LISHMÁ: LA DEDICACIÓN AL SANTO
NOMBRE DE DI-S
Por Kabbalah y Torah
En esta sección (ítem 8-11) del
Zóhar Pinejás aprendemos que una persona completamente justa tiene permitido
retar a una persona maligna, pero una no completamente justa no lo tiene
permitido. Esta última es definida como alguien que hizo malas acciones en su
primera encarnación pero ahora en esta encarnación ha hecho solamente buenas
acciones. Estas buenas acciones son requeridas para reparar sus actos malos
anteriores. Rabbí Shimön dice que incluso alguien que no está destinado a la
grandeza puede alcanzarla por medio de la dedicación al Santo Nombre de Di-s,
como hizo Pinejás.
Los efectos de nuestros pecados,
cometidos en esta vida y en las pasadas, son remediados de ahora en adelante.
La oscuridad generada por nuestras iniquidades desaparece cuando las flamas
centelleantes de la Luz son dispersadas en el presente y el pasado distante.
Esta iluminación, la cual viaja en el tiempo mismo, nos limpia, nos completa y
nos hace íntegros y justos ante los ojos del Creador.
Además, estamos protegidos de las
acciones de los perversos. Y aunque la grandeza espiritual puede no haber
estado en nuestro destino, la obtenemos ahora en el acto de acoger este libro
santo y permanecer firmes en nuestro compromiso con la Luz. Imbuimos en
nuestros semejantes santidad, corrigiendo las transgresiones de toda la
humanidad y comenzando así nuestra Redención Final con benevolencia inefable.
Todo esto es alcanzado por el mérito de los Tzaddikím (Justos) verdaderos,
incluyendo a Pinejás, Nadáv y Avihú, quienes no desean menos para nosotros.
(Zóhar Pinejás)
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