EL SACRIFICIO DE PÉSAJ
Por Kabbalah y Torah
Es un mandamiento el sacrificar el
Pésaj durante el crepúsculo el 14 de Nisán, en memoria del Pésaj en Egipto. Y
esto es obligatorio para todos, como está dicho: “VESHAJATÚ OTÓ KÓL
KEHÁL ÄDAT-ISRAÉL BÉN HAÄRBÁIM - Y lo inmolará toda la asamblea de
la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. (Shemót 12:6b)
Este Pésaj debe ser observado por
diez días o más, como está escrito: “El décimo día de este mes ellos tomarán”.
Esto es así, porque entonces la luna comienza a brillar, desde los diez días en
adelante, hasta que es completada en el décimo quinto día. Y es sacrificado el
décimo cuarto, cuando Din (juicio) está sobre el mundo, en el crepúsculo.
Esto es así para remover el prepucio
del sagrado pacto y para disfrutar del perfume que cunde del asado. En otras
palabras, el mandamiento es esencialmente de disfrutar de este perfume, por lo
cual llega solamente por la saciedad, cuando ya no necesita comer. Por este
motivo, todo aquel que no es circuncidado no lo comerá, y aquel en quien se
encuentra el sagrado pacto, lo comerá. Esto es así, porque quien es de los
hijos del pacto, quiebra la fuerza de la Sitrá Ajará y remueve el prepucio del
pacto. Este es el motivo por el cual esto debe ser hecho en los hijos del pacto
y no en quienes no están circuncidados.
Cuando vino el Creador a Egipto, Él
vio la sangre de Pésaj que estaba escrita en la puerta, y la sangre del pacto –
cómo estaban paradas en la puerta – como está escrito: “Y tomarán un atado de
hisopo y lo sumergirán en la sangre que está en el bacín, y tocarán” (Shemót
12:22). El hisopo remueve los malos espíritus y remueve cada lado, cada
espíritu malo con su despertar a la sublime redención de Israel.
En el futuro, el Creador llegará a
la inclinación al mal, y la sacrificará. Y ahora, con esta redención de Egipto,
está escrito: “Toda la congregación de Israel lo sacrificará”, lo cual es un
recordatorio del futuro de esa sublime redención de Egipto.
“En las dos Mezuzót (los dos postes
laterales) y en el dintel de las puertas”. Este es el Reshimó (reminiscencia)
de la letra Iúd en las Mezuzót y en el dintel, para mostrar el Reshimó del
sagrado pacto en ellas, que es la Iúd. Y el prepucio se rompió por causa de la
sangre del pacto, que está escrita en todo, y la sangre vino a la sangre, es decir,
la sangre de Pésaj sobre la sangre del pacto. Cuando el destructor pasó, vio la
sangre y se alejó de la puerta.
Si el Creador mismo realizó la
matanza, ¿por qué no dice “y no permitirá al destructor”? Esto significa que el
destructor estaba caminando, y no el Creador. Ciertamente era el Creador quien
estaba matando, pero el destructor estaba caminando para encontrar la
difamación contra Israel, para acusarlos. Como vio el rompimiento del prepucio
en dos discernimientos, en la sangre de Pésaj y en la sangre de la
circuncisión, se escapó y los abandonó.
Por haber matado a los primogénitos
de ese lado, el Creador, dio y obligó a los primogénitos de Israel a que se
rediman, para que la Sitrá Ajará (El Otro Lado) no encuentre cómo difamarlos.
Verdaderamente, el Creador los estaba salvaguardando de todo, como un padre lo
hace con sus hijos.
“Ellos lo comerán con pan que no ha
fermentado, y con hierbas amargas”. La palabra Matzót (pan que no ha
fermentado) está escrita sin una Vav. La escritura también obliga que los
Matzót y las hierbas amargas sean comidos juntos, para mostrar el exilio de la
Shejiná (Divinidad) con Israel en esta su amargura, como está escrito: “Y ellos
amargaron sus vidas con la dura servidumbre”. Y cuando ellos comen el Pésaj, es
para mostrar todo lo que les fue hecho en Egipto, en ese exilio y esclavitud.
Por este motivo es comidos con Matzót y hierbas amargas.
“VE´ËTZEM LÓ
TISHBERU-VÓ - Ni quebraréis ninguno de sus huesos” (Shemót 12:46b) para
expresar desprecio hacia él, y hacia todos los dioses de Egipto. Es así, porque
los huesos eran tirados en el shúk (la calle), y los perros venían y los
arrastraban de un lado a otro, y esto era lo más difícil para ellos, porque los
huesos son la corrección del cuerpo, y ellos son similares y correspondientes a
Sitrá Ajará (El Otro Lado), a sus otros dioses. E Israel los tiró en el shúk
con desprecio. Por esto está escrito: “Ni quebraréis ninguno de sus huesos”.
Ustedes no quebrarán, pero los perros venían y los quebraban.
Los egipcios venían y veían los
huesos que los perros estaban llevando de un lado al otro y estaban rompiendo,
y ellos los ponían en la tierra para que los perros no los encuentren. Esta es
la mayor cancelación de la idolatría de su parte. Con esto, el Creador Mismo se
elevó, y todas las fuerzas de idolatría se rindieron, porque se rindieron
completamente cuando la cancelación vino de ellos mismos, cuando ocultaron los
huesos de sus dioses en la tierra. Este es el motivo por el cual Israel no los
canceló, como está escrito: “Ni quebraréis ninguno de sus huesos”
(Séfer HaZóhar, Bó)
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