¿PODEMOS HACERLO ANTES DE TIEMPO?
Por Kabbalah y Torah
Rut 3:8:
וַיְהִי בַּחֲצִי הַלַּיְלָה
וַיֶּחֱרַד הָאִישׁ וַיִּלָּפֵת וְהִנֵּה אִשָּׁה שֹׁכֶבֶת מַרְגְּלֹתָיו
VAIHÍ BAJATZÍ
HAL´LÁILA VAIEJERÁD HAÍSH
VAIL´LAFÉT VEHINNÉ ISHSHÁ
SHOJÉVET MARGELOTÁV
“Y aconteció, que a la medianoche el
varón se estremeció, y palpó; y he aquí, la mujer que estaba acostada a sus
pies”.
Rut 3:13:
לִינִי הַלַּיְלָה וְהָיָה
בַבֹּקֶר אִם־יִגְאָלֵךְ טוֹב יִגְאָל וְאִם־לֹא יַחְפֹּץ לְגָאֳלֵךְ וּגְאַלְתִּיךְ
אָנֹכִי חַי־יְהוָה שִׁכְבִי עַד־הַבֹּקֶר
LÍNI
HAL´LÁILA VEHAIÁ BABBÓKER
IM-IGALÉJ TÓV IGÁL
VEIM-LÓ IAJPÓTZ LEGAOLÉJ
UGALTÍJ ANÓJI JAI-ADO-NÁI SHIJVÍ
ÄD-HABBÓKER
“Quédate esta noche, y cuando venga
la mañana, si él quiere redimirte, bien, que te redima. Pero si no quiere
redimirte, entonces yo te redimiré ¡Vive el Señor! Acuéstate hasta la mañana”.
Si realizamos acciones que nos
eleven desde los niveles inferiores, “pies”, que son Maljút y apoyan a la
Shejiná, entonces la Luz de la Redención vendrá del “Marido”, Zéër Anpín; de lo
contrario, vendrá de Biná.
La redención vendrá
independientemente de nuestras acciones porque Di-s hizo su promesa. La
diferencia es el tiempo y el proceso que lo conducirá.
Si hacemos las acciones correctas
para traerla antes, entonces vendrá desde un nivel más cercano a nosotros, que
es Zéër Anpín. De lo contrario, pasaremos por todo el proceso de limpieza hasta
que llegue el momento y se revele la Luz de Biná.
Eso explica la profecía de Ieshaäiáhu/Isaías
60:22:
אֲנִי יְהוָה בְּעִתָּהּ אֲחִישֶׁנָּה
ANÍ
ADO-NÁI BEÏTTÁH AJISHÉNNA
“Yo, el Señor, a su tiempo lo
apresuraré”.
El conflicto en el significado del
tiempo de Redención en este versículo se resuelve con la ayuda del Zóhar como
se explicó anteriormente.
En el versículo, Di-s promete
‘Beittáh’ (“a su tiempo”), lo que significa que la Redención vendrá de Biná
después de que pasemos por un duro proceso de limpieza.
Y ‘Ajishénna’ (“lo apresuraré”) si
nuestras acciones construyen un canal puro a Zéër Anpín y merecemos su Luz.
Como dice Ieshaäiáhu/Isaías 60:20:
לֹא־יָבוֹא עוֹד שִׁמְשֵׁךְ
וִירֵחֵךְ לֹא יֵאָסֵף כִּי יְהֹוָה יִהְיֶה־לָּךְ לְאוֹר עוֹלָם וְשָׁלְמוּ יְמֵי
אֶבְלֵךְ
LO-IAVÓ ÖD SHIMSHÉJ
VIREJÉJ LO IEASÉF
KÍ ADO-NÁI IHIÉ-LAJ LEÓR ÖLÁM VESHOLMÚ
IEMÉ EVLÉJ
“No se pondrá jamás tu sol, ni
menguará tu luna; porque te será el Señor por perpetua luz, y los días de tu
luto serán acabados”.
(Tikkún HazZóhar)
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