LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

PARASHA METZORA: ENCONTRANDO NUESTRA ALMA


PARASHÁT METZORÁ: ENCONTRANDO NUESTRA ALMA

Por Kabbalah y Torah 

כִּי תָבֹאוּ אֶל־אֶרֶץ כְּנַעַן אֲשֶׁר אֲנִי נֹתֵן לָכֶם לַאֲחֻזָּה וְנָתַתִּי נֶגַע צָרַעַת בְּבֵית אֶרֶץ אֲחֻזַּתְכֶם

 TAVÓU  EL-ÉRETZ  KENÁÄN  ASHÉR  ANÍ  NOTÉN  LAJÉM  LAAJUZZÁ  VENATATTÍ  NÉGA  TZARÁÄT  BEVÉT  ÉRETZ  AJUZZATJÉM

“Cuando hubieres entrado en la tierra de Canaán, la cual Yo os doy en posesión, y pusiere Yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión”. (Vaikrá/Levítico 14:34)

Al comentar sobre este versículo, el Zóhar explica que cuando una casa está contaminada por una plaga, debemos demolerla. No obstante, durante la demolición, puede que la persona encuentre un tesoro oculto en la casa de manera fortuita.

Rabbí Shimön dijo: El propósito de todas estas plagas en las casas era santificar la tierra y eliminar el espíritu de contaminación de la tierra y de los hijos de Israel. Adicionalmente, cuando uno derriba una casa debe encontrar un tesoro en ésta, suficiente para reconstruir y completar su casa, de modo que no se sienta apenado por la casa que fue derribada, y habiten en una habitación santificada.

(Zóhar, Tazríá 30:161)

La palabra “casa” es un código, una metáfora de nuestro cuerpo físico; la Vasija que contiene nuestra alma. Cuando un cuerpo es contaminado con ego y gobernado por sus deseos primordiales y reactivos, las contaminaciones son referidas como las “plagas en las casas”. Cuando derribamos y demolemos nuestro ego y nuestra naturaleza reactiva, encontramos el máximo tesoro: el alma, la cual es referida como “Israel” y “habitación santificada”.

Nuestro mayor temor en la demolición del ego es el temor a la pérdida; la pérdida del placer y la recompensa inmediata, que son derivados de la gratificación del ego. El temor es comprensible, pero el Zóhar nos dice que una dicha y un placer aún mayores nos esperan cuando demolemos la Vasija reactiva del ego. Un individuo encontrará “un tesoro en ésta, suficiente para reconstruir y completar su casa, de modo que no se sienta apenado por la casa que fue derribada”.

Esta es una declaración profunda y poderosa. Nuestro temor es el resultado de un bluf implantado dentro de nosotros por la inclinación al Mal. Lógicamente, la única manera de que un hombre no lamente dar algo es que reciba algo mucho mejor a cambio. Esto es lo que Zóhar promete. Algunas doctrinas espirituales exigen el rechazo del placer, pero el deseo del Creador es otorgar placer infinito a todas sus creaciones. Un kabbalísta, por lo tanto, debe “canjear por algo de mayor valor”, renunciando al placer temporal a cambio del gozo y realización eternos. Debemos siempre estar conscientes de que nunca se nos pide entregar algo cuando seguimos el camino kabbalístico. Más bien, se nos muestra cómo alcanzar mayor alegría que permanente y profundamente satisfará todos nuestros deseos.



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