LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

PARASHA BEHAALOTEJA - (Bemidbár/Números 8-12) - Elevar nuestra conciencia/Asumir responsabilidad/Liderazgo

PARASHÁT BEHAÄLOTEJÁ - (Bemidbár/Números 8-12) - Elevar nuestra conciencia/Asumir responsabilidad/Liderazgo

Por Kabbalah y Torah

CON LA AYUDA DE LA LUZ

La energía de las Sefirót, la capacidad de moverse entre los Mundos Superiores e Inferiores, y el poder de la sanación residen todos en la Menorá (candelero).

Pero este capítulo de Behaälotejá revela otro secreto acerca de la Menorá. Después de que Moshé le dijera a Aharón que encendiera la Menorá, está escrito: “VAIÁÄS  KÉN  AHARÓN - Y así hizo Aharón”; como si, después de que Moshé le dijera que hiciera algo para el Creador, ¡él fuese a decidir hacer otra cosa por cuenta propia en lugar de ello! ¿Por qué la Torá tiene que decirnos que Aharón, quien estaba en un nivel espiritual sumamente elevado, hizo como se le ordenó? ¡Hasta Rashi pregunta también por qué está escrito: “... dar alabanza a Aharón porque no cambió nada”! Si Moshé bajara del Cielo y nos dijera que hiciéramos algo, es poco probable que cambiáramos su ordenanza e hiciéramos otra cosa; entonces, alguien que estuviera en el nivel espiritual de Aharón definitivamente no revocaría ninguna de las instrucciones de Moshé.

Lo que la Torá nos enseña aquí es cuán poderoso es realmente el Lado Negativo: tanto así que aun si el mismo Moshé nos dijera que hiciéramos algo, nuestra “sabiduría” podría convencernos de cambiar sus ordenanzas. El poder del Lado Negativo está en convencernos de que lo sabemos todo. El Lado Negativo quiere que actuemos como una persona enferma a la que el médico le prescribe una medicina, pero decide no tomarla porque ella cree saber más. Hay muchas personas en el mundo que se comportan de esa manera. No escuchan a su médico o a su abogado...y tampoco habrían escuchado a Moshé. Ese es el poder que el ego tiene sobre ellas.

Tan sólo piensa al respecto: los israelitas habían sido testigos de las plagas, la división del “Mar Rojo” y la entrega del maná en el desierto; sin embargo, desconfiaban de Moshé y se rebelaban contra él. Sólo puede haber una explicación para este incomprensible comportamiento: cuando tenían la opción entre Moshé -quien hablaba en Nombre de Di-s- y el Deseo de Recibir Solamente para Sí Mismos, ellos siempre encontraban algo mal en Moshé y, por lo tanto, nunca hacían algo que frustrara el Deseo de Recibir de ellos. La verdad es que siempre podemos encontrar algo “malo” en cualquiera si observamos lo suficiente.

Una vez, un estudiante le dijo a su maestro que tenía planeado dejar la escuela porque había cosas que no le parecían correctas. Su maestro le dijo: “Déjame hacerte sólo una pregunta: ¿esas cosas dejaron de verse correctas antes o después que decidieras marcharte?”. El Lado Negativo siempre nos da razones para racionalizar nuestras decisiones una vez que hemos tomado una decisión egoísta en nuestro corazón. Quien sólo ve a sí mismo, siempre encontrará algo que “no anda bien” con los demás; aun si se trata de Elías el Profeta, Moshé o cualquier otro.

La parashá Behaälotejá también nos enseña algo además del importante hecho de que siempre debemos escuchar al Creador (y a Moshé y Rabbí Shimön): cualquier cosa que hagamos sólo puede manifestarse gracias a la Luz del Creador. Con la ayuda de la Luz, cualquier cosa que deseemos se manifestará. Sin la Luz, somos como un computador poderoso que tiene teclado, monitor, mucha memoria... pero no tiene electricidad. Sin energía, el computador no funcionará. Sin la Luz del Creador, no podemos hacer nada.


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