PARASHÁT TZÁV: EL PODER DEL TIKKÚN JATZÓT
Por Kabbalah y Torah
דַּבֵּר אֶל־אַהֲרֹן וְאֶל־בָּנָיו
לֵאמֹר זֹאת תּוֹרַת הַחַטָּאת בִּמְקוֹם אֲשֶׁר תִּשָּׁחֵט הָעֹלָה תִּשָּׁחֵט הַחַטָּאת
לִפְנֵי יְהֹוָה קֹדֶשׁ קָדָשִׁים הִוא
DABBÉR EL-AHARÓN VE´EL-BANÁV LEMÓR ZÓT
TORÁT HAJATTÁT BIMKÓM ASHÉR
TISHSHAJÉT HAÖLÁ TISHSHAJÉT HAJATTÁT LIFNÉ
ADO-NÁI KÓDESH KODASHÍM HÍ
“Habla a Aarón y a sus hijos, diciendo: Esta será la ley de la expiación
del pecado; en el lugar donde será degollado el holocausto, será degollada la
expiación por el pecado delante del Señor; porque es cosa santísima”. (Vaikrá/Levítico
6:18)
Las ofrendas por pecado nos ayudan a expiar cualquier clase de fechoría
y limpiar la negatividad que tenemos dentro. A menudo nos falta la valentía y
la fortaleza para corregir todos nuestros defectos, escogemos vernos a nosotros
mismos como víctimas sin culpa en vez de como seres responsables, completamente
a cargo del estado de nuestra vida.
El Zóhar nos dice que quien se despierta en la noche para estudiar
Kabbaláh (la sabiduría espiritual) y Torá es informado por la Torá acerca de
sus pecados.
A quien se levanta en la noche para estudiar la Torá, la Torá le informa
de su pecado. No es castigo severo, sino una madre que habla a su hijo con
palabras consoladoras. Y él no olvida sino que se arrepiente delante de su
Señor.
(Zóhar, Vaikrá 61:405)
Vemos que la Torá no actúa con Din Kashé (juicio severo), sino que le
revela el error al hombre de la forma que lo haría un padre cariñoso: con
firmeza pero calmadamente, y con rajamím (misericordia). Esto despierta el
arrepentimiento del hombre para que pueda comenzar a purificarse.
De acuerdo con la Kabbaláh, una persona puede limpiarse a través del
dolor o la transformación proactiva. Cuando experimentamos una salud poco
favorable, si perdemos nuestro negocio o caemos en la bancarrota, si nuestro
matrimonio fracasa o nuestros hijos nos dan dolores de cabeza, estamos siendo
limpiados espiritualmente aunque de forma dolorosa. Pero, en lugar de ello,
podemos escoger usar las herramientas espirituales, como esta lectura, para
corregir nuestras iniquidades pasadas y así no tener que experimentar dolor
para ser purificados.
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