SOBRE LOS SACRIFICIOS Y LAS 3 ORACIONES
DIARIAS: Shajarit, Minjá y Ärvit
Por Kabbalah y Torah en Expansión
El Pastor Fiel [Moshé] nos dice cómo
las tres oraciones (Shajarit, Minjá y Ärvit) fueron instituidas para
corresponder a los sacrificios.
Algunas de las más significativas
introspecciones espirituales en la fisiología de la enfermedad del corazón
están reveladas en este pasaje esencial del Zóhar. Por lo tanto, una discusión
más detallada es garantizada. Empezamos con el antiguo ritual del sacrificio.
Cuando nos conectamos visualmente a
estos versículos (ítems 207-215) con contrición en nuestros corazones, los
sacrificios y ofrendas quemadas que eran hechas tres veces al día durante el
tiempo del Templo son ahora ejecutados en nuestro nombre.
El efecto de esta acción es muy
profundo y vitalmente importante.
El poder de la oración de la mañana
(Shajarit) es invocado, el cual denota el cordero solo sacrificado durante el
amanecer temprano. Éste corresponde a Avraham, y la oración despierta ahora
misericordia incalculable en nuestro mundo. Avraham era un individuo profundamente
dador, quien ofrecía bondad incondicional tanto a amigos como a extraños. Por
esta razón, el nombre de Avraham despierta Jésed (bondad).
La oración de la tarde (Minjá)
manifiesta el cordero sacrificial que es ofrecido hacia el anochecer, que se
conecta con Itzjak. Esta acción silencia los juicios que nos tocan como
resultado de nuestra conducta negativa.
La oración de la noche (Ärvit)
concierne a la grasa que es “devorada toda la noche”, y estas grasas son
quemadas en este acto por nuestros esfuerzos extendidos aquí. Este sacrificio
apacigua a las fuerzas malignas y remueve las enfermedades de nuestros cuerpos.
Estos sacrificios están íntimamente
ligados a los órganos del cuerpo.
Rabbí Pinjás, utilizando el lenguaje
críptico del Zóhar, explica que el cerebro (Móaj) controla al corazón (Lév),
mientras que el corazón controla al hígado (Kaved). El cerebro es el dominio de
nuestra conciencia y emociones. Si permitimos al Otro Lado, nuestro ego,
controlar nuestros pensamientos y estados mentales, habrá inevitablemente ira,
hostilidad y furia en nuestros corazones. Este mal es entonces transferido al
hígado.
El hígado, se nos dice, es la
manifestación física de las entidades negativas de Sammael y la Serpiente,
entretejidos como uno. Nuestra ira y furia alimentan a estas entidades
malignas, permitiéndoles crecer más fuertes en nuestros cuerpos. Así, el Zóhar
declara:
“Y del hígado, que representa a Sammael,
vienen todas las enfermedades y dolencias a todas las partes del cuerpo...”.
Rabbí Shimön explica, sin embargo,
que estos seres malignos “devorarán” la grasa y desperdicio que sacrificamos
durante nuestra oración de la noche. Así, la ofrenda de grasa se vuelve una
contemporización, un alimento simbólico, para mantener a raya a estas fuerzas
perversas. Esto será reflejado en el hígado, y nuestras enfermedades son
mantenidas a distancia. En un nivel práctico, la grasa que es sacrificada se
correlaciona con nuestras características negativas personales. Nuestra
identificación y reconocimiento de nuestras propias cualidades desdeñosas es el
significado final del sacrificio.
Una notable revelación concerniente
a la enfermedad del corazón y el hígado es hecha por el Zóhar en este pasaje
2000 años antes de la medicina moderna. Así como el hígado absorbe y digiere
grasas y filtra toxinas de la sangre en un nivel físico, la oración y el
sacrificio queman las grasas y toxinas espirituales de la ira y la negatividad.
En otras palabras, la oración de la
noche nos permite sacrificar metafísicamente la grasa - nuestros rasgos
negativos de carácter que es la clave para la función saludable del hígado.
De acuerdo con la ciencia médica, el
hígado humano produce aproximadamente 1000 miligramos de colesterol al día. El
colesterol es usado para producir la bilis que necesitamos para la digestión y
absorción de las grasas. La bilis también remueve los desperdicios y la materia
tóxica de la sangre.
Los niveles de colesterol pueden ser
altos si la conversión del colesterol en bilis está disminuida. Si es así, los
bajos niveles de ácido biliar envían una señal poderosa al hígado para proveer
más colesterol.
¡Los niveles altos de colesterol y
sustancias grasas en la corriente sanguínea son las causas primarias de
ateroesclerosis (obstrucción de las arterias) y la cardiopatía coronaria!
La grasa excesiva se acumula en las
células del corazón, matando las células y finalmente dañando al músculo
cardíaco, causando ataques de corazón.
Así, niveles bajos de colesterol en
la sangre y de grasa son la clave para un sistema cardiovascular saludable. Un
hígado saludable funcionando a plenitud entrega sangre limpia, baja en grasa,
libre de tóxicos, al corazón, el cual entonces bombea la sangre purificada al resto
del cuerpo.
Esta verdad fisiológica es
encontrada en el siguiente verso del Zóhar:
“...Su recepción (la de los ángeles
malignos) es que ellos devoran las partes grasas y la grasa para el sacrificio,
como está escrito: ‘y la grasa que está sobre ellos’. Y luego todo es ofrecido
al corazón”.
Lo que es “ofrecido al corazón”
espiritualmente es misericordia y alegría: la Luz del Creador.
Lo que es “ofrecido al corazón”
físicamente es sangre purificada, baja en grasa, toxinas, desechos y
colesterol; la clave para una función cardiovascular sana.
Así, un cuerpo saludable empieza con
integridad espiritual de mente, corazón e hígado.
Aquí encendemos el poder de los
sacrificios y las tres oraciones diarias. Las influencias de los ángeles
malignos y las dolencias del hígado y del corazón son abatidas. Nuestro
cerebro, el cual porta nuestra conciencia, es liberado de la influencia del
Otro Lado. Nuestra sangre es purificada, cuando la ira y el juicio son expurgados
de nuestros corazones e hígados. El sistema cardiovascular es purificado,
sanado y renovado.
Adicionalmente, la revelación
generalizada de estos secretos antiguos, por vez primera en la historia, genera
una artillería de Luz que desbarata las enfermedades cardiovasculares y del
hígado eternamente por medio de exterminar sus raíces espirituales
profundamente asentadas: los ángeles negativos Sammael y Lilít.
(Zóhar, Pinejás)
Colabora con Kabbalah y Torah
Tzedaká Internacional por PayPal:
kabbalahytorah.blogspot@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario