LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE


LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE

Por Kabbalah y Torah

El Pastor Fiel (Moshé/Moisés) describe las cuatro ocasiones en las cuales uno tiene que inclinarse y las cuatro ocasiones en que tiene que enderezarse durante la oración.

El Zóhar en la parashá Pinejás explica los misterios de la oración de Ämidá y el significado de inclinarse y enderezarse durante los puntos apropiados de la conexión. En el acto de revelar estos misterios ocultos, la Luz generada por la oración de Ämidá es despertada por el Zóhar en el momento presente. Esta Luz ayuda a la humanidad a evolucionar y desarrollarse espiritualmente, lo cual es nuestro propósito final en la vida.

El acto de inclinarse, en un nivel de entendimiento, concierne al concepto de humildad. Aquellos que oran con humildad profunda y un sentimiento de pobreza espiritual están asegurados de tener sus oraciones contestadas. En consecuencia, la humildad nace en nuestros corazones. Nuestras oraciones por la paz, la prosperidad y la realización duradera son respondidas.

La fuerza energética conocida como milagro vibra a través de la existencia por medio del poder de los 72 Nombres. Y todo el reino de Maljút permanece derecho. A saber: evolucionamos y ascendemos al reino de Zéër Anpín, el Mundo Superior donde la perfección, la felicidad y la santidad reinan en forma suprema.

Este pasaje, como todas las secciones del Zóhar, está cubierto de significado. Algunas introspecciones interesantes se presentan concernientes a la evolución espiritual de la humanidad y el Correspondiente reflejo físico en el mundo.

En un nivel de entendimiento, el Zóhar discute la estructura básica espiritual y física del hombre. Rabbí Shimön escribe:

“Inicialmente, Maljút era un estado de postración, que es el secreto de inclinarse, y tiene que ser levantada por medio del Nombre Iúd Hé Váv Hé, y tiene que ser enderezada por medio del Nombre Divino, a través de dieciocho Mundos”.

Maljút, de acuerdo con el Zóhar, corresponde al “Adám HaRishón/Primer Hombre”. El Zóhar está indicando que antes del Primer Hombre, el pre-hombre caminaba en un estado de postración, encorvado como un simio. Solamente a través de la infusión de la energía divina, las letras del Nombre del Creador, semejantes al código genético, pusieron al hombre derecho y lo hicieron caminar sobre dos pies. El Nombre que alteró nuestra naturaleza es el Tetragrámaton, el Iúd, Hé, Váv, Hé. El valor numérico de este Nombre es 26. Hay 26 huesos en cada pie. Y la columna vertebral consiste de 26 huesos.

En el ítem 309, el Zólar habla del pulgar y su correlación y relevancia con el reino de Kéter, que corresponde a la inteligencia del cerebro y la inteligencia humana. De acuerdo con el Zóhar, el pulgar es la vasija que contiene la Luz de la Sabiduría (Jasadím). A saber: por medio del pulgar, la inteligencia es hecha posible. Éste es el secreto de la evolución espiritual del hombre.

De una manera interesante, la ciencia ofrece introspecciones similares en la evolución del hombre. Solamente los monos y los primates tienen manos capaces de agarrar objetos. El agarre es posible por el pulgar oponible, que se mueve en oposición al resto de los dedos.

La ciencia nos dice que las características clave que tuvieron un papel en la evolución humana son la bipedestación (permanecer derecho mientas se camina sobre las dos piernas) y el pulgar oponible. Una mano hábil con un agarre del pulgar hizo ventajosa a la inteligencia porque ahora podía crear herramientas. Además, la ciencia nos dice que el cerebro y la mano cambiaron al mismo tiempo en nuestra historia evolucionaria.

Este es meramente el efecto físico de la evolución espiritual que dio elevación al hombre en este mundo físico.

La Columna Central es mencionada en el ítem 310 y su correlación con el pulgar. La Columna Central es nuestro rasgo divino de libre albedrío. El libre albedrío nos permite escoger no reaccionar a impulsos primitivos y deseos egoístas, la característica distintiva del hombre sobre el reino animal.

Finalmente, aprendemos que la palabra ‘Amén’ une a los mundos Superior e Inferior. El que recita Amén está considerado por lo tanto ‘mayor que el que dice la oración’. Nuestra lectura de este párrafo pronuncia el Amén a través del mundo. Hace eco en el pasado distante y en el futuro, uniendo así nuestro mundo con el Mundo Superior. Esta unificación permite a la Luz completar inmediatamente nuestra evolución espiritual en una manera piadosa y placentera.

(Zóhar, Pinejás)


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