EL PERRO Y EL LEÓN
Por Kabbalah y Torah
El Zóhar en Parashá Pinejás revela
introspecciones notables en la función de la sangre, el hígado, y el corazón.
El Zóhar habla de la muerte de un hombre, declarando que “una imagen de un
perro desciende” en el momento de la muerte si un hombre no es digno. La
palabra hebrea para perro es Kélev. Esta palabra oculta otra palabra dentro de
sí: la palabra hebrea para corazón, que es לב lév, kélev כ־לב perro.
Perro es por lo
tanto un código para el corazón humano. Así, el versículo se refiere a la
muerte de un hombre causada por dolencias en el corazón si él no es “merecedor”
o digno. “No merecedor” significa que un hombre está desconectado de la Luz del
Creador, esclavizado a la voluntad de su ego, gobernado por la ira y la
hostilidad nacidas de una conducta imprudente. Esto, y nada más, es la causa
radical de toda enfermedad, porque causa oscuridad en el nivel espiritual y
disfunción del hígado en un nivel físico. Esta oscuridad crea una abertura para
que los Shedím (ángeles malignos) traigan enfermedad sobre nosotros a través de
nuestro hígado. Los alimentos que comemos son meramente un efecto y no los
factores causativos finales detrás del padecimiento cardiaco u otras
enfermedades. Son simplemente las herramientas utilizadas por las fuerzas
negativas para manifestar físicamente la oscuridad espiritual causada por
nuestra conducta arbitraria e insensible. Además, estos ángeles negativos nos engañan
para que creamos que la enfermedad es causada por efectos físicos solamente, y
no el efecto acumulativo de nuestras emociones reactivas, conducta egoísta y
acciones irrespetuosas hacia los demás.
A la inversa,
el Zóhar dice que si un hombre es digno, entonces, cuando él deja este mundo “la
imagen de un león desciende para dar la bienvenida a su alma”. Cuando un hombre
es espiritualmente consciente y responsable por toda su conducta negativa
durante la vida, entonces la imagen primera que lo recibe cuando muere es esa
de un león.
El león
representa a la Sefira de Jésed, que es Misericordia. El león también significa
Rey David, sobre quien el Ángel de la Muerte no tiene control en absoluto. Más
aún: el león y el corazón personifican el concepto de un rey. Un Rey usa una
corona significando la Sefirá de Kéter, la más elevada dimensión espiritual.
Mientras recorremos visualmente este pasaje (ítem 218) estamos recibiendo
energía espiritual de Kéter, que nos ofrece incalculable misericordia y un
refugio completo del Ángel de la Muerte.
Estas
impresionantes fuerzas positivas causan ahora que el Mundo por Venir se vuelva
nuestro mundo en una manera bondadosa y misericordiosa. Estos secretos sublimes
revelan Luz que sana nuestros corazones, purga cualesquiera señales de la
fuerza de muerte de nuestro cuerpo y da un golpe mortal al Ángel de la Muerte
mismo. Y debido a que el concepto de la inmortalidad es uno difícil de creer,
estos versículos (ítem 218-230) fortalecen nuestra conciencia para que
percibamos las ilusiones de la muerte y liberemos nuestras mentes de la prisión
del escepticismo y la duda.
Estos
beneficios son alcanzados solamente a través del poder de los sacrificios de
los que se habla aquí. ¿Cuáles son estos sacrificios en un nivel práctico? El
Zóhar dice que son:
רוּחַ נִשְׁבָּרָה לֵב־נִשְׁבָּר
וְנִדְכֶּה אֱלֹהִים לֹא תִבְזֶה
RÚAJ
NISHBARÁ LÉV-NISHBÁR VENIDKÉ
ELO-HÍM LÓ TIVZÉ
“El espíritu quebrantado; al corazón
contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Di-s”.
A saber:
debemos recorrer visualmente estas palabras y meditar sobre ellas con
arrepentimiento en nuestra alma por las indignidades que hemos mostrado a los
demás; un corazón quebrantado por la falta de respeto y la descortesía que
hemos infligido sobre amigos y familia; y profundo remordimiento y
reconocimiento de nuestra conducta desconsiderada y abusiva.
Éste es nuestro
sacrificio, y con éste nos volvemos limpios y purificados, habiendo alcanzado toda
la bondad, Luz y curación que son explicados en este pasaje poderoso.
(Zóhar,
Pinejás)
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