ABRES TU MANO

ABRES TU MANO

Por Kabbalah y Torah

Cuando nuestra Tefil´lá (oración) se realiza con las acciones y la conciencia correctas, creamos afinidad y terminación con la Luz Superior. Fuimos creados a imagen de Di-s, que es el Árbol de la Vida, así que cuando traemos Luz a nuestra vida, en realidad traemos Luz al Árbol de abajo desde el Árbol de arriba. Esto sigue el plan original para unificar lo Superior y lo Inferior con unidad completa, que se llama Shalóm: Paz y Completitud.

Al final de la Tefil´lá de Ämidá, recitamos:

עוֹשֶׂה שָׁלוֹם בִּמְרוֹמָיו הוּא בְּרַחֲמָיו יַעֲשֶׂה שָׁלוֹם עָלֵינוּ וְעַל כָּל יִשְׂרָאֵל

ÖSÉ  SHALÓM  BIMROMÁV  HÚ  BERAJAMÁV  IAÄSÉ  SHALÓM  ÄLÉNU  VEÄL  KOL  ISRAEL

“El que hace la paz en las alturas, Él hará en su misericordia la paz sobre nosotros y sobre todo Israel”.

Aquí le pedimos que traiga la paz creada arriba al mundo.

Después de eso, recitamos el Tehil´lím/Salmos 145, donde los versos se organizan de acuerdo al orden del Álef-Bét. En el versículo 16 leemos:

פּוֹתֵחַ אֶת־יָדֶךָ וּמַשְׂבִּיעַ לְכָל־חַי רָצוֹן

POTÉAJ  ET-IADÉJA  UMASBÍÄ  LEJOL-JÁI  RATZÓN

“Abres tu mano, y sacias el deseo de todo viviente”.

Esto nos ayuda a atraer la Luz a todas las partes de nuestro cuerpo y nuestra existencia. Estamos hechos a imagen de Di-s y tenemos la misma estructura del Árbol de la Vida. Para conectarnos con la Luz Superior necesitamos sintonizar nuestro Árbol para que sea como el de arriba.

(Tikkuné HazZóhar)