LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

JANUKA: Y USTEDES SERÁN PARA MÍ UN REINO DE SACERDOTES


JANUKKÁ: “Y USTEDES SERÁN PARA MÍ UN REINO DE SACERDOTES”

Por Kabbalah y Torah

Los días de Janukká son muy elevados y santos. Porque en estos días cada persona es como el Kohén Gadól (Sumo Sacerdote) en su hogar en el momento que se levanta y enciende las velas al igual como el Kohén Gadól encendía las velas en el Bét HamMikdásh (Santo Templo). Porque el encender las velas de Janukká es, literalmente, considerado como si uno encendió las velas del Bét HamMikdásh, como está escrito (Báäl Hamaór, Shabbát 21) que no estamos permitidos utilizar las velas de Janukká, sino sólo mirarlas porque ellas son consideradas como las velas del Bét HamMikdásh. Por lo tanto, es una gran mitzvá estar en casa durante los santos días de Janukká y de encender las velas junto con su esposa e hijos, cantar canciones con ellos y mirar las velas. Porque entonces la casa se convierte, literalmente, en el Bét HamMikdásh. De esta manera, se cumple el versículo: “VEATTÉM  TIHIU-LÍ  MAMLÉJET  KOHANÍM - Y ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes” (Shemót 19:6). Es decir, cada persona actúa como el Kohén Gadól en su casa como dice el Báäl HatTurím sobre este verso “Si Israel ameritan – todos eran grandes sacerdotes, pero en el futuro el sacerdocio será devuelto a ellos, como está escrito: “VEATTÉM  KOHANÉ  ADO-NÁI  TIKKARÉU - Y ustedes serán llamados sacerdotes del Señor” (Ieshaäiáhu 61:6). Por lo tanto, en los días de Janukká, cuando la luz oculta de la redención futura será revelada en todo el mundo, cada persona se levanta y enciende las velas de Janukká en su casa merecerá ser como un Kohén Gadól en el Bét HamMikdásh, bajando sobre sí mismo un nivel muy elevado de la santidad. 

JANUKKÁ Y LA PROMESA DE HASHÉM

“Cuando Aharón vio que su tribu carecía de príncipes para realizar los sacrificios, su mente se debilitó y el Señor le dijo a Moshé: “Ve y dile a Aharón: no temas, porque los sacrificios continuaran durante todo el tiempo que el Bét HamMikdásh esté en pie, pero las velas de la menorá  siempre brillarán. Y todas las bendiciones que te he instruido a recitar nunca serán interrumpidas”. (Bamidbár Rabbá, 15:6)

El Rambán pregunta, ¿No es cierto que las velas del Bét HamMikdásh cesaron con la destrucción del Bét HamMikdásh? ¿A cuál promesa se refería el Señor cuando le dijo a Aharón, “... nunca cesará”?

Esto tiene que ver con las velas de Janukká que son encendidas incluso en nuestro exilio actual. Es precisamente en el momento en que las velas de Janukká son encendidas que los judíos son considerados como Aharón en el Bét HamMikdásh quien se levantó y encendió la menorá. Cada persona baja sobre sí mismo la bendición de los Kohaním, los hijos de Aharón. Afortunado es la persona que enciende las velas de Janukká con mucha alegría y con la kavvaná (intención) adecuada. 

JANUKKÁ: ËT RATZÓN

El momento de encender las velas de Janukká es un momento muy oportuno para sentarse frente a ellas, cantar con los hijos y de oración delante del Señor; pidiéndole por todos los buenos deseos de su corazón. Porque en aquel momento se considera como el momento en que los judíos se sentaban en el Bét HamMikdásh y experimentaban la luz de la Shejiná (Presencia Divina). Y cómo sus oraciones subían a las puertas celestiales en aquel momento, como está escrito: “MA-NORÁ  HAMMAKÓM  HAZZÉ  ÉN    IM-BÉT  ELO-HÍM  VEZÉ  SHÁÄR  HASHSHAMÁIM - ¡Qué gran temor hay en este lugar! Este no es otro que la casa de Di-s, y esto es el portón de los cielos” (Bereshít 28:17). Por lo tanto, afortunado es la persona que amerita aprovechar este tiempo propicio para derramar su corazón ante el Señor en canto e hitbodedút (oración personal).

JANUKKÁ: DÍAS DE JINNÚJ

Los días de Janukká se llaman “Jinnúj” (educación - de la misma raíz que Janukká), porque este es un tiempo de gran beneficio espiritual para educar a los hijos con la luz de la Shejiná y de revelarles que la santa Shejiná se encuentra con nosotros – en nuestros hogares. Por lo tanto, debemos asegurarnos de estar en nuestros hogares durante los días de Janukká y de reunir a todos los miembros de nuestra familia en el momento de encender las velas, cantando canciones con ellos, enseñándoles a orarle al Señor, y la importancia de estar alegres con las mitzvót del Eterno. Esto creará una gran impresión en ellos y a través de esto, cumplimos con la mitzvá de “JINNÚJ” en verdad.  


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