HARRAJAMÁN - EL MISERICORDIOSO
Por Kabbalah y Torah
El Misericordioso será alabado en el
Cielo y en la Tierra.
El Misericordioso será alabado por
nosotros en todas las generaciones.
El Misericordioso enaltecerá la
corona de Su pueblo.
El Misericordioso Se glorificará con
nosotros eternamente.
El Misericordioso Nos sustentará con
honra y no con menosprecio, con tranquilidad y no con sufrimientos.
El Misericordioso Dará paz entre
nosotros.
El Misericordioso Enviará
bendiciones y éxito en todos nuestros quehaceres.
El Misericordioso Hará prosperar
nuestros caminos.
El Misericordioso Quebrará el yugo de
nuestro cautiverio.
El Misericordioso Nos conducirá
pronto con el levantamiento de nuestra tierra.
El Misericordioso Nos curará
completamente, una curación de alma y cuerpo.
El Misericordioso Nos abrirá Su mano
generosa.
El Misericordioso bendecirá a cada
uno de nosotros con Su gran Nombre, así como fueron benditos por Él Abraham,
Isaac y Jacob, en todo y con todo; así nos bendecirá a nosotros con una
bendición completa, que así sea Su voluntad, y digamos: Amén.
El Misericordioso extenderá sobre
nosotros Su manto de paz.
(En Shabbát decimos:) El
Misericordioso nos hará heredar el mundo futuro, que es un Shabbát eterno.
El Misericordioso nos hará heredar
un gran día festivo.
El Misericordioso nos hará llegar a
otras festividades, que vendrán a nuestro encuentro en paz.
El Misericordioso implantará en
nuestro corazón Su ley y Su amor, y nuestro temor hacia Él estará frente a
nosotros para que no pequemos, y serán todas nuestras obras en Su honor.
El Misericordioso nos hará vivir;
nos dará el mérito y nos acercará los días del Mesías, a la reconstrucción del
Templo y el mundo venidero. Él engrandece la salvación a Su Rey y confiere
gracia a Su Ungido; a David y a su descendencia para siempre. Los leoncillos
padecen necesidad y tienen hambre, mas a los que buscan al Señor no les faltará
ningún bien. He sido joven, y también he envejecido, y jamás he visto a un
justo desamparado, ni a sus hijos mendigando pan; todo el día agracian y
prestan, y su descendencia es bendita.
Lo que hemos comido sea para nuestro
provecho, y lo que hemos bebido sea para nuestra salud, y lo que ha sobrado sea
para bendición, como versa: “Y puso delante de ellos, y comieron, y sobró, como
dijo el Señor”. ¡Bendito son ustedes para el Señor, Creador de los cielos y la
tierra! ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y cuya esperanza es el Señor!
El Señor dará fortaleza a Su pueblo; el Señor bendecirá a Su pueblo con la paz.
Quien establece la armonía en los cielos, con Su piedad extenderá Su paz sobre
nosotros y sobre todo Su pueblo Israel, y diremos: Amén.
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