LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

LOS QUE OS ACORDÁIS DEL SEÑOR, NO CESÉIS


LOS QUE OS ACORDÁIS DEL SEÑOR, NO CESÉIS

Por Kabbalah y Torah

Nos levantamos y seguimos caminando. La intensidad del calor del sol era excesivamente fuerte y nos dificultaba continuar. Entonces vimos algunos árboles en el desierto con agua bajo ellos. Nos sentamos a la sombra de uno de los árboles en el desierto, y le pregunté, a Rabbí Shimön: ¿Puedes explicarme por qué es eso de que, de todas las naciones en el mundo, la única que se mece es Israel? ¿Por qué cuando los hijos de Israel estudian la Torá se mecen hacia adelante y hacia atrás? Y esto no es algo que ellos aprendieron de alguien más, sino que simplemente no pueden permanecer quietos.

Él me dijo: Me has recordado un asunto celestial, pero la gente no sabe y no pone atención. Se sentó por un momento y lloró. Luego dijo: ¡Ay de las personas que vagan como las bestias del campo, sin entendimiento! En este solo asunto son distinguidas las almas santas de Israel de las almas de los otros pueblos, adoradores de las estrellas y las constelaciones. Las almas de los hijos de Israel son derivadas de la vela santa ardiente, que es Maljút, y está escrito: “NÉR  ADO-NÁI  NISHMÁT  ADÁM - vela del Señor es el alma del hombre...” (Mishlé/Proverbios 20:27). Y cuando esta vela es encendida de la Torá elevada, que es Zéër Anpín, su luz no está quieta ni por un momento, y éste es el secreto del versículo: “¡ELO-HÍM  AL-DOMI-LÁJ - Oh Di-s, no permanezcas en silencio...!” (Tehil´lím/Salmos 83:2a), lo cual está escrito acerca de Maljút. Y algo similar está escrito acerca de las almas: “...HAMMAZKIRÍM  ET-ADO-NÁI  AL-DOMÍ  LAJÉM - Los que os acordáis del Señor, no ceséis” (Ieshaäiáhu 62:6), a saber: no tengan respiro. Una vez que la luz de la vela ha agarrado la mecha, esa luz nunca descansará, sino que más bien la luz del fuego se mece y nunca permanece quieta.

Así es como es con los hijos de Israel también, porque sus almas son de la luz de la misma vela, que es Maljút. Una vez que uno ha elevado un tema de la Torá, la luz empieza a arder, y ellos son incapaces de obtener descanso, sino que se mecen de adelante hacia atrás y de un lado al otro, tal como la llama de la vela se mece, porque está escrito: “NÉR  ADO-NÁI  NISHMÁT  ADÁM - vela del Señor es el alma del hombre...”.

(Zóhar, Pinejás)


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