, y aquellos se integran en estos, entrelazados, como está escrito sobre los tableros: “Unidas una con la otra; harás lo mismo para todos los tableros del Tabernáculo”.

Los tableros siempre mantienen su sustento y no se curvan, como esos serafines que están de pie y no se inclinan, porque no tienen piernas con las cuales curvarse.  Siempre están de pie sin sentarse. Es debido a esto que está escrito ‘ÖMEDÍM’ (“de pie”), con respecto a los tableros.

(Zóhar, Terumá) 


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