LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

POR ENCIMA DEL SOL


POR ENCIMA DEL SOL  

Por Kabbalah y Torah

La palabra “temblor” proviene de la raíz de ‘Za’ זע, que significa movimiento y vibración. Su valor numérico es 77. Cuando intercambiamos las posiciones de las letras, obtenemos עז ‘Oz’, que significa “poder” y “fuerza”.

El poder de Di-s, que es infinito, se revela en este mundo de forma limitada cuando la Luz crea vibraciones (la palabra de Di-s) para formar patrones de energía y materia, que es lo mismo a (E = mc2).

Tehil´lím/Salmos 29:11:

יְהֹוָה עֹז לְעַמּוֹ יִתֵּן יְהֹוָה יְבָרֵךְ אֶת־עַמּוֹ בַשָּׁלוֹם

ADO-NÁI  ÖZ  LEÄMMÓ  ITTÉN  ADO-NÁI  IEVARÉJ  ET-ÄMMÓ  VASHSHALÓM

“El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz”.

La Torá se considera ‘Oz’ עֹז y nos fue dada como una fuerza para apoyar nuestras almas y nuestras vidas.

Al igual que עֹז ‘Oz’, la palabra para “Suerte” ‘Mazzál’, מזל también es numéricamente 77. La Cábala explica que la suerte proviene del nivel superior de Kéter.

Kohélet/Eclesiastés 1:9:

מַה־שֶּׁהָיָה הוּא שֶׁיִּהְיֶה וּמַה־שֶּׁנַּעֲשָׂה הוּא שֶׁיֵּעָשֶׂה וְאֵין כָּל־חָדָשׁ תַּחַת הַשָּׁמֶשׁ

MA-SHEHAIÁ  HU  SHEIHIÉ  UMA-SHENNAÄSÁ  HU  SHEIEÄSÉ  VE´EN  KOL-JADÁSH  TÁJAT  HASHSHÁMESH

“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol”.

Para algunos, este es un hecho real y deprimente de la vida. Las personas tienen la ilusión de control sobre sus vidas, mientras que el único control que tienen es sobre su percepción y relación con el mundo que les rodea.

Su vida ya está planeada para ellos y eso es lo que significa el versículo anterior.

Para poder hacer cambios en este mundo, tenemos que pensar en los demás. Para hacerlo, necesitamos establecer una conexión con el ‘Én Sof’ (“Infinito”). Aquí es donde todo existe en puro potencial y se puede transformar en acciones a continuación. El ‘Én Sof’ (“Sin Fin”) es una luz pura y simple en estado de reposo. No hay limitación, separación o diferencias en lo Infinito.

Las ‘10 Sefirót’ y el ‘Árbol de la Vida’ es el proceso que restringe la Luz de ‘Én Sof’ a una forma física. Este proceso crea diferentes vibraciones que evolucionan desde un pensamiento creativo en Kéter hasta Maljút.

Para nosotros, como residentes físicos de este mundo y como seres creados, estamos muy limitados en nuestra capacidad de hacer cambios porque ya somos parte del programa.

El Zóhar nos enseña que si pasamos de “Bajo el sol” a “Por encima del sol” podemos conectarnos a la fuente de todo y ser capaces de hacer “novedades”. El sol es el aspecto de Zéër Anpín y el sistema de este mundo. Por encima de Zéër Anpín se encuentran las ‘Tres Sefirót Superiores’ de Kéter, Jojmá y Biná (KaJaB).

(Tikkuné HazZóhar) 


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