LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

FRASES Y REFLEXIONES JUDÍAS - 1


FRASES Y REFLEXIONES JUDÍAS - 1

Por Kabbalah y Torah

Alguien preguntó: “¿Cómo podemos abatir al pueblo judío?” Y se le respondió:

“Acércate a sus Ieshivót (Casas de Estudio) y a sus Bét HakKenéset (Sinagogas). Si no oyes las voces de sus niños cantando, podrás abatir a ese pueblo. Pero si oyes los cánticos de los niños, no podrás hacerlo nunca”.  (Midrásh)

Alzó sus ojos al Cielo Rabbí Moshé Leib de Sasov y murmuró: ¡Di-s mío, mira al judío! En Rósh HashShaná se arrepiente, en Ióm Kippúr implora Tu perdón, en Sukkót abandona su casa por Ti, en Pésaj la limpia de todo jamétz y en Shavuöt se aboca a Tu Torá. ¿Acaso no recibirás su plegaria?. (Relatos Judíos)

“Aquel que desea vivir debería actuar como si ya estuviera muerto”. (Talmúd, Tamíd 32a) 

“Aquel que justifica una mentira es como si la pronunciara”. (Avrahám Ibbén Ëzrá) 

“Aquel que se ocupa en el estudio de la Torá mantiene el mundo en movimiento y da a cada elemento la posibilidad de realizar su función…”. (Zóhar I, 134b) 

Cierta vez el Rabbí Menajém Medl De Kotzk, recibió a un joven que había ido a verlo a una corte jasídica, y le preguntó: ¿Porque has venido?

Y el joven le respondió: He venido a encontrar a Di-s. Es una lástima -dijo el Rabbí- es una lástima que hayas desperdiciado tu tiempo y tu dinero, Di-s está en todas partes, también pudiste haberlo encontrado en tu propio hogar. ¿Para qué viniste?

El joven perplejo en ese momento preguntó: Entonces, ¿con qué propósito, qué sentido tiene el haber venido a verlo a usted?

Y el Rabbí le contestó: Para encontrarte a ti mismo. (Cuentos Jasídicos)

“Con fe no hay preguntas, sin fe no hay respuestas”. (Jafétz Jaím)

Cuando el hombre abre sus ojos al despertar por la mañana debe decirse a si mismo: “¿Qué buena acción podré cumplir hoy?. (Talmúd, Tratado de Menajót )

Cuando hay paz en una casa, es como si hubiera paz en el mundo entero. (Pirké Avót de Rabbí Natán)

Cuando rezáis debéis saber delante de quién rezáis. (Talmúd, Taänít 2)

Cuentan que cuando el ejército de Napoleón entró en territorio ruso uno de sus generales pasó por una sinagoga y vio personas sentadas en el suelo leyendo y llorando. Asombrado, el general preguntó: “¿Quiénes son estas personas, que están haciendo?”.

Le contestaron: “estos son judíos que lloran por la destrucción del Gran Templo”.

El general volvió a preguntar: “¿Cuándo fue dicha desgracia?”. Le explicaron que el hecho había acontecido unos 2000 años atrás y que ese día se recordaba dicha fecha, Tishá BeÁv (9 de Áv).

El militar quedó muy impresionado y concluyó: “Un pueblo que recuerda su pasado de esta forma, nunca desaparecerá”. (Relatos Judíos)

“Cumple acciones de las que se pueda hablar delante de tu féretro”. (Talmúd, Shabbát 153a)

“MIDDEVÁR-SHÉKER  TIRJÁK - De cosa falsa te alejarás” (Shemót 23:7a)  

Dijo una vez Rabbí Elimélej de Lizhensk: “Estoy seguro de que seré admitido en el Mundo Venidero. Cuando esté frente al Tribunal de justicia superior y me pregunten: ¿Estudiaste todo lo que hubieses debido? contestaré: 'No'. Entonces me preguntarán: ¿Oraste todo lo que pudiste? y de nuevo mi respuesta será: 'No'. Y me harán una tercera pregunta: ¿Hiciste todo el bien que pudiste? Y también esta vez responderé lo mismo. Entonces pronunciarán el veredicto: ‘Dijiste la verdad. Por amor a la verdad, mereces ser admitido en el Mundo Venidero’”. (Cuentos Jasídicos)


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